Miguel Ángel Sosa
Twitter: @Mik3_Sosa
Ciudad de México – En México hay muchas Secretarías de Estado pero una es la que vale. Así lo ha hecho saber el todopoderoso titular de Hacienda. A las pruebas se remiten quienes saben que para obtener recursos sólo hay una puerta y es demasiado angosta.
La renuncia de Germán Martínez al frente del IMSS, debido a supuestos desacuerdos con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), no es más que un ejemplo -y enseñanza para los distraídos- de que Carlos Urzúa es quien manda debajo del Presidente.
Así como están los llamados “súper delegados”, ahora también hay “súper secretarios”; aunque para desgracia y enojo de muchos, este último título nobiliario aplica en singular. Porque Hacienda regresó a ser manantial de la política nacional y pastor de ovejas descarriadas.
Con la injerencia directa del despacho de Urzúa, las demás Secretarías de Estado tienen entre sus filas a Oficiales Mayores que responden a Palacio Nacional, lugar donde no solo vive el Presidente sino que también es sede de la SHCP.
Centralizar las compras, unificar criterios y eliminar la corrupción, son justificaciones importantes para que la Secretaría de Hacienda tomara el control estructural de lo que acontece en la Cuarta Transformación.
Sin embargo, a la par, el poder se incrementa y recae como hace mucho no se había visto en el titular de una dependencia, espacio privilegiado que maneja no sólo el dinero, sino los agradecimientos y “malentendidos” como el que vivió Germán Martínez.
Viene una etapa decisiva para la reconfiguración de poderes dentro del gabinete, y esa será cuando se analice y apruebe el próximo Presupuesto de Egresos de la Federación. Pues aunque ya todos saben -y si no, les falta poco para comprenderlo- Carlos Urzúa es el Caronte de Hades.
El doctor Urzúa, egresado de la Universidad de Wisconsin, será el encargado de dejar pasar y recortar lo que se tenga que recortar. Asumirá los costos de la empresa, pero también será beneficiario de las prebendas políticas de ser el hombre fuerte de López Obrador.
Algunos ya lo habrán olvidado pero no hace mucho, la política mexicana abría el escenario de formas distintas para los suspirantes. Hombres que con el apoyo del poder en turno fueron ungidos para suceder, sin pretextos ni contrincantes, a sus jefes. Los más, venían de Hacienda.
ENTRE TELONES. En MORENA no todo es color guinda, ni los liberales son tan liberales. El ala dura de partido mayoritario pesa y mucho. Vienen iniciativas y propuestas de avanzada que podría chocar contra la pared sin salir de casa.