El Gobierno Federal busca legalizar posesión de viviendas en el lugar conocido como Laguna de Patos o El Barreal, área lacustre de donde, hace más de una década, cientos de personas salieron luego de que sus casas se anegaron
Texto y fotos: Martín Orquiz
La Verdad/ Especial para El Diario
Ciudad Juárez –Hace nueve años, Erasmo se vio obligado a abandonar la casa que con ilusión compró para su familia en Las Almeras, una unidad habitacional ubicada al sur de la ciudad donde, le dijeron, florecería una nueva comunidad.
Ese sueño pronto se convirtió en “una pesadilla”. Su nueva vivienda resultó inhabitable, como lo dictaminaron peritos de la Dirección Municipal de Protección Civil que acudieron a revisarla.
Su casa se construyó en una zona inundable e impermeable, situación que provocó el abandono cuando se precipitaron lluvias atípicas y los inmuebles quedaron bajo el agua.
Al correr los años, las viviendas abandonadas fueron ocupadas por familias sin hogar y, en la actualidad, autoridades federales gestionan la regularización del asentamiento para los nuevos ocupantes pese al riesgo que prevalece.
El anuncio de la gestión de legalización de las viviendas que fueron abandonas y ahora están ocupadas en la zona lacustre conocida como Laguna de Patos o El Barreal se dio tras una reunión de familias ahí asentadas con el secretario general y jurídico del Infonavit, Rogerio Castro Vázquez y delegado del Gobierno Federal en Chihuahua, Juan Carlos Loera de la Rosa.
Tras ese encuentro, sostenido este 3 de marzo, se dio a conocer que se busca regularizar vivienda de fraccionamientos como son Villas del Sur, Los Arcos, Palmas del Sur, Almeras y Villas de Alcalá.
El director de Protección Civil del Municipio, Efrén Matamoros Barraza, señala que el riesgo en el lugar persiste hasta ahora.
La zona, donde se estima hay unas 5 mil viviendas que pertenecen al Infonavit, carece de infraestructura para amortiguar la lluvia que se abaten sobre la región.
Los habitantes de esas viviendas mencionan que conocen el riesgo de inundación de donde viven y que están consiente de que su posesión es irregular, pero aun así las consideran su hogar.
“Aquí vivimos, aquí le hacemos la lucha, aunque nadie nos ayuda ahí vamos”, dice con una sonrisa Carmela Flores, quien espera a sus hijos en el exterior de la escuela primaria Pedro Rosales de León, ubicada en el fraccionamiento Los Naranjos.
‘Asentamientos no apto para desarrollo’
“Todo se lo llevó el agua”, comenta Erasmo –quien pide reservar su identidad – al señalar que la casa adquirida estaba asentada en una zona inundable, situación que provocó el abandono de sus habitantes a partir del 2006, cuando en la región se precipitaron lluvias atípicas.
Las Almeras, donde vivió Erasmo desde julio del 2007 a diciembre del 2011, es uno de los siete fraccionamientos construidos en esa zona inundable.
Erasmo recuerda que perdió cerca de 150 mil pesos invertidos en su hogar para el pago del enganche, una treintena de mensualidades, así como en la construcción de bardas y otros ornamentos.
El miedo de que la casa se le cayera encima lo orilló a sacar a su familia y a entablar un juicio para librarse del pago de la propiedad, así como el riesgo que ahí corría.
En el 2006, autoridades de Protección Civil municipal determinaron que ese fraccionamiento, además de Los Arcos, Villas del Sur, Los Naranjos (Villas del sur II), Palmas del Sol, Colonial del Sur y Terranova fueron construidos en predios no aptos para el desarrollo urbano.
“Se hicieron algunos trabajos de mejora, pero no se le ha dado el mantenimiento correspondiente, hay otros pendientes que, se supone, estarán en proceso cuando esas viviendas se recuperen. Hay algunas que no tienen riesgo, pero otras si, requieren trabajos de remediación”, comenta Efrén Matamoros.
Explica que el bordo Miguel de la Madrid, que corre desde el bulevar Independencia hacia el suroriente hasta casi llegar a Electrolux, resguarda el área, pero se requieren otras acciones como dar mantenimiento y limpieza a los pozos de absorción.
“Con esa obra se detiene el agua que viene de (dique) Santa Elena, ya es menor el peligro de inundación”, asegura.
También hay planes para repavimentar, pero con pendientes adecuadas y rejillas para que el agua se pueda ir a los pozos de absorción y evitar los encharcamientos en las calles.
El funcionario municipal afirma que, cuando se vayan a ofertar las casas recuperadas, se deberán tramitar documentos ante Protección Civil para establecer si esas zonas son factibles o no de ocupación.
Gestionan posesión de 600 familias
Tras la reunión con vecinos que tiene posesión de esas casas abandonadas por derechohabientes del Infonavit, funcionarios federales dieron a conocer que analizan la situación jurídica y social de al menos 600 familias que conformaron la agrupación Vecinos Unidos de Ciudad Juárez.
“Llegaron a fraccionamientos que habían estado abandonados, las casas en ruinas y han rescatado la convivencia y la cohesión social en esos lugares, es muy importante resaltar eso”, explica Loera de la Rosa.
Castro Vázquez revela que en Ciudad Juárez al menos 24 mil viviendas están en el abandono, incluidas las de El Barreal.
“Es una situación lamentable, triste, me tocó ir a los fraccionamientos y duele ver la situación en que están… son 24 mil casas abandonadas, es lo que nos reportan”, dice.
El funcionario afirma que el abandono se dio por la falta de servicios o porque fueron edificadas en lugares inapropiados. Circunstancias que no volverán a ocurrir.
“Ya no habrá casas de 26 metros cuadrados y nada de construir en pantanos ni en lagunas, eso ya no se va a permitir”, declara.
La estrategia para que las edificaciones abandonadas sean adquiridas por los ciudadanos interesados se presentará a partir del segundo semestre de este año, se informó.
Se les ofreció, añade, buscar la posesión legal de las viviendas por los medios que contemplan las leyes y brindarles asesoría para lograrlo.
Se construyó en un ‘lago natural’
Desde 1994, el Plan Sectorial de Manejo de Agua Pluvial declaró inviable habitar El Barreal porque se trata de la cuenca hidrológica más grande de la región con 11 subcuencas y una extensión de 167.114 kilómetros cuadrados.
Además, se indica en el documento, tiene en su parte central una laguna intermitente.
El área inundable, se explica, está conformada de arcillas expansivas que no permiten la penetración del agua de lluvia al subsuelo, esa condición de impermeabilidad y que se trata de una cuenca cerrada, deja sin posibilidades de desalojo al agua pluvial.
Determina que esa zona tiene una superficie de aproximadamente 6 kilómetros cuadrados, donde se acumulan láminas de agua que no superan los 40 centímetros de altura y la parte más baja se ubica en el bulevar Independencia.
Para el 2004 otro documento registró esas condiciones, se trata del Plan parcial El Barreal y Oriente San isidro, a través del cual se establece que la principal problemática en ese lugar es el control de las aguas pluviales y sanitarias debido a las condiciones topográficas imperantes que derivan los escurrimientos hacia la parte media, que se torna en una cuenca cerrada.
Advierte acerca de la existencia de una capa de arcilla compactada con un grosor que llega hasta 14 metros de profundidad, la que impide la filtración natural del agua y la salida hacia otras zonas.
Pese a esas advertencias en dictámenes oficiales, en el sitio fueron construidas un poco más de 14 mil viviendas a partir de 1997 y hasta el 2005.
Archivos periodísticos establecen que alrededor de 3 mil 100 construcciones quedaron bajo el agua, a causa del escurrimiento del dique Santa Elena I, durante eventos climáticos atípicos en el 2006 y 2008.
En la actualidad, informa el diputado por Morena, Gustavo de la Rosa Hickerson, en El Barreal hay unas 5 mil viviendas que pertenecen al Infonavit están ocupadas por personas que no son sus dueños originales. En situación similar están otras 4 mil que son propiedad de inmobiliarias, aunque lograron desalojar unas 500.
Por años, indican testimonios recogidos en el lugar por La Verdad, las casas permanecieron abandonadas, pero fueron repobladas de forma irregular por ocupantes que buscan un hogar.
“Dicen muchas cosas, que nos van reubicar, que nos van a quitar las casas porque la mayoría de los que estamos aquí no somos los dueños, que los que si son dueños no las están pagando”, comenta Ingrid Macario.
Indica que ella, su esposo y sus hijos viven en casa de
sus suegros desde hace unos 10 años y que no existe certidumbre si podrán seguir viviendo en la construcción del fraccionamiento Las Almeras porque, reitera, ignoran qué pasará con su situación.
Tragedia, pobreza y supervivencia
Durante un recorrido hecho por los fraccionamientos de esa zona se pudo observar que el pavimento de las calles se encuentra en muy mal estado, mientras que habitantes del lugar reportan fallas en el sistema de alumbrado público, transporte público deficiente y carencia de lugares donde esparcirse y ejercitarse.
Ramón Sandoval, quien “cuida” la vivienda de un familiar desde hace nueve años en Las Almeras, declara que enfrentan muchos problemas en la zona, como el pavimento deteriorado, alumbrado público apagado y transporte público deficiente.
A pesar de esas condiciones, dice que vive “a gusto” y que, si llegan a ofrecerle la casa que ahora ocupa, su familiar si la compraría porque no la está pagando.
“Hay mucha gente a favor, se quieren quedar, quieren pagar”, comenta el hombre acerca del programa de recuperación de vivienda del Gobierno federal.
De la Rosa Hickerson indica que quienes ocupan las construcciones que fueron abandonadas, a quienes califica como “recuperadores” y no “invasores”, están interesados en arreglar la situación legal que enfrentan.
La historia de este sector de la ciudad, afirma, está llena de tragedias, pobreza y supervivencia debido a que la zona está construida en el lecho de Laguna de Patos que sufrió una inundación completa 2006 que se repitió en 2008.
“El agua llegó hasta el techo de las casas, entonces de allí se fueron muchos habitantes, casi el 70 por ciento, pero casi se vació en la época de la gran violencia, del 2008 al 2013”, recuerda.
Dice que, según la información que ha obtenido a través de los coordinadores del grupo social que se conformó, sólo queda el 5 por ciento de los residentes originales.
A partir del 2014 comenzó a repoblarse, hasta llegar al 80 por ciento de ocupación en las viviendas, incluso las tres escuelas primarias que existen ahí están llenas.
Entre el 2015 y el 2018 los empresarios desalojaron al menos 500 construcciones, las que luego comercializaron entre 300 mil y 400 mil pesos, pero esas acciones pararon cuando los vecinos se organizaron e hicieron frente a los embates.
El diputado indica que Infonavit está negociando en buenos términos, por ahora se encuentran en proceso los avalúos y, una vez concluido el trámite, la dependencia federal comenzará a ofertar la vivienda.
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