La tala de bosque en la Sierra Tarahumara sigue y la Fiscalía de Chihuahua solo los vigila para que no sigan construyendo su taller de costura, no impidió que a los rarámuri les robaran 2 tinacos con capacidad de almacenar mil 200 litros de agua
Jaime Armendáriz / Raíchali
Los habitantes de la comunidad rarámuri bosques de San Elías Repechique, municipio de Bocoyna, ven como el bosque es talado sin la intervención de la autoridad. A la par el gobierno les impide terminar su taller de costura Bowe Najativo, un proyecto detenido desde hace 7 meses.
Esas dos situaciones en particular los movilizaron de nuevo esta semana para acudir a los juzgados federales en la ciudad de Chihuahua. “Vemos que no se reconoce el derecho al trabajo ni a la vida”, expresó Luis Pérez, de la comunidad, en entrevista con Raíchali.
Ahí exigieron sea respetado un amparo existente desde 2018 que impide la tala, pero que en la realidad no se ha cumplido. Y por otro lado esperan el avance de un recurso que les tiene detenida la construcción de su taller Bowe Najativo, un proyecto para autoemplearse.
Esas dos batallas forman parte de la lucha por lograr el reconocimiento del territorio. Es un espacio ocupado por ellos ancestralmente pero les es peleado por cacicazgos y empresarios.
La comunidad está cerca de Creel, uno de los puntos turísticos más reconocidos de la sierra Tarahumara. La destrucción del bosque les ha repercutido en agresiones constantes hacia sus habitantes, y en el deterioro de su hábitat.
“¿De qué forma vamos a poder cuidar el bosque si no tenemos respuesta de las autoridades?”, cuestionó Luis.
Y es que la propia Semarnat no ha respetado el derecho constitucional a la consulta. Es decir, que no se ha preguntado a los pobladores cuál quieren que sea el destino de los aprovechamientos naturales de la zona. Mientras tanto privados arrasan con el recurso por encima del amparo que suspende esa actividad.
Actualmente nos están dejando sin pinos, y aparte ya están marcando otros pinos que serán talados, advirtieron los integrantes de la comunidad.
Esa destrucción del bosque también les quita una materia prima importante: las hojas de pino. Estas son utilizadas para hacer “wares”, unas canastas tejidas de manera artesanal.
Bosques de San Elías Repechique ganó en 2018 un amparo para evitar la tala. De ahi la desesperación de los habitantes es que no se hace valer y por eso estuvieron en los juzgados para exigir el cumplimiento.
De Fiscalía vigilan que no construyan su taller pero no impiden los robos
El taller de costura rarámuri Bowe Najativo es un proyecto financiado por el Fideicomiso de la Comunidad Bosques de San Elías Repechique.
Ese fideicomiso fue constituido a finales del 2016 por el Estado por mandato judicial. Se trataba de reparar los daños ocasionados por la Construcción del Aeropuerto de Creel. Esta obra fue iniciada durante la administración de César Duarte, y de la cual no se les consultó.
Con parte de ese recurso se planeó el taller de costura, iniciado en abril del 2020 Pero a los 2 meses siguientes llegaron elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) para detener los trabajos.
El motivo es que existe una demanda del empresario Fernando Cuesta por el presunto delito de despojo. Él reclama como propios los terrenos del lugar llamado Cerros de la Virgen.
Desde entonces, junio del 2020, hay vigilancia del Estado para impedir que siga el proyecto. Inclusive en agosto detuvieron a varios rarámuris por encontrarse en los alrededores del terreno donde está la obra negra.
Sin embargo, esa vigilancia solo se ha enfocado en eso. Ahí mismo les robaron a los rarámuri 2 tinacos con capacidad de almacenar mil 200 litros de agua, que era parte de la edificación.
El impedimento de continuar ha afectado los planes de por lo menos 10 mujeres y 2 hombres de la comunidad que empezarían con la operación del taller de costura rarámuri, explicó Teresa González, una de las encargadas del proyecto.
De todo ese proceso existe un recurso en los juzgados federales pero tampoco hay un avance.
Por lo pronto esperan respuesta de la autoridad estatal, tanto de Secretaría General de Gobierno como de la Fiscalía General para abordar la tala y la detención del taller.
“Nos urge que nos den respuesta. Estamos batallando mucho”, subrayó Teresa.
La Consultoría Técnica Comunitaria, A.C. (Contec) informó que la posesión la tienen los pobladores desde hace más de 100 años (Contec).
La organización, acompañante en esa lucha por el reconocimiento del territorio, dio a conocer que la comunidad se encuentra asentada en 12 predios particulares que fueron adquiridos cuando los indígenas los habitaban.
De los permisos de aprovechamiento forestal, las comunidades indígenas han mantenido la exigencia del Derecho a la Consulta Previa Libre e Informada, y los principios de buena fe. Pero no han sido escuchadas.
Ese principio de la consulta llevó a los pobladores a ganar un recurso en tribunales federales contra Gobierno del Estado por la edificación del aeropuerto. Esta obra aún no es funcional.
Durante abril del 2015 la comunidad decidió en una reunión que el recurso del Fideicomiso sería utilizado para generar Proyectos Productivos en beneficio de la comunidad.
En diciembre del 2016 y a principios del año 2017, Bosque de San Elías-Repechique, con el acompañamiento y la asesoría de Contec elaboraron el primer proyecto consistente en un salón de Usos Múltiples y las reglas de operación del Fideicomiso.
Del salón, localizado en la Ranchería de Río Oteros, aprobado en el año 2017, se pidió al Comité Técnico del Fideicomiso la auditoría del proyecto ya finiquitado, pero la revisión no ha concluido.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Raíchali que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.