110 años después de que en Torreón fueran asesinados 303 chinos durante la Revolución Mexicana, el gobierno mexicano hizo una petición de perdón a la comunidad de ese país y prometió que el Estado mexicano no permitirá más el racismo
Texto: José Ignacio De Alba / Pie de Página
Torreón, Coahuila– Este capítulo oscuro de la historia de México es pocas veces rememorado, hasta hace algunos años era solo un relato marginal. Pasaron gobiernos sin que muchos presidentes mencionaran palabra alguna sobre el tema. Este sexenio se decidió no solo recordarlo, el presidente Andrés Manuel López Obrador “reconoció” los agravios cometidos contra la comunidad china y se hizo una petición de perdón.
En 1911, en la toma de la ciudad de Torreón, Coahuila, el bando revolucionario comandado por Emilio Madero —hermano de Francisco I. Madero— y Benjamín Argumedo provocó una ola de asesinatos contra la comunidad china de la localidad. En mayo de aquel año 303 chinos fueron masacrados en una de las peores muestras xenófobas de la historia de México.
La petición de perdón, a nombre del Estado mexicano, la realizó el exembajador de México en China, Sergio Ley López. El hombre de 80 años está emparentado con la comunidad china de Torreón. En su breve discurso explicó que su abuelo llegó a vivir a la Comarca Lagunera el mismo año de la masacre, relató que aún después del “pequeño genocidio” el racismo permaneció en el país durante décadas.
El embajador emérito contó que su familia tuvo que irse a vivir a Culiacán, Sinaloa, donde se dedicaron al negocio de los abarrotes. Con la vuelta de los años aquel pequeño negocio, Casa Ley, se convirtió en la principal cadena de tiendas de autoservicio en el noroeste del país. La historia de la familia Ley López es una muestra de la influencia que ha ganado esta comunidad binacional.
Sergio Ley estuvo conmovido durante el evento, en su relato se le cortó la voz en varias ocasiones. En ese tono, bastante sentido, dijo: “hoy, en nombre del Estado mexicano le pedimos perdón a la comunidad china en México por los agravios cometidos en su contra a lo largo de nuestra historia”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en el evento que México no solo acepta la responsabilidad y culpa por los agravios cometidos, “también acepta el compromiso con el pueblo y la República Popular de China de que el Estado mexicano no permitirá nunca más el racismo, la discriminación y la xenofobia”.
Al evento realizado en Torreón, donde se repasó la historia de la masacre asistió un grupo de la comunidad china en México, encabezada por el embajador de la República Popular de China, Zhu Qingqiao, quien dijo: “la parte China aprecia al señor presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobierno mexicano por su sentir de responsabilidad histórica y su compromiso”.
Después de agradecer por el reconocimiento sobre los agravios cometidos, Zhu Qingqiao, hizo énfasis en las relaciones comerciales entre México y China. También aseguró que ambos países comparten intereses en las “estrategias de desarrollo”.
Si el gobierno de México llegó a pedir perdón por los agravios cometidos, la comunidad de chinos llegó a pedir negocios al evento. En entrevista con Pie de Página el consultor Carlos Yomontaño, que forma parte de la comunidad china de La Laguna, relató que le gustó la petición de perdón: “era algo justo, necesario para limpiar las culpas, sin embargo nosotros en los particular como comunidad china más que estacionarnos en un hecho pasado, nosotros ayer presentamos en el foro económico de la agencia AMXCID —Agencia Mexicana de Cooperación Internacional Para el Desarrollo — un proyecto que queremos que el gobierno federal, estatal y municipal nos apoyen, es un proyecto para traer inversión china a La Laguna, eso sería un regalo para la comunidad”.
China, el país del que salieron miles de familias en busca de mejores oportunidades se convirtió a la vuelta de los años en la segunda potencia más importante del mundo. Es el segundo socio comercial más valioso de México.
Solo durante la pandemia de la covid-19 China ha mandado a México 38 aviones, 25 con insumos médicos como equipo de protección para trabajadores de la salud, ventiladores y pruebas diagnósticas, y 13 aviones con seis millones de dosis de vacunas Sinovac, además sustancia activa para envasar en México, otros seis millones de dosis de la vacuna de CanSino.
El presidente López Obrador aprovechó el evento para agradecer: “nunca vamos a olvidar la fraternidad de China en los meses amargos y angustiosos de la pandemia, por el apoyo solidario que recibimos”.
Este es la tercera petición de perdón que hará el gobierno de México por agravios históricos, primero se reconocieron los excesos cometidos contra los mayas en la Guerra de Castas. Esta semana fue el turno de la comunidad China y en octubre se pedirá perdón a los Yaquis.
La historia del “pequeño genocidio”
Mónica Georgina Cinco Basurto, especialista en el tema sobre la comunidad china, relató en el evento que desde 1895 y hasta 1920, miles de chinos llegaron a México de manera constante en un contexto en el que fueron acusados de ser portadores de enfermedades y se les calificó de raza inferior, opiómanos, amorales y provenientes de una cultura abyecta.
Los chinos llegaron a México de China, de Estados Unidos y de Cuba, entraron por Manzanillo, Ciudad Juárez, Salina Cruz, Mexicali y Mazatlán; se distribuyeron por prácticamente todo el territorio, pero se concentraron principalmente en Baja California, Chihuahua, Coahuila, Sonora, Sinaloa, Tamaulipas, Chiapas, Veracruz, Yucatán y la Ciudad de México.
Los chinos se dedicaron a la agricultura, trabajaron en las minas, en los ferrocarriles y fueron tenderos, cocineros, zapateros, panaderos y lavanderos. Contribuyeron con su trabajo al desarrollo económico de los poblados donde se asentaron y con sus actividades dinamizaron las ciudades que iban surgiendo a lo largo del ferrocarril y las minas.
Los chinos lograron tejer redes de solidaridad entre ellos y se organizaron en asociaciones, se casaron con mexicanas y tuvieron descendencia.
Entre 1900 y 1920 las comunidades chinas fueron prósperas, pero los sentimientos antichinos gestados desde su llegada les restaron la posibilidad de seguir creciendo y aportando al país.
Bajo los argumentos de que los chinos desplazaban de los empleos a los mexicanos, abarataban los trabajos, contaminaban la salud pública y engendraban hijos racialmente inferiores, el “antichinismo” mexicano encontró su periodo más álgido entre 1911 y 1934.
El evento ocurrido en Torreón hace 110 años inauguró la violencia explícita en contra de los chinos y se mantuvo durante la siguiente década con expresiones de intolerancia en aumento. A partir de los años XX el “antichinismo” se sofisticó, combinando sus argumentos con elementos nacionalistas y patrióticos, no sin contradicciones en el proceso.
Entre 1930 y 1934 miles de chinos y sus esposas e hijos salieron del país expulsados o temerosos de ser objetos de la violencia. A muchos de ellos no les fue reconocida la nacionalidad mexicana que habían adquirido por naturalización y a sus esposas e hijos no sólo les fue vulnerado el derecho a permanecer en sus lugares de origen, sino también su derecho a ser considerados mexicanos.
Mónica Georgina Cinco dijo: “los años difíciles de estas familias en China y los muertos de Torreón de 1911 son un triste legado de los pasajes más oscuros de la historia del país. La indolencia e indiferencia con la que el Estado mexicano, por acción u omisión, trató a las comunidades chinas y a sus descendientes en el pasado debería ser hoy recordatorio y una alerta permanente de que el racismo, la discriminación, la xenofobia nos lastiman como país y no permiten mirar en el otro un nosotros, no permite ver que la diversidad suma”.
La investigadora dijo que México sigue siendo un país que recibe migrantes. “tenemos ante nosotros el reto y compromiso de no permitir que nunca más historias como las persecuciones antichinas se repitan”.
¿Y los 72 migrantes centroamericanos masacrados en Tamaulipas en 2010?
Durante la conferencia matutina de este lunes, antes de la petición de perdón a la comunidad china, se le preguntó a Andrés Manuel López Obrador:
—¿Habrá también disculpas para los migrantes de San Fernando?
—Vamos a ofrecer siempre disculpas, perdón, a todos los agraviados. Lo estamos haciendo con el pueblo maya, que padeció de una guerra de exterminio; lo estamos haciendo, en este caso, con la comunidad y el pueblo chino; y lo estamos haciendo, se va a llevar a cabo una ceremonia parecida con los yaquis, que fueron también víctimas del exterminio.
Y siempre vamos nosotros a reconocer estos actos de injusticia, de crueldad, de violación de derechos humanos y lo más importante de todo, porque no sólo es ofrecer perdón, sino obligarnos a que no se van a repetir esos actos.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.