Joe Biden se convertirá en el presidente número 46 de Estados Unidos, pero antes debe librar la obstinación de Donald Trump quien se niega a aceptar la derrota. La historia aún no termina
Texto: Alberto Nájar / Pie de Página
Fotografías: Mauricio Palos / Ximena Natera
Ciudad de México, Filadelfia y Nueva York– Después de una cerrada votación y días de incertidumbre, Joe Biden ganó la elección presidencial de Estados Unidos.
Según las principales cadenas de televisión estadounidenses y agencias internacionales de noticias, el candidato del Partido Demócrata obtiene entre 273 y 290 posiciones en el Colegio Electoral.
La diferencia corresponde a las mediciones de cada medio. BBC, por ejemplo, le otorga 273 votos, mientras que Fox News pronostica 290 espacios.
En todo caso Biden obtuvo más de los 270 votos necesarios en el Consejo, para convertirse en presidente electo.
A pesar de estos números Donald Trump se resiste a aceptar el resultado.
Este sábado, horas antes de publicarse la noticia, el magnate publicó en su cuenta de Twitter: “¡Gané esta elección por mucho!”.
Luego, en un comunicado de su equipo de campaña, advirtieron que no reconocen el resultado de los comicios.
“Esta elección está lejos de haber terminado. Joe Biden no ha sido certificado como el ganador de algún estado”, dijo.
Más allá de la controversia, la noche del sábado el candidato demócrata presentó su primer discurso como ganador de la contienda presidencial.
Fue un mensaje que pretendió ser conciliador, con la idea de unir al país como eje de lo que desde ahora perfila como su gobierno.
“El pueblo de esta nación ha hablado y nos ha dado un claro mensaje” dijo en el estacionamiento de su sede de campaña, repletas de automóviles y cientos de simpatizantes.
“Es hora de bajar la temperatura, mirarnos, escucharnos de nuevo y dejar de ver a nuestros oponentes como rivales. Es el momento de sanar a Estados Unidos”.
A diferencia de Joe Biden, quien en distintos momentos este sábado tuvo apariciones públicas, el presidente Donald Trump se mantuvo casi en silencio, encerrado en sus oficinas y habitaciones de la Casa Blanca en Washington, DC.
De hecho sus únicas comunicaciones con el exterior fueron por internet. La mañana del sábado, horas antes de publicarse la noticia, el magnate publicó en su cuenta de Twitter: “¡Gané esta elección por mucho!”.
Y después que se difundió su derrota, con miles de personas en festejo en varias ciudades, el mandatario aseguró haber obtenido 71 millones de votos. “Lo más que ha obtenido un presidente en funciones”, resaltó.
“Gané esta elección, tuve 71 millones de votos legales. Pasaron malas cosas cuando nuestros a nuestros observadores no se les permitió verlo” dijo en Twitter.
Trump, por lo pronto, se mantuvo en su intención de impugnar ante la Corte el resultado de los comicios. “Esta elección está lejos de haber terminado. Joe Biden no ha sido certificado como el ganador de algún estado” dijo su equipo de campaña en un comunicado, la mañana del sábado.
“A partir del lunes, nuestra campaña empezará a defender nuestro caso en la Corte para asegurar que las leyes se respeten y que se declare el ganador correcto”.
“Todos sabemos por qué Joe Biden se está apurando falsamente para declararse ganador y por qué sus aliados de los medios están tratando de ayudarlo tanto: no quieren que la verdad sea expuesta”.
La inédita votación
Joe Biden obtuvo más de 74 millones de votos en las urnas, con lo que se convierte en el presidente con más respaldo en la historia de Estados Unidos.
Además, las elecciones del pasado martes tuvieron la mayor participación en unos comicios desde 1900.
El porcentaje de participación superó el 60%. El promedio en las votaciones estadounidenses no suele superar el 52%
Algunos analistas destacaron estos números, sobre todo porque la elección se hizo en medio de un repunte de la pandemia de COVID-19. Hasta el momento más de 230 mil personas han muerto en ese país.
A pesar de ello Biden alcanzó cifras históricas. Hay varias razones, explican especialistas.
Una de ellas es que muchos estadounidenses no votaron por el demócrata, sino en contra de Donad Trump.
La elección fue, de hecho, un referéndum sobre la gestión del magnate, quien desde el inicio de su gobierno en 2017 estuvo rodeado de varios escándalos.
Otro elemento en la victoria de Biden fue el respaldo que obtuvo en algunos estados considerados clave, como Pensilvania, Michigan y Wisconsin.
De hecho fue el resultado de la primera entidad lo que inclinó la balanza este sábado.
Un punto adicional es que a diferencia de hace cuatro años, cuando Hillary Clinton perdió la elección, ahora el Partido Demócrata hizo a un lado sus diferencias internas y contendió como un solo bloque.
Además logró reunir el apoyo de otros grupos lastimados por el gobierno de Trump. Fue el caso de la comunidad afroamericana, mujeres blancas, universitarios y un importante grupo de científicos y ambientalistas.
También contribuyó, reconocen especialistas, la forma como el todavía presidente enfrentó la emergencia sanitaria por el coronavirus sars cov 2.
El magnate pareció minimizar el impacto de la pandemia, y cuando la situación empeoró envió mensajes confusos, que afectaron la estrategia sanitaria de su gobierno.
Una de estas señales fue su actitud después de haberse contagiado de COVID-19.
El presidente se negó a asumir una posición más cautelosa ante los estadounidenses, a pesar de haber sido hospitalizado durante tres días.
De hecho en las últimas semanas de la campaña parecía burlarse de la pandemia. “¡COVID, COVID, COVID! ¡Los medios sólo hablan de eso!” repetía en los mítines.
Conteo inconcluso
Aunque es un hecho que las votaciones favorecen a Joe Biden, la contienda electoral aún no termina.
Algunos estados no terminan de contar los votos, condición necesaria para establecer las cifras finales.
Es, también, un elemento necesario para que la Corte analice el resultado y la votación, como exige Donald Trump:
Los ministros no pueden analizar algo que no esté completo, ni haya sido dictaminado como oficial por las autoridades electorales.
En caso de que la Corte valide los resultados es necesario esperar a que el Consejo Electoral se reúna y los delegados voten por su candidato.
Es parte del sistema electoral estadounidense que permite inclusive que los consejeros cambien de opinión, y voten por el candidato contrario por el que fueron designados.
No está claro cuándo puede terminar el proceso. Lo único cierto es que el nuevo presidente de Estados Unidos debe rendir protesta al mediodía del 20 de enero de 2021.
¿Hay manera de evitar este vericueto? Sí: que Donald Trump reconozca su derrota.
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