Como todo en México, el inicio de la vacunación estuvo marcado por la polarización política. Pero entre el personal de salud y los funcionarios del gobierno lo que prevaleció fue la esperanza. Esta es la crónica de un 24 de diciembre que nunca se olvidará
Texto: Daniela Pastrana e Isabel Briseño / Pie de Página
Fotos: Isabel Briseño y Presidencia
Eran las 7.40 de la mañana En el salón Tesorería del Palacio Nacional, la conferencia diaria del presidente se desarrollaba como cualquier otro día. Si acaso, con menos reporteros que los habituales asistentes y una particular inquietud por el inicio del plan de vacunación.
En la conferencia estaban Jorge Alcocer y Marcelo Ebrard, los secretarios de Salud y de Relaciones Exteriores, que han sido los responsables de conseguir las vacunas que el mundo entero está esperando y diseñar el plan para distribuirlas. También estaban Rafael Ojeda y Luis Cresencio Sandoval, los secretarios de Marina y de la Defensa Nacional responsables de la logística, que implica mantener las dosis seguras a menos 70 grados centígrados, y Juan Ferrer, del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
Alcocer había presentado el informe técnico de la situación de la pandemia en México, que se presentó la noche anterior en la conferencia de salud y que, para el amanecer del 24 de diciembre registraba casi 120 mil personas fallecidas por COVID-19. No lo dijo Alcocer, pero junto con Francia, Argentina y Hungría, México se acerca a la tasa de mil muertes por millón de habitantes que ya rebasaron otros 14 países, incluidos Perú y Estados Unidos en América.
También explicó, por enésima ocasión, el plan de vacunación que durará todo el 2021.
Ebrard, por su parte, fue el encargado de aclarar la polémica sobre las 3 mil dosis que llegaron el día previo.
”Somos el primer país de América Latina que la recibió (la vacuna de Pfizer). Hoy se inicia la vacunación en México, en la Unión Europea se inicia el domingo. Entonces, sí se cumplió, señor, sí llegamos a tiempo, dijo de entrada. Luego, con su particular estilo de preguntarse él mismo y contestarse, aclaró que la próxima semana llegarán otras 50 mil, que en enero se sumarán 1.4 millones de dosis. También repitió, lo que dijo en la conferencia del martes: que la primera dosis era para “calibrar el operativo”.
“¿Por qué se pidió un número primero y por qué se programó así? Por concepto de eficiencia y organización, ya lo explicó el doctor Alcocer: hay que capacitar a muchas personas, preparar la refrigeración, distribuir, prever la distribución con mucho cuidado. No podemos tener stocks en inventario porque es ultracongelado y no puedes tener las cajas de distribución intermedias, que son cajas con hielo seco -como también ya se explicó- demasiado tiempo, tiene que estar todo cronométricamente organizado”.
El canciller mostró la gráfica de entrega de vacunas contratadas con Pzifer (34.4 millones) y de nuevo presentó los estatus de las vacunas precompradas a AstraZéneca y BioCansino (más de 100 millones) y de otros 8 laboratorios que realizan o están en trámite de realizar la Fase 3 de sus ensayos clínicos en México.
Poca novedad, para quienes habíamos estado toda la semana en ese salón.
Fue entonces cuando el presidente anunció que iría “en vivo” a las tres sedes de la vacuna y al primer cuadro apareció Hugo López-Gatell el subsecretario de Salud sobre el que ha caído el peso de informar las acciones del gobierno mexicano sobre la pandemia.
“Le reporto, estamos efectivamente aquí en el Hospital General de México Doctor ‘Eduardo Liceaga’, un hospital, como ya decía el doctor Alcocer, emblemático no sólo como centro de enseñanza y de investigación y de servicios, sino un motor de la justicia social en salud que fue seleccionado, porque este es un elemento fundamental de la historia del país y de la historia del mundo”, dijo López-Gatell, convertido en un improvisado “enviado especial” para el canal televisivo Cepropie (Centro de Producción de Programas Informativos y Especiales de la Presidencia).
“Estamos con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, su equipo de salud, la doctora Oliva López Arellano, la directora general del propio hospital, la doctora Guadalupe Guerrero, y el coordinador de los Institutos Nacionales de Salud, el doctor Gustavo Reyes Terán. Y estamos ya listos con el puesto de vacunación. Hoy 24 de diciembre inicia la vacunación contra COVD-19 en México y cambia la fase, el manejo de la epidemia hoy con una luz de esperanza. Hoy tenemos un instrumento de protección específica que se vuelve en un mecanismo muy eficaz, potencialmente muy efectivo para darle la vuelta a la página a esta epidemia que nos ha causado tanto dolor”.
Luego matizó: “Es importante y es nuestra obligación como personal médico siempre recordarlo: no acaba de un día para otro la epidemia, llevaremos varios meses en que se logre controlar en México y en el mundo, así que no debemos bajar la guardia, debemos seguir todavía durante varios meses con las medidas de protección, la sana distancia, el cubrebocas, el lavado de manos, etcétera. Pero hoy cambia definitivamente la perspectiva, hoy tenemos la esperanza de que con la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 empezaremos a combatir de manera mucho más efectiva a este terrible enemigo de la humanidad”.
Luego, el subsecretario presentó a María Irene Ramírez, de 59 años, jefa de Enfermería en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital ‘Doctor Rubén Leñero’, el Hospital ‘Rubén Leñero’, de los servicios de salud de la Ciudad de México, quien voluntariamente aceptó recibir la vacuna.
—¿Cómo se siente, María Irene?
–—Un poco nerviosa, pero muy feliz. La verdad es que es el mejor regalo que pude haber recibido en el 2020. Y esto me da pauta nada más para seguir ahora con más seguridad y con más bríos para seguir al frente de esta guerra de un enemigo invisible, vamos a seguir adelante. Y pues sí tenemos miedo, ¿verdad?, pero tenemos que seguir adelante porque alguien tiene que hacerle frente a esta lucha y yo estoy dispuesta a seguir en la línea de fuego.
López Gatell siguió hablando de quienes realizarían la vacunación y de sus características, que llevaba una hora en proceso de descongelamiento, pero en el salón ya nadie escuchaba. Todos estaban atentos a la preparación de la jeringa con la vacuna para la enfermera especialista. La recibió a la 7.50
—¿Duele?
—Sí un poquito.
—Un poquito de dolor que causa, desde luego que causa.
—-En comparación de todos, me quedo con este, aclaró la enfermera.
—Perfecto, perfecto. Listo, presidente. Reportamos saldo blanco, reportamos optimismo. Empieza la vacunación contra COVID-19 en México hoy 24 de diciembre de 2020. No nos detendremos, como usted lo ha instruido, hasta tener la cobertura universal de la vacunación contra COVID a todo el pueblo de México, que se recibirá esta vacuna de manera gratuita garantizada por el Gobierno de México. Esperemos que todos y todas contribuyan a esto, voluntariamente deseen vacunarse para la protección de todos los grupos de riesgo que usted señaló, empezando por el personal de salud, con quien estamos profundamente agradecidos por su apoyo, sus servicios y sus cuidados.
El salón Tesorería hubo un aplauso espontáneo, que incluyó a algunos periodistas sentados en la primera fila y a todo el equipo de comunicación social y de Cepropie. Era imposible no contagiarse con el ánimo, porque después de 10 meses de COVID-19 en México, prácticamente nadie en esa sala se ha librado de un contagio o de una pérdida familiar.
El subsecretario dirigió el enlace a los otros dos enviados especiales de la transmisión: Zoé Robledo, director general del IMSS, en Querétaro con el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez; y Luis Ramírez Pineda, director general del Issste, con el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo.
El presidente López Obrador agradeció a la jefa de Gobierno, Claudia Shienbaum, y siguió con el tono festivo que, en sus redes sociales y hasta la última conferencia del día, repetirían todos los funcionarios del gobierno federal.
Un día de esperanza, pero aún falta mucho
Como todo en México, el inicio de la vacunación estuvo marcado por la polarización política y la desconfianza de sectores de la población a las acciones del gobierno. Pero en las instalaciones del Hospital General de México de la capital del país, donde se aplicaron 945 de las 2 mil 825 dosis distribuidas este 24 de diciembre, lo único que se percibía era esperanza.
Largas filas y en promedio, una hora y media bajo los rayos del sol, era el tiempo de espera del personal médico de varias unidades de la zona metropolitana para recibir la primera de dos dosis de la vacuna Pfizer-BioNtech; la segunda, en 21 días, será aplicada en cada unidad médica.
Además de médicas y médicos, la fila incluía a personal de enfermería, inhaloterapia, medicina, laboratorio, radiología, limpieza, ambulancia y manejo de alimentos que han estado directamente involucrados con la atención a pacientes de COVID-19.
Entrevistados sobre la vacuna: aseguraron que se sienten más protegidos para seguir trabajando.
“Si me siento muy agotada y desgastada pero debo continuar ayudando a los pequeños, porque me ha tocado ver a muchos fallecidos”, dijo la pediatra Liliana López Hernández de 32 años de edad que labora en el Hospital Centro Médico Nacional Siglo XXI.
La enfermera Verónica, trabajadora del ISSSTE en el Hospital Regional Lic. Adolfo López Mateos, expresó que no ha descansado desde que inició la pandemia y aunque sabe que seguirá corriendo riesgo de contagio, se siente más segura con la aplicación de la vacuna para seguir realizando sus funciones.
La radióloga Rosario González comentó que fue seleccionada junto con 10 personas más de su hospital para ser vacunada y que le avisaron un día antes. “Fuimos seleccionados porque hemos trabajado durante todos estos meses y no hemos salido positivos a coovid”, indicó. También dijo considerarse afortunada en no haber contraído el virus pese a que varios compañeros ya han fallecido.
Ninguna de los entrevistadas tuvo reacciones por la vacuna. Varios comentaron para Pie de Página que es importante que la población continúe con las medidas para evitar más casos, pues aunque ya exista vacuna, la pandemia parece no terminar pronto.
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Hugo López Gatell y Zoé Robledo llegaron visiblemente de buen ánimo a la conferencia nocturna, y ni siquiera el hecho de que sólo hubiera dos periodistas en la sala les quitó el buen humor.
Robledo, quien encabeza la institución de salud pública más grande de México, no tenía más que palabras de felicitación para los trabajadores del IMSS que han dado una fuerte batalla contra el virus y cuyos hospitales, dijo el miércoles, están en 88 por ciento de su capacidad hospitalaria y con personal médico exhausto. El funcionario pasó unos videos en los que mostraba el apoyo ciudadano a los médicos que esta semana llegaron de refuerzo a la capital del país.
Pero fiel al tono que ha seguido durante toda la pandemia, el subsecretario López-Gatell intentó bajar la euforia y matizó: No debemos creer que la inmunidad es automática. Por lo menos pasarán 15 días para que las personas vacunadas tengan una inmunidad superior al 85 por ciento y sólo después de pasados 15 días de la segunda dosis, que será en 21 días, podrán considerarse inmunes. Tampoco está claro cuánto tiempo durará la inmunidad. Y faltarán varios meses para que ésta sea generalizada.
Hasta este 24 de diciembre, la pandemia suma en el mundo más de 80 millones de contagios y casi 1.8 millones de fallecimientos.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.