Opinión

¿Qué hago con el feminismo? O cómo sentirse tonto y no morir en el intento.




septiembre 22, 2020

Nadie nos enseñará a ser hombres diferentes. Es algo que vamos aprendiendo en el camino. También hay hombres que no les interesa ser diferentes, pero por suerte, también veo hombres que ya viven de manera… el mundo está cambiando

Por Hernán Ortiz

El feminismo me confronta en tres sentidos. Cultural, político y personal.

Culturalmente en el sentido y significado que le doy a las cosas. No es igual, ya no puedo ver en la mujer a ese ser débil y delicado que necesita ser cuidado. Aquí en Juárez, Cabada las mandó a golpear y encerrar el día 5 de septiembre, para el 18 ya estaban de vuelta y la estrategia de que la policía cercara letras metálicas y no las atacaran como la vez pasada, deja en evidencia el miedo que les tiene el alcalde.

Canciones que antes me parecían románticas o que me hacían bailar, ahora me parece que tienen letras terribles. Ejemplos, Voy a Buscar, de Bon y los Enemigos del Silencio, y Buenos Días Amor de José José, son violaciones romantizadas, Every brathe you take, de The Police y la Serenata Huasteca normalizan a un acosador.

Hay bromas que ya no son chistosas y cosas que cambian su significado. Antes pensaba que un escote podía ser provocador, ahora sé que no es el escote sino quien lo observa quién se siente aludido pero el escote nada tiene que ver.

Las cosas ya no significan lo mismo, de hecho, no pude educar a mis hijos e hija sobre sexualidad de la misma manera en que me educaron a mí. ¿Lo hice bien? No lo sé, ni siquiera tengo a la tradición como guía.

En el sentido político.

Tantas cosas. Por ejemplo, estaba convencido que un cambio en la sociedad, en la forma de pensar y actuar de la gente pues, sólo podía darse de dos maneras, la educación o a la fuerza.

Una alumna, me aseguró que también se podía a través de las protestas y toma de espacios públicos. Es verdad, lo he visto, hace cinco años si preguntaba en el aula, ¿quién es feminista? sólo una o dos mujeres levantaban la mano. Hoy son una o dos las dejan abajo.

¿Han ganado las feministas? No, pero han mostrado que no son leales a partidos políticos ni instituciones, pueden luchar por todos los frentes, tener posturas distintas y hasta opuestas, pero tarde que temprano, todas coinciden que el mundo esta jodido y hay que cambiarlo.

Los batos somos más de estar o no estar en la política. Las mujeres son más de estar en la política, en su casa, rompiendo paradigmas, promoviendo leyes, tomando espacios institucionales (a veces a la fuerza), proponiendo, marchando. Le tiran a todo, al grado de asustar a los batos que las empiezan a llamar feminazis. Sí, es un apodo para desprestigiar, pero así de amenazados se sienten.

En el sentido personal.

La cosa es más complicada. He tenido que aprender sobre responsabilidad emocional, ¿saben? Creo que no he hecho bien. Le he tratado de enseñar a mis hijos e hija sobre ello, después de todo he cometido muchos errores que tal vez les pueden ayudar. Al parecer, la enseñanza ha funcionado, sus corazones están sanos y no andan por ahí rompiendo corazones. Parece tan normal que el amor duela que cuesta trabajo pensar en relaciones que no tengan que ver con celos, controles, estereotipos y expectativas. Partir de acuerdos y libertades parece todavía complicado.

Pero no sólo las relaciones eróticoafectivas, también amistosas. Esto está cabrón. Porque uno es bato, y le gusta estar con los batos. También me gusta sentirme de los machos de Jalisco afamados por entrones y que por eso traen pantalones… Pero ya no tanto.

¿Cómo explicar que tengo amigos machistas a los que quiero y no pienso perder? ¿Hay algún tipo de machismo válido? No lo sé. Pero de verdad quiero a gente que es así. Mi padre lo fue y lo recuerdo con cariño. ¿Hay machos diferentes? Quiero pensar que sí, soy hombre y no me gusta pensar que todos promovemos algún tipo de abuso o crimen contra las mujeres. Sé que no hay manera de saber quién sí acosa y quién no, y que es algo tan común que las mujeres están amenazadas constantemente y que deberíamos construir entornos seguros y eso nos obliga a cambiar en muchos sentidos. Pero quiero pensar que al menos mi círculo de amigos no es de acosadores… pero también he visto a algunos que sin duda lo fueron, o son.

Sí, he perdido amistades por pedirles que dejen de acosar o porque lo siguen haciendo a pesar de haberles pedido que pararan. O porque hay un machismo burdo y otro no sé… la verdad no lo sé.

Tengo amigos machos, he perdido contacto con otros machos, otros han muerto. Espero que mis hijos no sean machos, les he enseñado diferente y ojalá, mi hija no se relaciones con machos. ¿Yo soy macho? Quiero pensar que no, o que al menos voy en un camino de transición donde las relaciones de género se cuestionan.

Lo único que tengo claro es que nadie nos enseñará a ser hombres diferentes. Es algo que vamos aprendiendo en el camino. También hay hombres que no les interesa ser diferentes, pero por suerte, también veo hombres que ya viven de manera distinta a como lo hizo mi padre. El mundo está cambiando, aquí el punto es si se toma parte activa o sólo se opta por la resistencia o cambio por inercia, de manera inconsciente. ¿Cambiar por moda o aferrarse a lo tradicional de manera acrítica? Hacerlo de manera consciente no es fácil para las emociones, pues uno se reconoce, ignorante, torpe, muy falible, incómodo para otra gente, raro y hasta tonto… pero eso sí, libre.

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