La incertidumbre, angustia, frustración y la pérdida de recursos que supone trasladarse de un lugar a otro en busca de antirretrovirales representan el drama de quienes padecen del virus que afecta el sistema de defensas de su organismo y ven en riesgo su calidad de vida por la carencia de fármacos en hospitales de Chihuahua
Fernando Aguilar
La Verdad
Luis Carlos, un hombre de 44 años que vive en Ciudad Juárez, cuenta que está desesperado porque no sabe qué sucederá si sigue sin tomarse la pastilla antirretroviral.
A cientos de kilómetros, en la ciudad de Camargo, en el sur de Chihuahua, Armando dice por teléfono que experimenta pánico cuando recuerda cuán difícil resulta conseguirla en estos días.
“Nada más es estar pensando que no me estoy tomando el medicamento, y eso me estresa mucho”, confiesa al mismo tiempo Pedro, de 45 años. “De ese medicamento depende, se puede decir, mi vida”.
Luis Carlos, Armando y Pedro son personas portadoras del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que toman medicamentos antirretrovirales para minimizar los daños a la salud que les puede provocar esa condición.
Pero como otros derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el país, hace semanas que no tienen acceso a los fármacos que reciben cada mes en la farmacia de su unidad.
Los tres afirman sentir a cuestas el peso de una generalizada escasez que afecta hoy al proveedor de servicios de salud más grande de México, que, según estos testimonios, es incapaz de asegurar cuándo terminará esta situación.
Ellos son la otra cara del desabasto: la de la incertidumbre, la angustia, la frustración y la pérdida de recursos que supone trasladarse a la unidad médica y regresar a casa sin los medicamentos y sin saber la fecha en que los recibirán.
“El mayor tiempo que me lo dejaban de dar era una semana, dos días, tres días, pero era lo máximo. Y ahorita no, ya se va a cumplir el mes que no me dan respuesta. Muchas veces te dan el número de teléfono, marcas y no contestan. Tienes que ir hasta allá a investigar qué está pasando”, narra Pedro, quien toma antirretrovirales desde hace 12 años.
Para este reportaje, La Verdad buscó una postura oficial de parte de la delegación del IMSS en Chihuahua; sin embargo, Comunicación Social declinó hacer comentarios argumentando que el tema era competencia del nivel central del Instituto.
El IMSS estatal no proporcionó una cifra de derechohabientes afectados por la escasez de los medicamentos antirretrovirales.
No obstante, las personas a las que no se les han surtido sus recetas se cuentan por decenas, aseguran organizaciones de la sociedad civil que realizan su propio seguimiento con base en las denuncias públicas que hacen las y los derechohabientes.
Juan Carlos Medel Cabrera, coordinador de la asociación civil Sistema Nacional de Promoción y Capacitación en Salud Sexual (SISEX), afirma tener conocimiento de cuando menos 40 casos en Juárez, Chihuahua y Delicias, pero, advierte, el número podría ser mayor porque no todos quieren quejarse públicamente.
En la oficina de SISEX ubicada en Ciudad Juárez existen las evidencias contundentes de la escasez de medicamento en el IMSS: decenas de copias de recetas selladas con leyendas como “Medicamento sin existencia” y “Pendiente de surtir”.
Estas recetas demuestran la falta de fármacos como Tenofovir, Emtricitabina, Etravirina e incluso Bictegravir, uno de los compuestos que el IMSS comenzó a distribuir a personas con VIH candidatas a un nuevo esquema de medicamentos ante el desabasto de Truvada, el principal componente de los antirretrovirales que hasta noviembre suministraba.
El martes 24 de diciembre del año pasado, el Instituto reconoció en un comunicado la escasez de los antirretrovirales en sus inventarios, situación que atribuyó a “la interrupción en la producción del fármaco Truvada”.
Por esa razón comenzó a cambiarles el esquema a quienes fueran candidatos para migrar al “fármaco de última generación” Biktarvy, que, sin embargo, también escasea según Medel Cabrera.
“¿Qué es lo que tiene que hacer el derechohabiente o la persona con VIH? Una de dos: suspender el medicamento totalmente, o, si él quiere, tomarse nada más lo que tiene de medicamento, pero aún así, no va a tener beneficios para su salud”, señala el activista de SISEX.
Los medicamentos antirretrovirales son indispensables para las personas portadoras del VIH porque las mantienen saludables y, junto con otros mecanismos que forman parte de una atención médica integral, impiden la aparición del síndrome de inmunodeficiencia humana, el Sida.
“Una vez que la persona a veces se toma la pastilla ahorita sí y dos días no, lo que hace es que crea una resistencia a los antirretrovirales que fueron prescritos”, explica Celia Mayela Romo, coordinadora del Programa de VIH-Sida de la Jurisdicción Sanitaria II de la autoridad sanitaria estatal.
De acuerdo con la médica, la consecuencia de lo anterior a largo plazo es la pérdida de eficacia del medicamento para combatir al virus, lo que, indica, obliga a sustituirlo por otro “más potente”.
Datos de la Secretaría de Salud de Chihuahua indican que durante 2019 se contabilizaron en distintos municipios de la entidad 317 nuevos diagnósticos de VIH, de los cuales, el 31.54 por ciento corresponden a casos detectados en el IMSS.
En ese mismo año, 177 se registraron en Servicios de Salud de Chihuahua (SSCH), 6 en unidades particulares, 18 en el Instituto Chihuahuense de Salud (Ichisal), 2 en Pensiones Civiles del Estado y 14 en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Según la fuente, en 2018 fueron 401 las personas a las que se les diagnosticó el VIH en el estado de Chihuahua.
¿Un asunto de ‘mala planeación’?
A finales de enero del año en curso, el periodista Carlos Loret de Mola publicó en su columna del periódico El Universal que, en un documento oficial interno dirigido al IMSS, la Secretaría de Hacienda del Gobierno de México admitió de manera indirecta haber generado el desabasto debido a una nueva estrategia de compras implementada por esta administración.
Según el periodista, este documento hace referencia a la compra consolidada de medicamentos y material hospitalario llevada a cabo el mes de noviembre pasado, la cual, señaló, produjo una escasez cuyos efectos se sienten en el primer trimestre del año actual.
Javier Potes González, director general del Consorcio Mexicano de Hospitales (CMH), un sistema de salud privado que agrupa a 41 hospitales y 2 mil médicos en varias ciudades del país, sostiene que el desabasto de los tratamientos contra el VIH y el cáncer es un tema de “mala planeación”.
Desde su perspectiva, el gobierno falló en entender que debía coordinarse con la industria farmacéutica para que ésta supiera cuánto se iba a comprar y consecuentemente se preparara para la producción de los medicamentos.
“Cuando tú llevas la compra consolidada y la pospones, y la pospones y la pospones, pues ellos no están fabricando, esperando a que tú decidas comprar; ellos paran su producción”, dice. “Si no me vas a comprar, ¿para qué produzco? Entonces paro la producción, me espero a que decidas y pasa todavía un tiempo para que pueda fabricar y distribuir”.
A decir de Medel Cabrera, director de SISEX, aunque el desabasto de antirretrovirales es común a principios y finales de cada año, en esta ocasión se ha prolongado más de lo típico, lo que tiene en la incertidumbre a quienes deben tomarlos porque comprarlos por su cuenta no es una opción.
“Además de que es carísimo, el IMSS no se los va a pagar”, afirma el activista, quien indica que el precio de estos medicamentos suele ser en promedio superior a los 10 mil pesos por caja.
‘Si esto no se soluciona pronto, tomaremos las calles’
En abril del año pasado, un desabasto de los fármacos antirretrovirales afectó el suministro que recibían las y los pacientes que entonces estaban afiliados al hoy extinto Seguro Popular.
Ante ello, la contundente reacción no tardó en llegar: la derechohabiencia acompañada de organizaciones de la sociedad civil bloqueó parcialmente algunas de las principales vialidades del norte de Ciudad Juárez con el fin de visibilizar la escasez, que, señalaron activistas entonces, se debía al nuevo mecanismo de compra de medicamentos implementado por la administración federal.
Hoy que la historia se repite en el IMSS, las personas afectadas tendrán que salir a las calles nuevamente para obligar al gobierno a solucionar cuanto antes el problema, advierte Juan Carlos Medel Cabrera.
Mientras tanto, con angustia, Armando pide a las autoridades ser conscientes de que los medicamentos contra el VIH son de por vida.
“Yo diría que nos echaran la mano un poco a darle prioridad a este problema, porque no nomás soy yo; es mucha gente la que está pasando por eso. Aunque no todos nos atrevemos a decirlo, muchos nomás están en espera de que los puedan ayudar, pero en silencio”, dice Pedro con la misma zozobra.
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