Política

Que sería la vida si nos quitan la esperanza: Mujica




diciembre 3, 2019

En su visita a México, el expresidente uruguayo José Mujica habló de la humanidad, de los cambios generacionales en los movimientos de izquierda, del patriarcado, de Trump… todo hilado sobre una narrativa de la tolerancia y contra los fanatismos.

Texto: Vania Pigenoutt
Fotos: María Ruiz
Pie de Página

Ciudad de México –El expresidente de Uruguay José Alberto Mujica Cordano está en México desde el sábado, como invitado especial del primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En su visita a la Universidad Iberoamericana, donde recibe un Honoris Causa, habla de feminismo, Latinoamérica, las izquierdas. Jóvenes. Utopía. Tolerancia. Amor. Palabras que imprime en los lugares que va, como si fueran una mezcla de algún sello. Evita opinar de la política del presidente mexicano.

–Sé que no quiere hablar de López Obrador, ¿pero cree que él podría articular a las izquierdas en América Latina?, le pregunta Pie de Página.

–Puede ser. Algo puede ser.

Inicia su conferencia de prensa previa a la condecoración que le da la universidad jesuita con esta frase: “Soy un soñador en el sentido profundo de que nuestra América es una nación aún no construida como tal”.

Pepe Mujica, el ex presidente socialista, el líder de izquierda que de ser guerrillero gobernó Uruguay, llega vestido con un pantalón de mezclilla doblado hasta arriba de los tobillos, muy al estilo de un campesino. Usa calcetas de rayas horizontales, un chaleco blanco, chamarra azul. No se cambiará ni en el acto donde, como parte del protocolo, le colocaron una banda roja con blanco en forma de triángulo y un escudo en el pecho del ojo que todo lo ve, un símbolo cristiano y masónico.

En la Iberoamericana no sólo recibe el Doctorado Honoris Causa –reconocimiento recibido también recientemente por el grabador, pintor, grabador, diseñador gráfico y escultor mexicano Vicente Rojo y el brasileño Boaventura de Sousa Santos–, también tiene un encuentro con estudiantes y una conferencia de prensa.

La pregunta inicial es sobre la advertencia del presidente de Estados unidos, Donald Trump de llamar terroristas a los grupos que trafican drogas en México y sobre su encuentro con el expresidente de Bolivia, Evo Morales, exiliado en México.

“Hace muchos años soy amigo de Evo, fui a darle un abrazo. Los que hemos dejado de ser presidentes no hemos dejado de ser humanos y tenemos sentimientos como cualquier hijo de vecino. Fui a ver a un latinoamericano que está adolorido en un rincón de México”, contesta.

Sobre Trump asegura que tiene una gran capacidad de sorprender todos los días a través de su cuenta de Twitter y frecuentemente hiere ciertas tradiciones latinoamericanas y mexicanas.

Cauteloso, Mujica, militante de izquierda durante los últimos 70 años –de los 85 que tiene– evita adjetivar demasiado en sus respuestas. Pide en algunas ocasiones, quizá más por estrategia que porque falta de claridad, que le repitan las preguntas.

“Deseo a México, no a López Obrador, al pueblo mexicano, el mayor entendimiento posible y mayor tolerancia para lo que enfrenta y el tiempo que lleva. Tener un vecino incómodo como el que tiene, hay que ser México para entenderlo”, declara prudente.

Recuerda la época en la que fue presidente Lázaro Cárdenas, en la cual, probablemente se rompió récord al recibir a alrededor de un millón de migrantes de España.

“Uno de mis mayores reconocimientos es que cientos de compatriotas en años muy duros llegaron a México y este país sigue manteniendo esa tradición. Espero que la desgracia que padece Bolivia la pueda superar, parecería que hay una salida más o menos democrática. Tal vez no sea lo mejor, pero pareciera que es posible sobre todo para que Bolivia no se entierre en la intolerancia y pueda superar algo que está en la base del conflicto: hay gota venenosa de racismo en todo esto”, resume.

Mujica inaugurará el martes el Encuentro Latinoamericano: “México ante los extremismos, el valor de la cultura ante el odio”, en la Secretaría de Relaciones Exteriores.

En la Ibero las actividades son normales hasta antes de la entrega de su reconocimiento. Previamente, las lonas con frases del senador uruguayo fueron colocadas en la entrada, en varios edificios del recinto, en las pantallas digitales donde sería su condecoración.

Pepe sonríe. Dedica libros aunque no sean suyos. Los chavos, sobre todo, lo ven admirados, le piden tomarse fotos con él, como si fuese una estrella de rock.

Mujica recuerda su juventud, cuando perteneció al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, sin mencionar a la agrupación guerrillera.

Sólo dijo que se llamaba proletariado. Por eso está seguro de que el cambio “lo van a hacer los jóvenes universitarios en el mundo que viene. Como el trabajo se va transformando cada vez más en un mundo intelectual, pienso que la resistencia de la sociedad patriarcal se va venir acotando”.

Frase a frase, hilvana un discurso centrado en la tolerancia y contralos fanatismos. Pide un paréntesis: “Por favor, no pisoteen el amor”.

Feminismo y jóvenes

Del movimiento feminista cree que es una preocupación del mundo contemporáneo. Está presente por todas partes. “Por lo menos lo que conozco de mi país, el equilibrio de nuestras sociedades patriarcales me parece que va a ser inevitable por el camino de las universidades. En mi país, la mayoría de los nuevos profesionales que se recibenson femeninos: más claro, los varones parecemos más atorrantes que las mujeres. En el poder Judicial de mi país, cada vez la presencia femenina es más fuerte y determinante”.

Mujica dice que la sociedad patriarcal va cediendo terreno por el lado del avance. “Y con el mundo que va a venir, no sé si será mejor o peor, pero va a ser distinto. Los trabajadores del futuro son los que están transitando de la universidad hoy… Es una manera de pensar de lo que son las realidades sociales. Se mueven en el mundo.

Afuera del auditorio. las mujeres toman el patio. Replican el performance chileno: “El violador eras tú”. Y con sus cuerpos, de negro, muchas en silencio, denunciaron la violencia machista, feminicida. Algunos asistentes lloran al verlo.

Ante la creciente violencia contra las mujeres en el país, fueron estudiantes de la Iberoamericana, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, del Colegio de México y de la Universidad Autónoma de Baja California los que este lunes realizaron el performance para protestar contra el acoso sexual y los feminicidios en el país.

Mujica dice que estas luchas pueden ser ganadas porque la sociedad las van asimilando. “Incluso por el lado de la conveniencia de las sociedades más que por el capítulo de los derechos humanos. Siempre ha sido así: la esclavitud no desapareció por arriba de la tierra, por derechos humanos, desapareció porque salía más caro tener trabajadores aparentemente libres”.

Antes de irse, aconseja a los jóvenes: “no se dejen robar ni los sueños ni la juventud. Comprométanla con los sueños de América Latina”.

Latinoamérica, futuros políticos

También es breve al opinar sobre el triunfo de la derecha en su país. Dice que el Frente Amplio (FA) perdió con la unión de cinco fuerzas políticas. Y que les afectó la crisis económica de Argentina y Brasil.

Habla del mundo. “El mundo ha entrado en un proceso de neoliberalismo corporativo… El Estado debe apuntalar a la burguesía: hacer como en China, que pongan su capital y el Estado saque rentabilidad”.

“¿Qué vamos a hacer en ese mundo los latinoamericanos atomizados en un conjunto de repúblicas? Ahí es donde está el gran dilema, pero la solución está en la cabeza de ustedes, no en las viejas instituciones que fundamos, como la Organización de Estados Americanos (OEA)”, remata.

Las reflexiones de Mujica no caben en un texto. Tampoco en un encuentro. Los estudiantes de la Iberoamericana le piden que definiera algunos términos y esto dijo:

Latinoamérica: la historia de los que empezaron tarde.

Mariachi: una cosa hermosa de las tradiciones de un pueblo rural, que hizo historia.

Marihuana: una planta condenada por la estupidez humana.

Revolución: un poco de utopía y un poco de necesidad que por momentos sacuden las entrañas de una sociedad.

Democracia: una hermosa utopía que sembraron los atenienses y que siempre está inconclusa.

Volkswagen: auto del pueblo, obligo, vocho, qué sé yo.

Libertad: es una de las más hermosas quimeras del hombre si por libertad se entiende que podemos manejar nuestros deseos, nuestra inclinaciones, libertad no existe.

Socialismo: una cosa es la que vivió más o menos hace unos 30 mil años.

Cambio climático: la tragedia del mundo que viene.

Capitalismo: un formidable motor de la historia humana, también puede ser capaz de un ser el responsable de un holocausto si no sabemos encauzarlo.

Desigualdad: es por un lado la norma de la naturaleza que nos hace semejantes pero nunca absolutamente iguales.

Feminismo: es la cuenta regresiva de los excesos del patriarcado.

Ya en el Honoris Causa, el rector de la Iberoamericana le dice que entre las muchas causas del nombramiento. “Están su honradez, su vocación de servicio hacia los demás y, especialmente, hacia los más necesitados, los pobres, los desamparados, los excluidos; también su solidez intelectual, su lucidez para pensar en el mundo como un ámbito que es necesario transformar de la mejor manera para conseguir la igualdad; su idea misma de la política, la cual considera no como un pasatiempo ni como una profesión para vivir de ella, para medrar, sino como ‘una pasión con el sueño de intentar construir un futuro social mejor”.

“El premio mayor es vivir como se piensa, construir un mundo mejor. Qué sería de la vida si nos quitan la esperanza”.

Recuerda que estuvo preso durante 14 años por motivos sociales y políticos, principalmente por su lucha contra la dictadura en su país. Más tarde, entró de lleno a la política como diputado, senador, ministro (secretario) de Estado, presidente de la Asamblea General de Uruguay y, finalmente, como presidente de la República para el periodo 2010-2015, “en una etapa muy fructífera para la vida y la democracia uruguayas”.

Con su cándida sencillez, Mujica sonríe y agradece.

“El premio mayor es vivir como se piensa, construir un mundo mejor. Qué sería de la vida si nos quitan la esperanza”.

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