Pacientes y organizaciones alertan que aumenta el rezago en el abasto de tratamientos contra el virus que causa el sida; la situación se ha denunciado desde hace meses y desabasto persiste
Karen Cano / La Verdad
Tras una hora y media de espera en la fila para recibir sus antirretrovirales en la farmacia del Hospital General de zona 35 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ‘Carlos’, de 27 años, se entera que no hay el medicamento que necesita.
Cuando por fin llegó a la ventanilla de la farmacia del hospital le dijeron que no había lo que buscaba para minimizar los daños que le provoca el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en su salud.
“Ya había escuchado del desabasto de algunos medicamentos, sabía que esto iba a llegar al seguro en algún momento”, declara el hombre, que apenas en diciembre del 2020 inició su tratamiento contra el virus que causa el sida.
En medio de una pandemia que vulnera aún más a los pacientes de esta enfermedad, el medicamento contra el VIH no está asegurado para quienes dependen de él para mantener sus cargas virales como indetectables, expone María Elena Ramos Rodríguez, directora del Programa Compañeros, quien desde finales abril ha denunciado esta situación de desabasto en la ciudad.
En ese entonces, Ramos Rodríguez expuso que se había indicado que las reservas durarían hasta el mes de junio.
Aseguró que integrantes del Consejo Nacional para Prevención y Control del SIDA (CONASIDA) han mantenido una serie de reuniones extraordinarias con directivos del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), instancia encargada de realizar las adquisiciones de medicamento, para expuner la problemática.
La última fue el pasado 28 de mayo, en donde se acordó la compra al menudeo de medicamento para que las personas tengan acceso ininterrumpido. Pero eso no ha ocurrido.
Apenas en abril pasado, organizaciones y pacientes denunciaron que cerca de 5 mil personas portadoras del virus de la inmunodeficiencia humana en el estado de Chihuahua tienen en riesgo su estado de salud, debido a que el INSABI omitió realizar la compra de antirretrovirales suficientes para el resto del año 2021.
Uno de ellos es Carlos, como pide ser identificado. Él fue diagnosticado con el VIH apenas el pasado 4 de septiembre, en el Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS).
“Fue muy impactante para mí y para mis seres queridos, cuando me sentí listo busque asesoría psicológica y puedo decir que apenas ahora puedo hablar de esto sin dificultad”, cuenta.
Y en medio de este proceso emocional, tuvo que iniciar su medicación, la cual fue afectada debido a la situación pandémica desatada por el COVID que mantenía al límite al servicio de salud pública.
“Cuando yo tenía la cita fue el cambio al semáforo rojo, y desde ahí empecé a batallar. Me comentaron de asociaciones que podían ayudarme (…) Apenas en diciembre me consiguieron una cita con el especialista del IMSS, y ese día tuve mis medicamentos sin problema”, explica.
Pero luego no fue así, dice Carlos, quien ante el desabasto de medicamentos buscó ayuda a través de varias organizaciones. El Programa Compañeros le ayudó a hablar con personas de infectología del IMSS, donde terminaron dándole el medicamento que necesitaba, aunque con otra marca.
“Hay mucha ansiedad, aunque yo me encuentro en buenas condiciones de salud tengo que tomar estos medicamentos” explica. “En mi caso, como yo no tengo mucha carga viral, pudiera pasar algunas semanas así, pero no es lo correcto para mantenerme bien”.
Después de medio año de estar atendiendo su enfermedad en el IMSS, Carlos destaca el mal servicio que, además, tienen que tolerar los pacientes.
“Son filas de mucho tiempo, se hacen en el sol porque no hay sombra y tienes que esperar por la sana distancia; por eso mismo obligan a personas en sillas de ruedas a entrar solas; y la escases no sólo la he visto para personas con VIH, sino también para otras enfermedades”, apunta.
María Elena explica que la compra de antirretrovirales se hace una vez al año, justo para septiembre u octubre, pero que este 2021 no se realizó; provocando que el medicamento comenzara a escasear poco a poco.
El antirretroviral que más usan es el Biktarvy, tratamiento que tiene un costo que va de los 14 mil y hasta los 16 mil pesos, con dosis para un mes; otros que cuestan entre 4 mil y 6 mil pesos, pero van combinados con otros, por lo que el monto total del tratamiento es básicamente el mismo.
María Elena indica que aun cuando se estará otorgando al menudeo, esto no debería ser razón para que cada institución no supiera cuando les toca surtir a sus pacientes; sin embargo, no se descarta que otras personas, al igual que Carlos, sean “regresadas” sin medicinas.
“Cuando eso pase, deben de solicitar que se les pida (la compra) para que puedan proporcionárselo, muchas personas pueden no saber esto, pero este fue el compromiso y deben de cumplir”, dijo.
Asimismo, conminó a quienes se encuentren en este problema, llamar a los números de Programa Compañeros, 6566-11-37-92 y 6566-13-02-57; La Tenda di Cristo, 6566-64-86-86 y SISEX AC 6566-12-14-70.
De momento, Carlos cuenta con la medicación para un mes más, se encuentra a la espera de los resultados de un nuevo examen que confirmará la carga viral en su sangre; el cual se ha realizado por primera vez luego de seis meses de tratamiento.
El fin de este análisis es verificar que el virus sea indetectable, que es el propósito de la medicación; ya que, aunque no hay cura para el virus, este puede mantenerse tan bajo que no sea posible de detectar, y esto significa que tampoco puede contagiar.
Es por ello que los esquemas de medicamentos son la diferencia entre la vida y la muerte para los pacientes.
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