Se calcula que por el congestionamiento, cada persona en esta frontera pierde en promedio 50.77 horas al año en sus traslados, mientras que el costo económico de enfrentar estos nudos viales es de 2 mil 154 pesos per cápita.
Martín Orquiz
La Verdad/Especial para El Diario
Ciudad Juárez – Con las manos crispadas sobre el volante, Ana Rodríguez espera impaciente que el semáforo de la avenida Tecnológico se ponga en verde para continuar su camino, al igual que cientos de automovilistas “atascados” en esa vialidad que, a diario, la recorren poco más de 90 mil vehículos.
“Esto es un martirio, todos los días me atoro aquí, es desesperante”, comenta un tanto asustada por ser abordada en pleno embotellamiento vespertino.
Sin quitar la vista del semáforo, la mujer dice que tiene la percepción de que cada día tarda más en llegar a sus destinos.
Los congestionamientos que enfrentan cada día miles de automovilistas en la ciudad tienen costos, no solo relacionados con el tiempo que se utiliza para los traslados, sino hasta económicos, establecen especialistas en el tema y ciudadanos que enfrentan estas circunstancias.
A través del estudio que realizaron el Instituto Mexicano para la Competitividad A. C. y SinTráfico, ‘El costo de la congestión: vida y recursos perdidos’, se determinó que existe un impacto social y financiero para los habitantes de Ciudad Juárez.
Se calculó que, debido al congestionamiento de las calles, cada persona en esta frontera pierde en promedio 50.77 horas al año en sus traslados.
Mientras que el costo económico de enfrentar estos nudos viales es de 2 mil 154 pesos per cápita. A nivel de la ciudad este dato se eleva a mil 466 millones de pesos, lo que ubica a Juárez en el noveno lugar del ranking de las 32 localidades revisadas.
La medición, se explica en el documento, se realizó al mapear cómo se mueven las personas todos los días, de acuerdo con las encuestas intercensales y al estudiar miles de millones de viajes anuales para cuantificar el tiempo extra que genera la congestión vehicular.
Sobre este panorama, Gabriel García Moreno, urbanista y profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), considera que esta frontera enfrenta un problema con los embotellamientos vehiculares en sus calles y avenidas.
“Juárez está entre las 10 principales ciudades que sufren de congestionamiento, lo cual cuesta mucho”, dice. “Lo que es interesante, es qué hacemos con respecto al congestionamiento”.
En circulación más 500 mil vehículos
Datos dados a conocer por Recaudación de Rentas del Gobierno del Estado, a través de una petición de información, dio a conocer que durante el ejercicio fiscal del 2018 se tuvo un registro de 556 mil 769 unidades automotoras entre automóviles, camiones, motocicletas, ómnibus y remolques.
Esa cantidad varía a las reportadas en años anteriores: en el 2017 fueron 527 mil 567 vehículos, un año antes el dato oficial indica que fueron registradas 579 mil 324, mientras que en el 2015 la cifra llegó a 543 mil 585.
Sin embargo, observa García Moreno, falta sumar las automóviles que no están importados, los que no pagaron impuestos y hasta los texanos o de Nuevo México que conducen algunos fronterizos que viven en ambos lados de la frontera o viven en El Paso y trabajan en Ciudad Juárez o viceversa.
Así, el número de automotores es mayor.
En medio del tráfico, Ana expone el conflicto que enfrenta a diario para trasladarse de un lugar a otro.
“A veces ocupo hasta una hora más, y no puedo hacer nada, tengo que ir y venir todo el día, pero si es cierto que paso más tiempo en el carro”, termina de decir Ana un segundo antes de que decenas de conductores activen el claxon de sus automóviles para apurar a la larga fila cuando, por fin, la luz verde les permite continuar su camino.
Aparte de la pérdida de tiempo y costo económico, el urbanista advierte que se registran otros daños importantes en la comunidad.
Otras cuestiones que se generan debido al modelo de ciudad que está en desarrollo incluye, por ejemplo, niveles de contaminación que provocan problemas respiratorios constantes a las personas, aunque la naturaleza ayuda a despejarla por la forma en la que el viento corre por la región.
El alto uso de vehículos para trasladarse produce un modelo de vida mucho más sedentario, México es un país donde la diabetes es una enfermedad importante y esta circunstancia también la impacta.
Otro conflicto es la seguridad vial, todos los fines de semana ocurren accidentes que tiene que ver con el modelo de desarrollo de la ciudad por la forma en que se aborda el problema.
Y, por supuesto, la dispersión urbana que ocasiona mayores tiempos de traslado y de servicios.
Todos estos actores se juntan y se genera una problemática compleja, sobre todo por la importancia que tiene para los ciudadanos la acción de transportarse.
La Tecnológico, la más saturada
Mapa Interactivo. Selecciona una avenida, dale click te mostrará su tramo con más aforo y con más carga vehícular. Elaborado por: La Verdad
Datos que obtuvo personal del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), conseguidos también a través de una petición de información, indican que la vialidad con más tráfico en Ciudad Juárez es la avenida Tecnológico, por donde en un día llegan a circular hasta 92 mil 831 unidades motoras, específicamente entre el tramo que comprende la avenida Vicente Guerrero y la avenida Fuentes.
En orden descendente, las vialidades que soportan una mayor carga vehicular son la avenida De las Torres (75 mil 680), Manuel Talamás Camandari (68 mil 376), Francisco Villarreal Torres (62 mil 886), bulevar Independencia (53 mil 866), bulevar 4 Siglos Paso del Norte (52 mil 993), Manuel Gómez Morín (51 mil 826), Paseo Triunfo de la República (48 mil 597), Paseo de la Victoria (47 mil 540) y la prolongación de Ejército Nacional (42 mil 250).
Arturo Torres trabaja como Uber desde hace poco más de un año, así que recorre muchas calles de la ciudad durante su labor y, con conocimiento de causa, afirma que hay puntos y horarios muy difíciles para transitar en la ciudad.
“No sé de dónde salen tantos carros, me sorprende, no sé si salgan todos los que hay en la ciudad a una misma hora, pero hay veces que parece que estoy en la Ciudad de México”, comenta.
Al preguntarle cuáles son las vialidades más problemáticas por las que transita, contesta que por lo general son: Tecnológico, Vicente Guerrero, Plutarco Elías Calles, Ejército Nacional y eje Vial Juan Gabriel.
Acerca de la problemática, García Moreno comenta que es importante entender que el congestionamiento se provoca por un tipo de planificación con determinado diseño urbano, pero también por el alto número vehículos que circulan aquí.
“Hay demasiados autos, pero mientras se haga más infraestructura para automóviles, entonces más congestionamiento, desde hace décadas se conoce esa circunstancia”, menciona.
El urbanista recuerda que esa polémica está viva en Estados Unidos, específicamente en Texas, donde el departamento de Transporte planea fuertes inversiones en la infraestructura vial para ampliar autopistas o construir nuevas, pero planificadores advierten que esa estrategia no resolverá el conflicto que enfrentan ahora como esperan que ocurra.
“Es un fenómeno que se llama demanda inducida, que ocurre cuando desarrollas obras para el vehículo y lo que genera es que comienzan a circular más todavía al facilitar la manera de desplazamiento”, explica. “Son inversiones que dan resultados por dos o tres años, pero luego sigue el problema o se agrava”.
En Ciudad Juárez, afirma García Moreno, hacen falta más medios para movilizarse.
Automóvil se impone en traslados
En el informe Así Estamos Juárez, Sistema de Indicadores de Calidad de Vida, que elaboró el Plan Estratégico de Juárez, se da a conocer que los traslados que realizan los fronterizos son en su gran mayoría en vehículos particulares (46.9 por ciento), el 25.2 por ciento combina el automóvil con transporte público, el 23.5 por ciento utiliza el colectivo, el 1.5 por ciento lo hace caminando y el 0.4 por ciento utiliza la bicicleta.
Una consecuencia de ese hecho es la congestión de automotores en las vialidades locales.
Para reducir los embotellamientos, dice, se debe invertir en transporte público y desincentivar el uso del automóvil, pero se actúa de la forma que se cree más lógica y sencilla: se abren más calles y se amplían avenidas, que es a lo que más superficie e inversión se aporta por parte de los gobiernos.
El informe de IMCO coincide con la visión del urbanista y propone que los gobiernos inviertan en un transporte público seguro, eficiente y limpio conforme a la proporción de usuarios, así como en infraestructura para movilidad no motorizada.
“Si se va a hacer algo se debe mejorar en banquetas, en el uso de bicicleta y desarrollar estrategias que vayan más allá de construir más puentes o modificar las velocidades”, completa García Moreno.
La ciudad, agrega, no tiene espacios suficientes o adecuados para que las personas se desplacen caminando o en bicicleta y la gran mayoría de la estructura urbana está dedicada a los viajes en desplazamientos motorizados.
Isidro Vizcaíno, un automovilista que se quedó “atorado” en la avenida Tecnológico, expone que su vehículo tiene una semana recalentándose y culpa al congestionamiento.
“Ya tengo cinco años con el carrito, no me había dado lata, pero ya anda cascabeleando, es mucha la carrilla aquí por los embotellamientos, los baches, las calles de tierra”, comenta con una sonrisa mientras revisa si el semáforo ya está en luz verde.
Dice tener la creencia de que el motor está a punto de “echarse” porque el sistema de enfriamiento está bien, pero se calienta al grado que vio obligado en algunas ocasiones a orillarse para esperar a que se enfriara y continuar su camino.
Aunque ignora cuanto le costará la eventual reparación, afirma que tendrá que gastar porque viajar en camión es mucho más tardado todavía.
Osvaldo Robles trabaja como mecánico desde hace casi 30 años y, en su experiencia, tiene la certeza de que los congestionamientos que se registran aquí disminuyen de forma considerable la vida de los automotores.
“Si sufren (los vehículos) cuando circulan por avenidas saturadas, se conservan menos cada vez que están parados por completo y arrancan, cada vez que el motor se acelera desde cero sufre un desgaste”, comenta.
Explica que el aceite en el motor fluye, pero depende de la temperatura que alcanza su buen o mal funcionamiento, incluso el clima influye.
“El aceite trabaja diferente si hace frío o calor, en tiempo de frío se pone espeso y fluye poco, cuando está caliente (el clima) se pone delgado y no cubre bien los metales de biela; de cualquier forma, siempre existe desgaste”, explica. “Es lo natural”.
Cuando una unidad permanece sin moverse en un congestionamiento sufre mucho desgaste porque el calentamiento excesivo, en primavera y verano el aire acondicionado debe funcionar con un motor alterno del vehículo, que hace que el motor principal se forcé todavía más.
Los embotellamientos afectan también los frenos, porque entre más se utilicen es mayor el desgaste que hay: “aquí los semáforos y baches provocan que haya mucho frenado, cada uno conlleva un ligero desgaste en balata, que son de asbesto que se gasta dependiendo del frenado, si es de improviso o más fuerte o profundo”.
Los gastos para reparar las averías provocadas por la exposición a congestionamientos, dice, varían mucho del tamaño de la descompostura, puede ser de cientos o miles de pesos.
El mecánico recomienda a los conductores que cuando estén en un embotellamiento poner en neutral las velocidades, ya sea una unidad estándar o automática, para reducir el forcejeo con el motor y pisar de forma constante el freno.
Además, la prevención es básica para mantener el vehículo en buen estado, así que se debe llevar de forma periódica a afinarlo y para que le revisen los niveles de aceites, líquidos y agua o anticongelante, según sea el caso.
Lo mejor es evitar los congestionamientos, pero en una ciudad como Juárez, afirma, eso resulta muy difícil.
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