Hernán Ortiz
Académico
Caminaba por la Ramón Corona de norte a sur, de la avenida 16 de septiembre al Parque del Monumento. Me acompañaba René, mi hijo de 11 años. Antes de llegar a la Primaria Juan Alanís, había una… ¿cómo llamarla?
De hecho, René me preguntó, ¿eso es cómo una central de autobuses? Sí, respondí, pero de autobuses piratas. ¿Qué es eso? Preguntó. Bueno son autobuses que van a otras ciudades, pero como no cumplen con los requisitos de ley pues son más baratos. René entendió todo. Son más baratos, viejos y peligroso, pero como la gente no tiene para pagar un transporte legal los usa. Claro, continuó, no me sorprende, en esta ciudad donde viajamos en ruteras, perdón, debo decir en basura de Estados Unidos, matan mujeres, se pierden niños, hay basura y baches, pues viajar en camiones ilegales no debe ser raro. Entiendo que la gente no tenga otras alternativas, pero es raro aceptar que lo ilegal nos permite vivir.
Lo ilegal es lo cotidiano.
¡No mames! Tiene 11 años y es consciente de lo jodido que esta el asunto.
Sé que mucha gente hace siempre lo correcto. Pero en esta ciudad vivir al margen de la ley es lo más seguro. La ley es una amenaza para una vida tranquila pues sólo promueve actos de corrupción. Ahí están el reglamento de tránsito, el de desarrollo urbano, el de aseo y regeneración urbana, el de comercio, etcétera.
La gente necesita diversión, va a la feria y no le importa a dónde se arrojan los deshechos de la comida. La gente necesita moverse, así que no importa hacer de la vista gorda, y dejar que autos y autobuses circulen fuera de la norma. La gente necesita dinero, para ello trabaja, así que no importa si pone negocios al margen de la legalidad, de la banqueta o de la salud…
La ley no importa en esta ciudad.
Vivir así, ¿es malo? No lo sé, a estas alturas mi moral se ha vuelto muy flexible. Pero sí es tonto. ¿Por qué? Porque pagamos mucho dinero en instituciones que no están haciendo su trabajo. Ejemplos concretos: Transporte público, la JMAS, la Dirección de Limpia, Tránsito Municipal, ¿La policía?
Traigo a la policía atorada, pues la cantidad de la violencia en la ciudad me indica claramente que no está haciendo su trabajo… pero podría hacerlo, yo vi que existen procedimientos y equipo… ¿me engañaron, la certificación de INSYDE sirve de poco o nada, la simulación es eficiente y ¿es el principio de algo?? Sí has visto bien, una pregunta dentro de otra pregunta.
La policía presenta casos que rayan en lo absurdo.
¿De verdad se perdió millón y medio del robo al camión blindado o fue dinero que se repartió del botín que ya no pudo recuperarse?
¿Había investigaciones de robo de tuberías de los mismos agentes que se robaron un medidor que desaparecieron cuando el supuesto fumador de marihuana se arrepintió de usar sus influencias? ¿Fue el vídeo de la agente lo que hizo que no les corrieran? ¿Saben que los tienen castigados a pesar de que no hay cargos contra ellos?
¿De verdad una llamada al 911 puede ser respondida en tres minutos para catear los cuartos del motel LeBarón? Claro, que no, por experiencia sé que no. Tres minutos es lo que se tarda la operadora del 911, que está en Chihuhua, en entender que le llamas de Juárez. Debemos decir que no es la gente más brillante del mundo cuando confunden una violación con una pelea de jóvenes.
¿Será cierto lo del pedigüeño con cara de Spiderman roció de gasolina al policía y estuvo a punto de encenderlo como la película de Sospechosos Comunes, y que por eso le dispararon?
¿Qué tipo de policía tenemos, qué tipo de seguridad inspira, qué grado de impunidad hay en Juárez que alguien cree que puede quemar a un policía y salir impune? Cuantimás a cualquier otra persona
Sí, junto con más personas trabajo por promover una mejor administración pública. De hecho, procuro trabajar con funcionarios de toda índole con quienes después tiempo he desarrollado confianza y amistad. Pero eso es en el trabajo. Salgo a la calle y no hay la seguridad de que la ley me ampare y ni un atisbo de cultura de la legalidad.
En las calles de Juárez, sobrevive quién sabe sobrevivir con la ética y principios con los que se amanezca, no siempre son los mismo, no siempre es igual. Hacerse de la vista gorda cuando ves gente demasiado armada. Ver feo a quién quiere abandonar un perrito en el bordo. Quitar pendones cuando no te ven los promotores del evento. Aventar piedras a las ruteras cuando no se quieren detener. Rayar los autos que están estacionados en la banqueta o ponerles chicles en las chapas.
¿Correr en medio de las calles? Ja, no lo hacemos para ahorrarnos tiempo, sino por hacer evidente que nadie respeta las leyes ni piensa en las demás personas.
Evitar que alguien se estacione en el lugar de discapacitados, poniendo la bicicleta de por medio, es algo que le aprendí a mi hijo menor.
Desde muy joven le agarre gusto a caminar por la calle, ver lo que pasa y estar bien.
Ojalá, la vida en las calles de Juárez fuera más aburrida y menos parecida a un mundo postapocalíptico como el de Mad Max… calles sin ley donde el más apto sobrevive, eso no es digno de una sociedad civilizada donde el derecho nos da la misma seguridad a todos.
Preferiría una ciudad donde las instituciones hacen su trabajo para que las personas puedan ofrecer lo mejor de sí.
Cuando era joven y tonto me gustaba escuchar a Miguel Mateos cantando que era un chico de la calle, sin un futuro cierto me sentí identificado con la canción.
Hoy no tengo un presente cierto. ¿Quién lo tiene en esta ciudad? Ya no soy un chico… pero sí un viejo de la calle, sólo que yo no le pregunto a mis hijos que serán cuando sean grandes sé que seguirán mi ejemplo y serán felices. Sobreviviendo y transformando, que este mundo no se va a mejorar solo.
jhiiio@hotmail.com