El gobernador Javier Corral pidió al Congreso de Chihuahua un amplio debate de la reforma electoral, entonces ¿por qué presentó ‘su’ propuesta casi al término del plazo fatal? ¿Por qué diablos no exige al Congreso que ‘su’ propuesta sea consensuada con la ciudadanía chihuahuense?
Gerardo Cortinas Murra
Lo dicho: el cinismo y desvergüenza de Javier Corral (a) ‘El Inútil’, no tiene límite. ¿Cómo se atreve a solicitarle al Congreso un debate “de altura de miras”…? a sabiendas de que el plazo fatal para que la reforma electoral que sea aprobada, se publique a más tardar el día primero de julio.
Para él, el debate en el Congreso “debe ser acorde al tamaño y dimensión de la propuesta, donde se escuchen las posturas de los diputados, más allá de la posición que tengan a favor o en contra”.
La demencia prematura de Corral es evidente: tiene plena confianza en que el debate parlamentario respecto a ‘su’ iniciativa de reforma electoral “tenga un mejor nivel y un procesamiento adecuado, en el cual se escuchen las posiciones en torno del documento, que en muchos ámbitos ha causado una extraordinaria (¿?) impresión por su caudal transformador”.
Asimismo, su cinismo es inaudito, cuando afirma que “espero que realmente no vayan a generar una discusión abreviada, me gustaría conocer la verdad, la posición, la postura de los diputados en el Congreso, más allá de la posición que tengan a favor o en contra y creo que un debate como este es muy positivo”.
¿Acaso ignora que es imposible realizar –en escasas dos semanas– un real debate democrático en el que participen
– de frente a la sociedad– todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso? ¿Para qué entonces, suplicar a los diputados para que realicen un amplio debate parlamentario? ¿Acaso tiene temor de que ‘su’ propuesta sea rechazada con motivo de una “discusión abreviada” por parte de los diputados de oposición?
Lo anterior, porque a su parecer, “es una idea que puede cimbrar a México y a su sistema de partidos en más de un sentido… porque hará una democracia más efectiva y de mayor calidad…. (ya) que se trata de una iniciativa de gran calado que tiene como objetivos primordiales mejorar el sistema de partidos, fortalecer la democracia y ensanchar la participación ciudadana”.
¡Por favor…! ¿Qué no tendrá un poco de dignidad? ¿O al menos algo de pudor?
No es posible que a pesar de su amplia experiencia legislativa, no sea capaz de distinguir las diferencias entre la participación electoral y la participación política.
En la primera, la participación ciudadana se limita al universo de los ciudadanos inscritos en el Lista Nominal del INE (electorado); y su actividad consiste en emitir su voto a favor de los candidatos de su preferencia a ocupar un cargo de elección popular. En cambio, en la segunda, la ciudadanía expresa su inconformidad en contra de actos específicos del gobernante en turno.
Por otra parte, ignora que el nuevo principio fundamental del ‘Paramento Abierto’ autoriza la participación directa de la ciudadanía en el procedimiento legislativo. Luego, es una vil mentira querer engañar a los chihuahuenses diciendo que las ‘elecciones primarias’ son “un paso fundamental si queremos avanzar al fortalecimiento de la democracia”.
Yo me pregunto: ¿Por qué presentó ‘su’ propuesta casi al término del plazo fatal? ¿Por qué diablos no exige al Congreso que ‘su’ propuesta sea consensuada con la ciudadanía chihuahuense?
Pero la pandemia del Covid-19 no solo obligó a los diputados locales a cerrar, de manera arbitraria y cobarde, el edificio del Congreso. También generó lo que llamamos la ‘pandemia legislativa’: la presentación de iniciativas completamente incongruentes con los principios de la gobernanza parlamentaria.
El ejemplo más reciente de ello es la iniciativa presentada, hace un par de días, por el diputado verdolaga Alejandro Gloria para reformar la Ley Orgánica de Poder Legislativo, en los términos siguientes:
“ART. 204. La votación se hará por cédula /en secreto) cuando se trate de dictámenes que recaigan a iniciativas que presente el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial o bien que se tenga por objeto nombrar o remover personas, las relativas a responsabilidad de las y los servidores públicos, y aquellas que así lo determine el Congreso”.
Para Alejandro, “se trata de evitar que exista la complicidad al momento de ejercer el voto y que los diputados se sientan en la libertad y en la comodidad (sic) de votar según su criterio, para garantizar la democracia y el balance institucional”.
Invito a los lectores de La Verdad Juárez para que me ayuden a descifrar el siguiente jeroglífico legislativo: “con la presente propuesta buscamos además de garantizar la libertad del voto, fortalecer las facultades del legislativo, reforzando los ejercicios que reflejen la efectiva división de poderes y sustituyendo cualquier posible estrategia autoritaria por la búsqueda de consensos, de negociaciones que no atiendan a ningún otro interés que no sea el de hacer avanzar a nuestra sociedad, garantizando así los derechos fundamentales”.
¿Le entendió? La verdad, yo no…. Que le hubiera costado al verdolaga Gloria decir, de manera directa, que está promoviendo el voto secreto de los diputados… para que no se enoje el patrón.
Reitero la frase de JuanGa: ¡Qué cinismo, ya no vergüenza tienen…!