Las imágenes del aeropuerto con vendedores de comida típica y souvenirs fueron la cortina perfecta en un contexto de caída constante en la aprobación del Presidente, la cual ya se había mantenido por semanas y que parecía incontrolable. ¿Acaso hay alguien que aún dude que todo eso estuvo planeado?
Miguel Ángel Sosa
Twitter: @Mik3_Sosa
La inauguración del nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) brilló por lo que ya se sabía: la obra está lejos de quedar completa, y el capricho del presidente se yergue en medio de caminos polvorosos carentes de la infraestructura necesaria para su conexión.
Con el banderazo de la terminal aérea ubicada en el Edomex, también aprendimos que, cuando el poder insiste en polarizar y reforzar el discurso enfermizo de pobres contra ricos, las deliciosas tlayudas pueden ser usadas como arma para alentar esa división.
Al Ejecutivo le urgía que iniciarán las operaciones en el AIFA para intentar cambiar el tema de conversación nacional, pues el escándalo de la “Mansión del Bienestar” que inmiscuye a su primogénito ya había alcanzado niveles de crisis.
En ese sentido, las imágenes ampliamente difundidas del aeropuerto con vendedores de comida típica y souvenirs fueron la cortina perfecta en un contexto de caída constante en la aprobación, la cual ya se había mantenido por semanas y que, hasta antes de la inauguración, parecía incontrolable. ¿Acaso hay alguien que aún dude que todo eso estuvo planeado?
Analicemos el resultado del juego visual, anecdótico y narrativo del “pueblo bueno” inundando la terminal aeroportuaria, dando muestras de apoyo al presidente y con la inmejorable simulación de una imagen de respaldo social a escasos días de la consulta. ¿Qué tan casual resultó el uso de elementos populares de la comida mexicana? Con la cuatroté se sustituyeron las cortinas por tlayudas de humo.
Lo hemos dicho varias veces, la estrategia del Ejecutivo está centrada en reforzar su voto duro sin importar el impacto sobre el resto. El margen de los treinta millones que lo llevaron al poder ronda como fantasma, veremos si se mantiene en el ejercicio de revocación.
Una vez pasados los festejos de inauguración del AIFA solo quedaron pasillos vacíos y trabajadores envueltos en jornadas maratónicas para tratar de acabar algún día lo mucho que falta. Mientras tanto, los ingenieros militares fueron enviados a reforzar las otras dos obras insignia: el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas.
En el balance que se hace de este otro aeropuerto internacional situado por allá en los rumbos de Zumpango, aún no queda claro en dónde se encuentran los beneficios para la población. Las quejas vienen de distintos y muy variados flancos, por ejemplo, que los costos de viajes en avión no reflejan opciones de ahorro y menos, si a ello se suman las exorbitantes tarifas de taxi.