Imelda Marrufo
Abogada y activista
A pocos días de las elecciones en el país, en Chihuahua votaremos por quienes serán las y los representantes populares. La figura del legislador goza de falta de credibilidad para la gran mayoría de la población juarense.
Debemos recordarles a quienes contienden en las campañas que prioricen las necesidades de la ciudad y de las personas por encima de las componendas políticas que suelen hacer entre los partidos y al interior de estos. La soberbia siempre termina por dominarlos. En Juárez hemos tenido escenarios de dolor con las víctimas y nunca se les ha visto marchando, a la gran mayoría de contendientes no se les ha visto solidarios.
Ciudad Juárez se encuentra desde hace varios años entre las principales ciudades con mayores índices de abstencionismo electoral en el país, para muestra están los datos del Instituto Nacional Electoral que en 2015 presentaron a nuestra frontera como la segunda ciudad más abstencionista, después de Tijuana.
Diversos estudios y líderes de opinión dan cuenta que el abstencionismo deriva del cheque en blanco en que se convirtió el voto para quienes llegaron al poder. No es de extrañar que el slogan de campaña como Yo si cumplo hace alusión para que se regrese la confianza.
El Congreso, desde hace mucho tiempo, en una de las ansiadas fuentes de empleo para ciudadanos que con poca trayectoria, mérito y compromiso encuentran trabajo con alto salario y jugosas prestaciones.
Para quien llega a ser diputados los cambios se aprecian pronto, como la asistencia a restaurantes costosos, el cambio de armario, la renovación de auto, y lo más importante: el cambio de imagen. No la calidad en el trabajo legislativo.
Ser legislador y tener un cargo público se convirtió en un gran negocio para la clase política, y si no, que nos expliquen por qué en las campañas se repite la frase “se acabaron los moches”.
La pasada legislatura de Chihuahua no cumplió con las expectativas ciudadanas. Menos cumplió con la agenda de igualdad de género que se impulsa por diversas organizaciones. Habremos de enterar a las y los contendientes a legislar por Juárez que el acceso a justicia para las mujeres continúa como una gran asignatura pendiente. En este rubro ha faltado regresarle a Juárez lo que en justicia le corresponde.
Las organizaciones articuladas en el Movimiento Estatal de Mujeres -del que formo parte- hemos propuesto la agenda legislativa de derechos de las mujeres en Chihuahua, la cual tiene como pendientes incluir la violencia política contra las mujeres como tipo penal, toda vez que ya existe a nivel federal pero no lo tenemos en nuestra entidad.
Se requiere unificar el tipo penal del Feminicidio, que aunque se avanzó durante la legislatura pasada quedó a deber en el código penal del estado, debe nombrarse como feminicidio y armonizarse con el tipo federal o con aquel que más derechos proteja.
Otro de los temas a legislar son los Centros de Justicia en Chihuahua para las Mujeres puesto que no tienen personalidad jurídica, presupuesto ni patrimonio propio. Quienes van a reelegirse no están del todo enterados o bien, no han mostrado interés en dotar de presupuesto a la Fiscalía Especializada en Delitos contra Mujeres por razones de género de la zona norte.
Señoras y señores candidatos, a la Fiscalía Especializada, a la FEM, acuden mujeres de todos los distritos a los que ahora les están pidiendo el voto. En 2017 en la también conocida como FEM se tenían 24,441 carpetas de investigación, dicha tarea solo para 7 agentes ministeriales, es decir, cada agente debía investigar 3,991 casos. Cifra a la se suman las 1,771 carpetas iniciadas de enero a abril de este año en violencia familiar. Por eso debemos preguntar a las diputados y diputadas que se quieren reelegir ¿por qué no etiquetaron presupuesto en la pasada legislatura pasada definiendo a la Fiscalía de la Mujer zona norte como destinataria? Las y los legisladores por Juárez tienen responsabilidad porque en ellos reside etiquetar presupuesto.
Encuentro que en diversos partidos políticos aún hay honrosas excepciones que van más allá de aspirar a una curul para elevar o mantener el nivel económico de vida. Para empezar, hay que hacer un llamado a quienes han mostrado empatía con la agenda de igualdad de derechos para las mujeres.
Entre quienes compiten con la figura de independientes esta Cecy Espinosa, tiene conocimientos y un proyecto político va más allá de una curul en el congreso. No dudo que, como hasta ahora, mantendrá su tarea social dentro o fuera del legislativo, como lo ha hecho por veinte años.
Entre las candidatas para un cargo público de elección popular están también María Antonieta Pérez Reyes, Martha Beatriz Córdova, Blanca Gámez, Georgina Bujanda, Griselda Sosa y Rocío Sáenz. Todas ellas tienen en común la agenda de igualdad de derechos para las mujeres, experiencia legislativa y otros conocimientos especializados en su ámbito de trabajo. Algunas son de Juárez, otras de Chihuahua. De las candidatas al senado sé que Bertha Caraveo viene de picar piedra.
Hay posibilidades de mujeres candidatas como las que menciono, con cierto nivel de compromiso en la agenda de igualdad de derechos y acceso a la justicia puedan ocupar un lugar en la próxima legislatura. De llegar, deberán convencer de nueva cuenta no solo a ciudadanía, sino buscar alianzas. La agenda legislativa de igualdad de derechos es amplia a nivel local y federal, la ciudadanía debe estar cerca del congreso. Es necesario hacer una vigilancia más clara y precisa sobre la nueva legislatura que habremos de tener a partir del próximo agosto.
Basta de legislar leyes que no se pueden aplicar porque no quieren, porque no les asignan recursos. Un reto, por ejemplo, será incorporar la perspectiva de género en la Ley de Coordinación Fiscal y en los Lineamientos de los Fondos del Ramo 33, los que consideran recursos importantes para infraestructura social. Esto armonizará esta Ley con la Ley General de presupuesto y responsabilidad hacendaria, que mandata la incorporación de la perspectiva de género en el recurso etiquetado para el Ramo 33.
Un voto para la agenda de igualdad es una forma de empezar a dignificar el Congreso, y por si no se han dado cuenta, ya urge. En Ciudad Juárez y en Chihuahua nos lo merecemos.