Fue un funcionario implacable, una especie de fiscal de hierro de la 4T. Reconocido por presidente López Obrador el ahora exdirector de la UIF, Santiago Nieto, perdió todo en una mala jugada. El equivocado cálculo de una boda extravagante lo expulsó del paraíso del obradorismo
Alberto Najar
Twitter: @anajarnajar
El 6 de noviembre es una fecha olvidable para Santiago Nieto Castillo:
Ese día contrajo matrimonio en la ciudad colonial de Antigua, Guatemala. Y fue el último de su floreciente carrera como el fiscal de hierro en la Cuarta Transformación.
La noche de ese sábado el abogado, doctor en derecho, era jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera, el organismo encargado de rastrear el dinero ilícito en el país.
En ese puesto consiguió lo que no se había logrado desde la creación de la UIF: logró el congelamiento de miles de cuentas bancarias del poderoso Cartel Jalisco Nueva Generación.
Emprendió investigaciones que derivaron en la renuncia del ministro Eduardo Medina Mora, el encarcelamiento del exdirector de Pemex y el inicio de un proceso político y judicial contra el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.
La UIF elaboró expedientes para solicitar la extradición del exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, entre otros casos.
Nieto Castillo había cobrado fama de ser un funcionario implacable, que basó su éxito en una fórmula sencilla, casi extraída de cualquier manual de criminalística y que ningún gobierno había querido aplicar:
Follow the money. Es decir, sigue la pista del dinero para atrapar a los delincuentes, sobre todo los llamados de cuello blanco.
Todo se perdió al día siguiente cuando se filtró que una de las invitadas a la boda, la secretaria de Turismo del gobierno capitalino Paola Félix Díaz, había sido retenida por autoridades de Guatemala al aterrizar en un avión privado con otros pasajeros.
Los agentes de migración encontraron 35 mil dólares no declarados al ingresar al país. El dinero estaba dentro de siete sobres.
Paola Félix presentó su renuncia, pero eso no paró el escándalo que se extendió rápidamente. El tema se unió a la jornada que cada fin de semana inunda las redes sociales de internet con odio, insultos y miseria hacia Andrés Manuel López Obrador.
Santiago Nieto también renunció después que el presidente calificó la boda como “un asunto escandaloso”.
Fue una de las razones de su expulsión del círculo de confianza presidencial, pero hay otras. Una es la lista de invitados.
Entre los asistentes a la boda estaban personajes como Josefina Vázquez Mota, senadora por el PAN y acusada de recibir mil millones de pesos del gobierno de Peña Nieto para una supuesta fundación pro migrantes. El destino de los recursos nunca fue aclarado.
También asistió la diputada Carolina Viggiano, secretaria general del PRI y esposa del también legislador Rubén Moreira, acusado de recibir al menos 30 millones de pesos por parte del empresario Alonso Ancira quien se encuentra bajo proceso judicial por la venta irregular de Agronitrogenados a Pemex.
La acusación la hizo el presidente López Obrador en una de sus conferencias de prensa matutinas.
Una invitada más fue María del Carmen Alanís, quien fuera presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Durante su período se emitieron varias resoluciones en contra del entonces opositor López Obrador.
Y quizá el asistente más polémico fue el propietario del diario El Universal, Juan Francisco Ealy Ortíz, quien era el dueño de los 35 mil dólares retenidos por el gobierno de Guatemala.
Desde 2018 el periódico mantiene una campaña contra el presidente.
Estos invitados serían, eventualmente, blanco de las pesquisas de la UIF o en el caso de Ealy Ortíz un acérrimo adversario de López Obrador.
Santiago Nieto pudo argumentar que por su posición en el gobierno tiene que conversar con muchos personajes, inclusive polémicos. Pero eso no justifica invitarlos a su boda.
Su presencia en un evento personalísimo implica la existencia de una relación más allá de lo laboral, y que por lo mismo representa un eventual conflicto de interés.
Eso, en una posición como la que ocupaba Nieto Castillo, representa una fisura en la estrategia central de la 4T: la lucha contra la corrupción.
Un elemento adicional es la difusión de los detalles de la boda, que rápidamente se convirtieron en críticas a la austeridad republicana del gobierno federal.
Y aún peor, el escándalo ocurrió en la víspera del viaje de López Obrador a Nueva York, donde encabezó el inicio de sesiones del Consejo de Seguridad de la ONU.
El tema central de su discurso sería la corrupción. Hubiera resultado complicado, por lo menos, que se presentara en ese foro esencial para el planeta con una polémica abierta por la fiesta matrimonial de Santiago Nieto.
El presidente, pues, le perdió la confianza. No está claro por cuánto tiempo López Obrador suele ser tajante ante fallos o escándalos de sus colaboradores.
Los envía a la congeladora, si no es que les aparta por completo de su quehacer político. En estas circunstancias es extremadamente pragmático y con frecuencia suele sacrificar a quienes representen un costo para su movimiento.
Puede ser el caso del exdirector de la UIF. El presidente dijo que se podría abrir un nuevo espacio en el gobierno a Santiago Nieto, pero la decisión final se tomará después “que la gente opine”.
No está claro quiénes van a opinar o si habría una consulta en el círculo presidencial, pero si es así seguramente participarán los llamados puristas del gabinete.
Es decir, los que coinciden completamente con López Obrador, partidarios de las decisiones más extremas y ajenos a la negociación con, por ejemplo, el sector privado o los opositores.
La historia política de Santiago Nieto está vinculada con gobiernos y funcionarios del PRI y el PAN.
Si su eventual reincorporación a la 4T depende de una asamblea del sector duro del obradorismo, su destino no parece muy positivo.
Tampoco se ve probable que se incorpore a la oposición: parte de su trabajo en la UIF fue desmantelar las redes que beneficiaron a los adversarios del presidente.
En tal escenario la única alternativa es la iniciativa privada, pero legalmente está impedido de trabajar en actividades relacionadas con su desempeño en el gobierno.
Las alternativas para quien fuera el poderoso fiscal de hierro de la Cuarta Transformación son pocas.
El destino de Santiago Nieto Castillo está marcado.
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Alberto Najar. Productor para México y Centroamérica de la cadena británica BBC World Service. Periodista especializado en cobertura de temas sociales como narcotráfico, migración y trata de personas. Editor de En el Camino y presidente de la Red de Periodistas de a Pie.