Pese a compromisos de autoridades federales para rescatar y preservar La Malinche, amenazado por plagas, tala clandestina y falta de programas de cuidado, hasta ahora no hay un plan concreto ni existe claridad sobre lo que pasará con el bosque. La burocracia es la peor plaga.
Por Aranzazú Ayala Martínez / Lado B
Puebla- La Malinche, o Matlalcuéyatl, es el corazón del bosque que une a Puebla y a Tlaxcala. Es una fuente de agua y reservorio de oxígeno que, sin embargo, peligra desde hace años ante el cambio climático, las plagas, la tala clandestina y la burocracia.
Aunque desde el año pasado cientos de habitantes de comunidades de ambos estados se han organizado formalmente para rescatar el monte, quienes brillan por su ausencia son las autoridades.
Y si bien ha habido algunos avances, todos estos han quedado en el plano teórico: en el respeto y reconocimiento de las y los representantes comunitarios y comisiones por parte del gobierno. Pero las acciones concretas siguen sin ser aterrizadas por la falta de coordinación interna, y entre dependencias, de los mismos organismos de gobierno.
En entrevista para LADO B, integrantes de la organización “Pueblos unidos de la montaña Malinche”, del comité de la comunidad de Muñoztla de Santa Ana Chiautempan, relataron su experiencia.
Narran que agendaron una reunión para el 21 de julio con los representantes de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en Tlaxcala, y así acordar las próximas juntas de acercamiento y así como las capacitaciones para hacer endoterapia (saneado de árboles infectados con plaga).
Sin embargo, el día de la cita, el entonces encargado de la Conafor en Tlaxcala, Julián Pérez Ríos, no llegó. Al comunicarse con la dependencia, quienes integran el comité fueron informados de que los representantes habían olvidado el encuentro.
Por esas mismas fechas, a finales de julio, las comunidades que integran el Movimiento se enteraron de la notificación oficial de la renuncia del Director General de la Conafor, y junto con esta también la del encargado estatal. Estos problemas burocráticos internos de la dependencia dedicada al cuidado de los bosques afectan directamente las acciones y avances de los pueblos unidos para salvar La Malinche.
“Es preocupante la renuncia de estos personajes, porque ralentiza más todavía los trámites; esto implica tomar acciones desde nosotros”, dijeron en entrevista las y los integrantes de Pueblos Unidos.
Y es que realizar los saneamientos de los árboles infectados con el escarabajo descortezador y cualquier acción que se haga en el bosque requiere de medidas rápidas. Pero los procesos de papeleo en ocasiones requieren más tiempo del que se tiene para contrarrestar la plaga.
La plaga de la burocracia
El concretar y poner en marcha el plan de trabajo que proponen las comunidades para el cuidado del Área Natural Protegida (ANP) se ha complicado porque sigue sin haber reuniones ni respuesta de las dependencias.
Las personas defensoras del bosque quieren que se sumen los conocimientos y saberes tradicionales de cuidado del medio ambiente con las nuevas tecnologías, que se apliquen bien los recursos disponibles y que haya un trabajo conjunto e integral para cuidar uno de los principales pulmones del centro de México.
El 17 de julio los Pueblos Unidos le entregaron un oficio al presidente municipal electo de Santa Ana Chiautempan para poder trabajar de la mano con el gobierno local, y el 30 de julio hicieron lo mismo con la gobernadora electa de Tlaxcala, buscando un acercamiento e iniciar una ruta de trabajo conjunto. El 13 de agosto también solicitaron una audiencia de seguimiento de acuerdos con el nuevo promotor de desarrollo forestal en la entidad.
El 27 de mayo de este año las organizaciones en defensa de la Matlalcuéyatl se manifestaron afuera de las oficinas centrales de la Semarnat, en Ciudad de México. Evidenciaron la falta de respuesta de autoridades de los tres niveles de gobierno, además de proponer la creación de un plan de trabajo integral para el manejo de la ANP.
Entre las solicitudes a la autoridad forestal, los Pueblos Unidos piden dar seguimiento a las propuestas que hicieron las comunidades desde mayo cuando se reunieron con autoridades federales luego de la protesta afuera de la Semarnat, que parte de la experiencia y organización de más de dos años de combatir la tala clandestina y la plaga del escarabajo (llamado comúnmente gusano) descortezador.
Si bien hay organizaciones que llevan ya más de ocho años trabajando en distintos lugares de La Malinche, fue en 2020 que se unieron de manera más formal, sumando sobre todo a jóvenes y estudiantes con interés en aprender a cuidar y sanear el bosque.
Y pese a la falta de respuesta concreta de las autoridades, no han detenido el trabajo comunitario. Las asambleas han continuado y ahí han programado y ordenado el trabajo interno, haciendo diagramas de flujo para delegar cuáles son las funciones de los técnicos de la dependencias, de las dependencias en sí y de ellas y ellos como propietarios de terrenos y como personas solidarias, todo esto para no tener trabas en los trámites y que avance el rescate del bosque.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.