Verónica Martínez e Iván Gómez Cruz / La Verdad
Frente al edificio de la Fiscalía Especializada de la Mujer, la familia Castillo erigió un contador que marca los 4 mil 573 días que Esmeralda Castillo Rincón lleva desaparecida. Un marco rosa con la imagen de Esmeralda de 14 años y una pantalla digital permanecen en la entrada de la fiscalía, como una sombría consigna que refleja las fatalidades de miles de mujeres en Ciudad Juárez.
“Siguen violentando los derechos de las mujeres, siguen asesinando mujeres diariamente, siguen desapareciendo mujeres diariamente y nuestras autoridades permanecen como si no pasara nada”, dijo José Luis Castillo Rincón, activista y padre de Esmeralda, quien lleva 12 años continuos búsqueda con esperanza por volver a ver a su hija.
En marco del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la familia Castillo junto con la colectiva feminista Hijas de su Maquilera Madre convocaron a los y las juarenses a unirse en la manifestación para recordar a las mujeres que han sido víctimas de desapariciones y feminicidios en la ciudad.
Al punto de las 6 de la tarde, cerca de 30 personas se reunieron este jueves en el exterior del edificio de la Fiscalía Especializada de la Mujer, que se inauguró en agosto de este año. Su dirección en el bulevar Zaragoza casi esquina con la Calle Durango es la segunda ubicación de la FEM en Ciudad Juárez.
Por la mañana, el Movimiento de Mujeres, el estatal y el de Juárez, protestaron frente a la Cruz del Clavos colocada en la avenida Juárez, en la entrada al puente internacional Paso del Norte, en el centro de la ciudad.
La manifestación contra la violencia de las mujeres realizada por la tarde se situó en el nuevo edificio de la FEM, ya que las protestas en contra de la violencia de género en la ciudad se han concentrado históricamente en el lado poniente y zona centro, explicó una integrante de la colectiva Hijas de su Maquilera Madre que usó el seudónimo “Sirena Bronco”.
“Con el paso del tiempo se ha visto que la desaparición en Juárez ya no se ubica totalmente en la zona centro si no que se ha extendido al oriente de la ciudad y también el feminicidio y la violencia sexual”, dijo la activista.
“Hoy quisimos llevar esta demanda que tiene la familia Castillo Rincón por la desaparición de su hija para este lado de la ciudad para visibilizar las desapariciones que siguen vigentes.”
Esmeralda Castillo Rincón desapareció el 19 de mayo del 2009 y fue vista por última vez en la zona centro de Juárez.
Integrantes de la colectiva artística Perras Bravas vistieron las grises paredes de la entrada del edificio de la fiscalía con pesquisas de casos de mujeres juarenses que han desaparecido. Los volantes con fotografías en blanco y negro incluyen descripciones físicas de las víctimas, la vestimenta que llevan puesta y fechas de desaparición de más de 10 años atrás.
Ante las luces rojas y azules de una patrulla de la polciia municipal que permanecía vigilante en la avenida, también se pegaron ilustraciones y posters donde se lee “Somos la digna rabia”, “Quiero ser libre” y otros mensajes en contra de la violencia de género.
“Tenemos que seguir en la lucha por todas las mujeres desaparecidas y todas las mujeres que han sido asesinadas, por todos los feminicidios”, dijo Martha Alicia Rincón. “Tenemos que seguir alzando la voz para ver si así nos escuchan.”
Resuenan la campana ‘ni una más’
Una mañana sin sol, con nubes grises y una temperatura inferior a los 10 grados centígrados acompañó el eterno luto de las madres de mujeres asesinadas que este jueves se apostaron, acompañadas de integrantes de diversos colectivos, en la Cruz de Clavos, colocada hace 19 años en la entrada del puente internacional Paso del Norte, para reclamar justicia.
Eran las 11 horas y ahí estaban ellas, en un corredor seguro para mujeres, como se indicaba en el señalamiento en una esquina, frente a un casino, en ese punto de la avenida Juárez, en la zona centro, donde se concentraron para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
“La violencia contra las mujeres no disminuye, por el contratio, va en aumento”, dijo Graciela Ramos, de las Mujeres de Negro, organización que desde el 2001 lucha por los derechos de las mujeres en el estado de Chihuahua. “Las investigaciones están colapsadas porque no hay recursos”.
Por eso este 25 de noviembre, agregó: “estamos juntas, solidarias poque no vamos descansar hasta que no exista ninguna muerta más”.
“Ninguna mujer, ninguna niña, merecen lo que sigue sucediendo hasta la fecha”, afirmó Ramos, quien hizo una cronología de los simbolos que acompañan su lucha: la Cruz de Clavos, traída hace 19 años desde la ciudad de Chihuahua, y la campana‘Ni una más’, que solo es tocada en momentos emblemáticos, en los que se han visto amenazados los derechos de las mujeres.
Tres policías vigilaban el evento, ocultos tras un pilar a unos metros de distancia. A unos centímetros del círculo formado por las activistas y periodistas que daban cobertura a la protesta, pasaba la fila de automóviles que se dirigían hacia El Paso, Texas. Un agente de tránsito se mantenía cerca, resguardando la escena y el tráfico.
El color morado y el naranja de los atuendos que portaban las mujeres y las mantas que llevaban con ellas, se destacaban entre el gris de la zona centro y del cielo. Resaltaba del color oscuro de sus vestimentas.
Las activistas repartieron entre asistentes su posicionamiento impreso, en el que se puede leer que están preocupadas por la ideología del nuevo gobierno del Estado, que abiertamente promueve una política conservadora.
Irma Villanueva, del movimiento estatal de mujeres advirtió que darán seguimiento a la Alerta por Violencia contra las Mujeres que se acaba de declarar en Chihuahua.
“Vigilaremos que el Gobierno del Estado, El Gobierno federal y las alcaldías de Juárez, Chihuahua, Guadalupe y Calvo, Parral y Cuauhtémoc atiendan cabalmente las recomendaciones que emitió la Alerta”, dijo.
Graciela Ramos se encargó de hacer sonar la campana mientras sus compañeras gritaban “¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más!”
Norma Laguna, madre madre de Idalí Juache Laguna, víctima de desaparición, trata de personas y feminicidio, solicitó usar el micrófono para compartir su pesar y sus demandas hacia las autoridades.
“Ya son 11 años de que mi hija no está conmigo, y que lamentablemente ya no va a estar, pero aquí estoy yo, para exigir justicia, para seguir buscando justicia para todas”, dijo Norma.
Entre los discursos, una mujer tomó el micrófono y pidió, en nombre de las mujeres lesbianas y transgénero, el cese de las terapias de reconversión, lo que desató el aplauso de las y los asistentes.
La campana sonó en memoria de las mujeres asesinadas, resonó cada vez que se decía el nombre de una de las víctimas. Rosa Aureliana Astorga, Heidi del Carmen Cabada, Carlita Sánchez Guerrero, Eliza Rivera Gandarilla, Noelia González Rodríguez, Yaneth Martínez, esos fueron algunos de los nombres de mujeres asesinadas, las que se han podido identificar.
Por cada nombre y cada tintineo de la campana las participantes en la protesta gritaban “!Presente!”.
“El Estado opresor es un macho violador” era la consigna en la voz de todas las activistas, al igual que “este cuerpo es mío. No se toca, no se viola”.
Se sentía el coraje en ellas y en sus demandas, en su voz y en las campanadas; luego de eso Sonaba al fondo la canción Derechos de Mujer, de Norma Helena Gadea, y las que conocían la letra la cantaban.
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