Ante candidaturas tan pobres y campañas tan ofensivas, la verdad creo que lo más digno es no ser parte del proceso electoral. Pero las elecciones no son la única manera de involucrarse en los asuntos públicos, por ley tenemos otras alternativas
Por Hernán Ortiz
Este año las campañas electorales son de verdad ofensivas. Parten de la idea de que su público objetivo es gente poco o nada inteligente, sin memoria y ni un ápice de idea de cómo funciona el gobierno. Funciona en el sentido de que toda la gente pone dinero para que el gobierno atienda asuntos públicos.
Las campañas están dirigidas a imbéciles y eso es ofensivo. Mucho.
No, no voy a presentar y a discutir los sinsentidos que presentan todos y cada uno de los partidos. No me da la vida.
A esta ofensa que es la campaña política, hay que sumarle un elemento muy triste. La incapacidad de debate que tenemos…
Parece que todo gira en torno a la 4T, al gobierno de AMLO, es a favor o en contra, es muy medieval dar la vida por el Señor Feudal. El apoyo ciego me parece tan sospechoso como el rechazo sin fundamento.
¿Qué postura tengo?
Bueno hay cosas en las que estoy a favor y otras no.
¿Lo del aeropuerto? La verdad me tiene sin cuidado, al igual que otros expresidentes gastan mucho dinero en tonterías.
¿El Tren Maya? Me parece que meter un tren en una ruta donde la carretera funciona de maravilla es innecesario, pero es una región del país muy lejana a este desierto.
¿Las refinerías? No estoy enterado como para dar una opinión al respecto.
¿Política migratoria? Me da vergüenza la sumisión que tenemos a Estados Unidos.
¿La Guardia Nacional? Pues no ha servido de nada, pero al menos aquí en Juárez no ha sido sanguinaria como el Ejército en época de Calderón.
¿Quitar apoyos a distintas instituciones? Creo que la solución era combatir la corrupción, no retirar todos los apoyos.
¿Dar el dinero directamente a los beneficiarios? Creo que ha sido bueno, pero no a costa de eliminar instituciones.
¿El sistema educativo? Bueno, no estaba muy bien, pero las convocatorias sin pago y metodologías apuradas para la definición de los libros de texto, da una idea de cómo se va atendiendo la educación en el país.
En varios estados hay quejas de lo mismo que aquí en Chihuahua, el PRIAN se ha pasado a MORENA. ¿Será cierto? ¿AMLO será consciente o sólo es movimiento de Mario Delgado? ¿Mario puede hacer cosas sin que AMLO se entere, pero sí el resto del país?
¿Debería AMLO liderear MORENA?
Debatir este tipo de cuestiones no es fácil, he conocido personas brillantes que su principal argumento es, “eres de los 30 millones que le creyeron al cacas”, y a otras no menos sabias decir, “lo que pasa es que eres un oligarca de la sociedad civil”.
Lo dice gente que me conoce, sabe que no tengo casa propia, no tengo auto, mi bici es donada, porque la otra que también fue regalada me la robaron, no tengo ni pinches corbatas. Que no es queja, vivo como quiero vivir. Pero, ¿considerarme parte de la clase privilegiada? Eso me parece más un insulto que un argumento.
Nunca me molestó que a Felipe Calderón le dijeran FeCal, pues le tengo este eterno resentimiento por haber mandado el ejército a Juárez. Cuando le dicen Cacas a AMLO, percibo cierto odio sin razón. También noto ese mismo tipo de odio dirigido a quiénes cuestionan a AMLO. El odio no es la mejor manera de empezar diálogos, si es que se buscan acuerdos.
No, no descarto el odio como principio, hay cosas que sí deben odiarse, pues nos han costado mucho. Por ejemplo, la impunidad, la ignorancia en funcionarios públicos, las corruptelas con proveedores y contratistas de gobierno, violaciones a los Derechos Humanos, los abusos de poder, la discriminación. Todo eso sí debemos odiarlo y buscar la manera de desaparecer esas chingaderas de la vida. Pero odiar con quién debes convivir, no suena un buen principio.
Tampoco descarto el odio a otras personas, por ejemplo, al corrupto, al asesino, al racista, al político que engaña. Bueno, tal vez por eso me parecen tan ofensivas las candidaturas de este año.
Si debo ponerle una etiqueta a mi postura, me denominaría demócrata. No, no del partido estadounidense. Me refiero a estar convencido que los asuntos públicos se atienden por medio del debate, diálogo y la construcción de acuerdos que pueden cambiarse si el resultado no es el esperado.
¿Justicia o libertad como el principio político? Bueno, prefiero la justicia en algunas cosas, casi en todo, pero hay libertades que quisiera no sacrificar. Prefiero una educación justa, más que una libre, y apoyo la libertad de credo, pero sólo si se garantiza el laicismo en instituciones y debates públicos. Creo que el punto es ir encontrando la mediación que nos permita convivir más que imponer una visión.
Estoy seguro que un mundo donde todas las personas pensamos igual lo más seguro es que sea una dictadura de un gobierno autoritario o totalitario. En la democracia, no es a pesar de los otros y otras que debemos atender lo público. Es con los otros y las otras.
En fin, ante candidaturas tan pobres y campañas tan ofensivas, la verdad creo que lo más digno es no ser parte del proceso electoral. Da igual quién gane, no veo ninguna diferencia. ¿O sí? Además, no estoy dispuesto a dar algo tan valioso como mi voto al menos malo, que de perdida haya una propuesta más o menos digna para votar.
Pero las elecciones no son la única manera de involucrarse en los asuntos públicos. Al menos no en Chihuahua, por ley tenemos al menos las siguientes alternativas:
- El referéndum.
- El plebiscito.
- La iniciativa ciudadana.
- La revocación de mandato.
- Audiencias públicas.
- Consulta pública.
- Consejos consultivos.
- Comités de participación.
- Planeación participativa.
- Presupuesto participativo.
- Cabildo abierto.
- Contralorías sociales.
- Colaboración ciudadana.
- Mecanismos de participación social para niñas, niños y adolescentes.
¿Son perfectas alternativas?
Definitivamente no, son complementos a la democracia representativa que esta en evidente crisis. Pero ahí están.
Mi propuesta, bueno, no sé si propuesta, pero lo que haré para no ser parte del circo electoral, es no involucrarme, y utilizar las otras formas de participación ciudadana para ser parte de la toma de decisiones de lo que pasa en el lugar en el que vivo.
Ser indiferente es poco responsable, pero ser cómplice del este circo, me parece indigno, mejor, seguiré participando, pero desde otras alternativas.