“Existo después de junio”, Integrantes de la comunidad Lésbico Trans y Queer convocaron a La Marcha de Lxs Invisibles la tarde de este sábado. Señalaron que no solo en junio se resiste, también durante los demás meses del año, por lo que decidieron tomar las calles de la capital metropolitana para exigir sus derechos y menos transfeminicidios.
Texto: Isabel Briseño / Fotografías: Belén Kemchs / Pie de Página
Ciudad de México- La comunidad LGBT+ marchó y exigió retomar la discusión sobre la Ley de Infancias Trans. Padres, madres, abuelos, jóvenes, niñas y niños trans caminaron desde el Ángel de la Independencia hasta el Congreso de la Ciudad de México en donde pidieron a las autoridades derechos e igualdad.
De entre los asistentes, la dulce Any robaba el corazón. Su pequeño puño apretado se alzó a lo largo del recorrido. Aplaudía y gritaba a todo pulmón con su tierna voz: “Los derechos no se votan, se garantizan”.
Vanesa y su pequeña Any de 6 años de edad, acudieron a la marcha para exigir los derechos que deberían tener de facto. La joven madre piensa que las infancias deben ser dignas, y una parte importante es el acompañamiento que otras personas de su núcleo pueden brindarle a su hija.
Desde los 4 años Any le expresó a su madre que ella era una niña y desde entonces, Vanesa pide que a las infancias trans se les resguarde, se les proteja y que tengan acceso a los mismos derechos que cualquier infante.
Any expresó su felicidad por estar rodeada de tanta gente igual a ella.
¿Qué vienes a pedir en esta marcha?
Respeto.
Miguel Durán es padre de Alan de 10 años, él dice: “somos invisibles para el congreso, no existen actas de cambio de nombre y exigimos ese derecho, tras un año y nueve meses no se ha recibido respuesta” y desea que atiendan sus peticiones.
“Él es trans y toda la vida lo ha sabido”, los padres de este pequeño lo apoyan incondicionalmente desde los 7 años en que Alan se los dijo. La familia Durán acudió a la marcha para que las autoridades se den cuenta que son varias las personas que no tienen acceso al derecho del cambio de nombre el cual solo se realiza en el estado de Jalisco.
Es un tema de identidad y no de preferencia, por ello es sumamente importante para este padre que su hijo pueda identificarse legalmente como lo que verdaderamente es, ya que repercute en todos los ámbitos donde se desenvuelve Alan. ¿Si a ti te quitan tu nombre, quién serías? cuestiona el señor Durán.
El señor Miguel reflexiona sobre el amor incondicional que los padres deben tener a los hijos independientemente del género y de la orientación.
“Sería maravilloso que en todo el mundo abracemos más a nuestros hijos, a nuestros padres, que nos dijéramos más todos los días que nos amamos, eso sería fabuloso”, finaliza.
Alan además de sentirse feliz por acudir a la marcha, también expresa el orgullo que siente de sí mismo. Para este pequeñito de 10 años es importante participar en eventos que reafirman lo que él es y lo que siente, estar entre todos los asistentes lo hacen sentirse entre familia.
Alan les recomienda a las personas que escuchen dentro de ellos, que no se oculten y que aunque existan quienes no los apoyen, ellos o ellas tienen que seguir luchando.
¿Tú eres un luchador?
Sí, finaliza Alan.
Karina Álvarez es madre de un adolescente trans de 13 años, comenta que existen muchos cambios que tuvo que observar para aceptar la diferencia. Desde que su hijo se lo compartió, se dedicaron a buscar especialistas y a informarse al respecto.
También están dentro de la Red de familias Trans y en un grupo de acompañamiento para familias trans, lo que le ha servido para aprender, entender y en donde también existe mucho activismo que lucha por los derechos de estos pequeños.
Las personas transgénero pierden muchos derechos pero el principal es el derecho a su identidad. El mes pasado esta madre tuvo que viajar junto a su hijo hasta el estado de Jalisco para realizar el cambio de identidad.
Karina pide que se visibilice porque la infancia trans sí existe y no se puede ocultar, además de que necesitan derechos y garantías que los protejan. Zoé ya va a empezar con estudios médicos en una clínica especializada que posteriormente lo acompañará en el proceso de testosterona. Es un logro porque no aceptaban jóvenes de la edad de Zoé y es un derecho ganado.
La señora Álvarez entiende a las personas que no acepten las diferencias porque acepta que ella pensaba de la misma forma, pero gracias a su experiencia que ha vivido para entender a su pequeño, cuenta que gracias a los diversos testimonios que le han compartido personas trans adultas, sabe que ellos se asumen como tal, desde la infancia y tuvieron que cargar con un nombre y con ropa que no los identifica.
Debemos escuchar a nuestras hijas, hijos, hijes, desde pequeños para entenderlos y que no vivan una vida que no es suya. Hay que darle voz a su corazón y a su alma para poder protegerlos. Concluye.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.
