En una ventana se asoman Drácula y el Hombre Lobo, pero en la otra no está El Santo… 2021 será un voto contra uno mismo. Será buscar dónde duele menos.
Alejandro Páez Varela
El viernes, en una conversación en “Los Periodistas” (programa que conducimos Álvaro Delgado y un servidor en La Octava), Gustavo Madero nos dijo que se uniría con un criminal para “salvar una vida”. Madero intentaba darle un sentido ético a la alianza del PAN con el PRI en 2021. Las vidas que Madero dice que va a salvar en alianza con un criminal son las de los mexicanos. Ahora me pregunto quién, en su sano juicio, pediría a Drácula y al Hombre Lobo que lo salvara en una noche negra.
En realidad no me pregunto eso. Lo que me pregunto es por qué PAN y PRI siguen consiguiendo votos. Uno se chupó al borrego, otro destazó a la chiva; pero hay quien sigue abriéndoles el corral, la casa, la recámara de los niños. Y ahora peor: abres la puerta a Drácula y de regalo viene el Hombre Lobo, o viceversa. La respuesta es que hay una extraordinaria voluntad del ser humano por ir contra sí mismo. Y los casos sobran, desgraciadamente. Y no sólo involucran a PAN y a PRI.
Creo que le pasa a Morena con sus alianzas. Y lo siento, porque el partido es nuevo y podía marcar la diferencia. El Partido (dizque) “Verde” es un pantano hediondo: ¿por qué sumarlo? ¿Eso es muy de “cuarta transformación” o qué? No entiendo. O como esos mexicanos que siguen votando por el PRI: robó a sus abuelos, robó a sus padres y ahora, por voluntad propia, quieren que los robe a ellos. No los entiendo. Es ir contra uno mismo.
No vayamos lejos: es el caso de Hugo López-Gatell. Mucho a lo que se aferra va contra él mismo. No enviar un mensaje rotundo respecto a las mascarillas va contra cualquier estrategia; es decir, contra su estrategia; es decir, contra sí mismo. Sostener durante meses que no se aplicaban más pruebas porque hacemos “un muestreo” de casos (“tipo una encuesta”) llamado Centinela, y mantenerse en eso, fue ir contra sí mismo. Decir que lo mejor que podía pasar es que le diera COVID-19 al Presidente para que obtuviera inmunidad, iba contra él mismo: ¿se imaginan si el Presidente, con una salud fuerte pero con vulnerabilidades, necesita ser hospitalizado o cae en coma? Y no quiero ni imaginar más de eso.
Y le pasa al mismo Presidente. Mantener los chorros de dinero a Televisa y Televisión Azteca y no crear mecanismos transparentes para la publicidad oficial, va contra él mismo. Las televisoras le han dado la espalda a todos y cada uno de los presidentes en cuanto dejan el encargo y lo harán con él porque su lealtad es con el dinero; son adictos a los presupuestos públicos. Y lo de darle ríos de dinero a La Jornada es igualmente lamentable porque se trata de un medio dirigido por la comadre de López Obrador y Jesús Ramírez viene de esa casa editorial. No digo que no se le dé a La Jornada, digo que debió aprovecharse el momento para sanear el reparto con un mecanismo transparente que permitiera a ése y a otros medios críticos mantener el vuelo; crear un universo de medios alternativos. No se hizo. Lo de las televisoras, en cambio, es dinero a la basura. Es conveniencia de corto plazo. Ni siquiera son el futuro: son el pasado. Darles más es ir contra sí mismo. Creo que AMLO lo sabe; creo que cierra los ojos, saca la pistola y se dispara en la mano; se da un tiro a sí mismo. No lo entiendo.
Pero esa tendencia a flagelarse –regreso a lo de Madero– queda más que clara con la alianza PAN-PRI junto con (¡tarán!) los patrones. Hace muchos años que su destino es uno solo; hace años que decidieron unir sus propósitos. El ejemplo que mejor lo explica es el del salario. Durante 40 años fueron degradando el valor de lo que ganan los mexicanos. Aunque en los últimos dos años el poder adquisitivo aumentó considerablemente, desde Miguel de la Madrid (1982) y sobre todo desde Carlos Salinas de Gortari (1988) el salario se fue hundiendo a tales niveles que el mexicano tiene el más bajo de todo América Latina. ¿Por qué? Porque ambos partidos y los patrones decidieron que “provocaba inflación” darles apenas para no morirse de hambre. Y así, como con en el salario, toda la carga de enriquecer a un puñado ha recaído en las mayorías. Es decir: todo el esfuerzo para tener a un puñado de individuos estúpidamente ricos ha sido de los que menos tienen. El argumento era que porque si le daban más a los trabajadores se disparaba la inflación. Mentiras. ¿Cómo votar por los patrones? No entiendo que esa alianza aparezca siquiera en las encuestas.
Hoy, esos tres (PAN, PRI y los patrones) se han unido formalmente para pedir el voto de las mayorías. Un combo de tres por uno para las elecciones de 2021. Los verdugos de la gente de a pie quieren que los de a pie les regresen su papel de verdugos sólo porque, dicen, es necesario “retomar el rumbo”. ¿Cómo es eso? ¿Cómo pueden pedirle el voto a la gente para recuperar su papel de verdugos de la gente? No lo entiendo. Cómo será la campaña 2021, qué dirán, cómo lo explicarán sin contar mentiras. Cómo pedirán el voto de la gente evadiendo decirle que durante 40 años (sigo con el ejemplo, aunque puedo usar otros) se unieron (PRI, PAN y patrones) para quitarle el pan de la boca. No entiendo. Y menos entenderé que exista gente con la voluntad de votar por ellos; por esa alianza que necesita de los votos de la gente para sobrevivir, pero que es la misma que se encargó de usar esos votos para sangrar a la gente casi hasta la inanición. ¿Tiene sentido lo que escribo? Porque no entiendo. Es como si Drácula, el Hombre Lobo y una Momia de Guanajuato se unieran para ofrecerse en un sólo regalo de Navidad. (“¡Papá, mamá, llévalos a casa, mételos en la recámara de tus hijos! ¡Tres por uno!)”. Carajo.
Ahora, que tampoco cierro los ojos. Y muchos no cierran los ojos. En una ventana se asoman Drácula y el Hombre Lobo, pero en la otra no está El Santo. Está otro amasijo del terror: los zombies Pío, David León y Manuel Velazco; los Monstruos de la Laguna (y el Partido) Verde; Manuel “el cerebro diabólico” Bartlett y varias mujeres vampiro: que si Felipa, que si Yeidckol, que si Ana Gabriela…
El Presidente suele decir que “no somos iguales”. Pero no basta decirlo: hay que probarlo. Es como el mismo título rimbombante de su movimiento: “La Cuarta Transformación”. No basta decirlo: tienen qué probarlo. Por eso es que hay quien se confunde y todavía vota por sus verdugos. Por eso es que PAN-PRI y los patrones tienen posibilidades: porque no está claro en dónde está El Santo y en dónde las Momias de Guanajuato. Por eso es que muchos votan por quien consideran el menos peor, y suelen equivocarse.
Pues sí, ni modo. La verdad, la verdad, es que sí entiendo: 2021 será un voto contra uno mismo. Será un balazo en una mano. Será buscar dónde duele menos; dónde no pega en hueso.
Chingao.
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Alejandro Páez Varela. Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx