Una decisión de esa naturaleza convoca a una lucha colectiva en búsqueda de contener los efectos del cambio climático y, entre otros, potenciar un gran avance en pensarnos como una sociedad distinta, donde importe cada vez más el derecho de las personas
Leobardo Alvarado
Ciudad Juárez– Plantear la idea de un año verde para la ciudad es hablar de varias estrategias que deberían implementarse como parte de una política pública, que de por sí se antoja amplia y compleja e implica muchos retos. Precisamente por eso aquí solamente nos concentramos en los árboles como el inicio de un proceso que debe ser largo.
Quien podría proponer en el nuevo gobierno municipal decisiones de esta índole es parques y jardines. Los cambios en el reglamento deben ser impulsados en el ayuntamiento, para que sean las y los regidores quienes marquen la pauta de cambios profundos en el ordenamiento municipal, que proteja a los árboles y el medio ambiente en la ciudad.
Daniel Iván Zamarrón, quien ahora dirige parques y jardines, tiene un vínculo largo con la lucha social y en la academia. Su solidaridad y convicciones ahora podría ayudar mucho en abonar a un cambio de rumbo para Juárez desde la posición en la que se encuentra, aún y con todas las limitaciones infraestructurales en que recibió la dependencia de la que es responsable.
Parecerá extraño que de toda la estructura de gobierno se apunte a una considerada siempre de menor rango.
La explicación de por qué fortalecer una dirección como la de parques y jardines en términos del debate por el rumbo que debe seguir Ciudad Juárez, si bien se encuentra en quien le dirige, también se debe a que esta dependencia tiene un fuerte potencial para contribuir a lograr una conciencia ambiental en la sociedad. Basta comprender que en los últimos años un amplio sector social ha avanzado lo suficiente en reclamar estos derechos, para verle como una brújula en la práctica política pro ambiental en esta ciudad.
En ese sentido precisamente es que se da la posibilidad de enmarcar un primer año verde para esta ciudad. Es decir, si quien dirige parques y jardines convoca a la construcción de esa agenda de política blanda (verde) para Juárez, tiene muchas posibilidades de lograrse.
Un buen guiño para iniciar sería, de parte de parques y jardines, una iniciativa en la que hay que bajar la temperatura a esta ciudad. Con la llegada del otoño hay la creencia extendida de que se deben podar los árboles. En la práctica, lo que termina sucediendo es una mutilación masiva con fines estéticos bajo la aberrante lógica de que los árboles ensucian cuando las hojas se les caen.
La única manera de acabar con esta práctica es que el Ayuntamiento ya no otorgue licencias de poda; de la misma manera, que se establezcan multas a quien dañe los árboles sin justificación expresa del municipio. La poda para cuidar el cableado eléctrico debe ser ordenada y segura, pues no se debe olvidar que las aceras son un espacio público. En ese sentido, los árboles en las banquetas son una responsabilidad compartida con quien posee la propiedad privada donde se encuentran.
En la ciudad ahora se podría tener la oportunidad de impulsar la idea de que los árboles generan microclimas que contribuyen al desarrollo económico de las familias, fomentan una actitud democrática, en tanto se construye ciudad verde por la ciudadanía y gobiernos en conjunto; así mismo, una decisión de esa naturaleza convoca a una lucha colectiva en búsqueda de contener los efectos del cambio climático y, entre otros, potenciar un gran avance en pensarnos como una sociedad distinta, donde importe cada vez más el derecho de las personas. Esto si la dirección de parques y jardines asume su responsabilidad más allá de las dificultades de recursos que tiene, como recientemente se dio a conocer, y entonces se dedica en hacer política , dirigir y administrar dicha institución en favor de la gente.
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