El periodista fotográfico ha documentado la destrucción que ha dejado la invasión de Rusia en Ucrania y puso parte de su trabajo en una plataforma pública de fotografías para que las personas descarguen las imágenes a cambio de una aportación económica que dice destinará para la compra de despensas a víctimas de la guerra
Por Blanca Elizabeth Carmona / La Verdad
Fotografías: David Peinado
Pese a los riesgos de la cobertura periodística de un conflicto bélico, el fotoperiodista de Ciudad Juárez, David Peinado, viajó al otro lado del mundo para cubrir la guerra en Ucrania.
“Para mí era importante como periodista tratar de documentar un hecho histórico y sobre todo tratarlo de documentar respecto a las víctimas, o sea, no estoy pensando políticamente en quién tiene la razón, yo no pienso si Ucrania tiene la razón o si Rusia tiene la razón”, dijo Peinado en una entrevista vía telefónica desde Kiev, donde permanecía en un lugar a obscuras con las instrucciones de no encender alguna luz que pudiera convertir el lugar en el objetivo de un bombardeo ruso.
Con sus miradas ha documentado lo que ocurre en esa región donde miles han dejado su hogar para ponerse a salvo, otros miles han muerto y otros permanecen en sótanos o lugares seguros en medio de pueblos destruidos como Bucha, Bodoryanca, Chernihiv e Irpin y Kiev.
Ante el panorama, David comenta que decidió que parte de su trabajo permanecerá en una plataforma pública a disposición de quienes deseen tener una de sus imágenes a cambio de un donativo que destinará a las víctimas de la guerra.
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Después de tramitar una visa y una credencial que solicita el ejército de Ucrania, y junto a un colega, el fotógrafo freelance de 36 años tomó un vuelo a Varsovia, Polonia.
Luego viajó en camión para cruzar la frontera e internarse a Ucrania llegando a Lviv, de ahí se trasladó a Kiev y después a Kharkiv, donde junto a un grupo de periodistas mexicanos permanece enclavado en espera del avance de las tropas rusas y este martes 19 de abril ahí pudieron documentar un bombardeo.
En el camino, David ha podido documentar la destrucción que ha dejado la invasión rusa, las fosas comunes, el sufrimiento de quienes han perdido a un ser amado y sus bienes, así como el movimiento de los desplazados. También tuvo que adoptar estrategias de cobertura, como reportear portando un chaleco antibalas, a cuidarse de no pisar una mina y acostumbrarse al ruido de los misiles antiaéreos.
“El momento más importante que ha tocado vivir, probablemente, fue una fosa común que encontraron en Bucha, donde había cerca de 350 cuerpos de personas asesinadas. Pero conforme iban sacando nos fuimos dando cuenta que en la mayoría estaban maniatados, muchos tenían el tiro de gracia en la frente. Entonces, al ver el grado de violencia con la que murieron estas personas, es bastante impresionante”, contó.
David –quien viaja con dos hombres y una mujer, todos periodistas mexicanos– ha estado en las ciudades de Lugansk, Cherninhiv, Boiarka, Bucha e Irpín, entre otras, donde se han topado con la barrera del idioma y han quedado expuestos a una violencia que no conocían.
“El procedimiento era acercarse a los pueblos que ya habían sido recuperados por el ejército ucraniano; aunque había una relativa calma y paz, no es que estuviéramos en medio de los balazos, nada por el estilo, al final de cuentas es ver la destrucción y ver los muertos en esos lugares, es realmente impresionante, es ver la violencia con la que se vive la guerra, siendo mi primera guerra realmente ha sido muy impactante para mí esta cobertura”, expresó.
David nació e inició su carrera periodística en Ciudad Juárez, tiene 10 años como fotoperiodista y cinco de esos como freelance o periodista independiente Ha viajado a Colombia, Venezuela, Guatemala, Estados Unidos, al sur y a regiones fronterizas de México porque trabaja mucho el tema de migración. Él ganó una beca para retratar el éxodo de personas transgénero y también quedó como finalista en un festival en San Diego, con el tema de migración.
El trabajo que realiza en Ucrania, David lo ofrece a agencias informativas ya que no tiene el apoyo de ningún medio en específico.
“Cada noche suenan los misiles antiaéreos que salen de aquí (Ucrania) para interceptar los misiles rusos, aunque la mayoría son interceptados terminan cayendo los restos de los misiles y estos terminan afectando a casas, a la población, nos puede caer en cualquier momento”, contó al tiempo que reconoció que el miedo es una emoción siempre presente.
A pesar del daño, la destrucción y los muertos, la solidaridad está presente, dice David, pues él y los otros periodistas han recibido la ayuda de varios ucranianos que consideran importante la presencia de periodistas de todas partes del mundo documentado la guerra.
“Por ejemplo, un muchacho que se llama Max nos ayudaba a ir a los pueblos en su carro, nosotros le pagábamos y él se lo gastaba en despensa y esa despensa iba y la repartía a la gente que vive en los pueblos que han recibido los ataques más fuertes”, dijo.
Para David el vuelo de regreso está previsto para el 28 de abril, con la posibilidad de extenderse dependiendo del movimiento de las tropas rusas en Kharkiv.
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