Opinión

El criminal desperdicio de agua potable




mayo 25, 2022

Las fugas de agua potable son un desperdicio criminal de agua diarios. Por desgracia, ni la JCAS ni las JMAS cuentan con el personal especializado para atender esta grave problemática hídrica, lo cual, resulta urgente e imperioso

Por Gerardo Cortinas Murra

La Ley de Agua estatal establece que las JMAS son “organismos públicos descentralizados del Poder Ejecutivo, bajo la coordinación sectorial de la Junta Central, facultados para la prestación de los servicios de agua, alcantarillado sanitario, saneamiento, tratamiento de aguas residuales y disposición final de lodos. Otras de sus atribuciones, son las siguientes:

Planear, programar y gestionar el financiamiento para llevar a cabo la construcción de las obras y adquisición de equipos que requieran, para los sistemas de agua, alcantarillado sanitario, saneamiento, tratamiento de aguas residuales y disposición final de lodos y, en su caso, el alcantarillado pluvial.

Practicar y regular periódicamente muestras y análisis del agua, llevar estadísticas de sus resultados y tomar las medidas necesarias para garantizar la calidad del agua que se distribuye a la población, así como vigilar que una vez utilizada, se vierta a los cauces o vasos, de conformidad con la legislación aplicable.

Por su parte, el Director Ejecutivo de cada JMAS tiene, entre otras, las siguientes obligaciones y atribuciones:

Contar con los Proyectos Maestros para Mejoramiento de los Servicios que presta y actualizarlos, en su caso, cada seis años, de conformidad con el Plan Estatal de Desarrollo, así como de los programas sectoriales, regionales, especiales e institucionales que correspondan.

Verificar la realización de los estudios y análisis técnicos, económicos y financieros necesarios para evaluar la relación costo-beneficio de las obras y su impacto social.

Asimismo, los ayuntamientos son corresponsables con los organismos operadores municipales en la prestación de los servicios públicos de agua potable, alcantarillado sanitario, saneamiento, tratamiento y disposición final de sus aguas residuales; así como también, en lo relativo a los siguientes asuntos:

Verificación de la calidad del agua potable suministrada, para que cumpla con las normas oficiales establecidas.

Verificación en el cumplimiento del tratamiento de sus aguas residuales, así como el cumplimiento de las normas oficiales mexicanas para la disposición del efluente.

La reutilización y recirculación de las aguas servidas de forma que no generen impactos adversos.

Existen diversos estudios científicos en los que se plantea la problemática de las fugas de agua potable en las manchas urbanas. Uno de ellos, realizado por investigadores de la UNAM, y publicado por ‘SciELO México’, analiza “la estimación y localización de fugas en una red de tuberías de agua potable usando algoritmos genéticos”.

A continuación, se trascribe lo más destacado de este estudio:

Las fugas de agua potable en las redes de distribución producen desperdicio de agua, reducen la eficiencia de las redes y generan una pérdida económica a los organismos operadores del sistema de distribución de este tipo de líquido… Para reducirlas es necesario contar con procedimientos e instrumentos especiales para localizarlas y eliminarlas.

Una fuga es una salida de agua no controlada en cualquiera de los componentes del sistema de distribución de agua potable; con mayor frecuencia ocurren en uniones de tuberías, codos, roturas de conductos y válvulas.

Las fugas pueden deberse al agrietamiento transversal, aplastamiento o agrietamiento longitudinal de las tuberías, la corrosión, el mal junteo de los tubos o la falla de las válvulas que pueden incrementar las fugas en una red.

En algunos países, las fugas de los sistemas de abastecimiento de agua llegan a ser del 50% de la cantidad requerida por los habitantes para satisfacer sus necesidades hídricas; esto implica pérdidas económicas de importancia y un mal aprovechamiento de los recursos naturales… En México, el porcentaje de las fugas es del orden del 39%.

Si bien, en las redes de agua potable no se puede evitar que existan fugas, es necesario llevar a cabo acciones permanentes encaminadas a disminuir el número de fugas y los caudales de las mismas.

La solución óptima del sistema de ecuaciones que se genera al establecer la representación matemática del funcionamiento hidráulico de la red se obtiene mediante la aplicación de un algoritmo genético, los cuales en los últimos años se han utilizado ampliamente en varios campos de la ciencia.

En el ámbito de los municipios de Juárez y Chihuahua, las fugas de agua potable son acontecimientos cotidianos, cuya consecuencia es el desperdicio criminal de miles de metros cúbicos de agua diarios.

Todos los días, los medios de comunicación, dan a conocer a la opinión pública notas referentes  a esta grave problemática urbana en materia hídrica. Un ejemplo de ello, es el siguiente:

En Chihuahua capital, en días pasados, el Director Ejecutivo de la JMAS, declaró que “la demanda de agua para el uso doméstico en la ciudad se incrementó un 20%, ya que pasó de 4 mil a 5 mil litros por segundo; esto debido -supuestamente- al aumento en la temperatura y la falta de lluvia.

Asimismo, expresó que en la actualidad solamente el 2% de las casas de la ciudad no tienen agua por tubería, pero que se les surte a través de pipas, lo que representa alrededor de 1,600 viviendas que están en colonias sin el servicio. Inclusive, existe el dato de varios centros educativos sin agua potable.

Y si bien es cierto que, en las manchas urbanas, la detección de fugas en la red de distribución de agua potable es complicada, ya que son líneas subterráneas; también lo es, que para reducirlas, es necesario contar herramientas tecnológicas que permita precisar su localización, así como el nivel de su caudal; y de esta manera, disminuir las enormes cantidades de agua que se pierden por fugas.

Por desgracia, ni la JCAS ni las JMAS cuentan con el personal especializado que coadyuve, de manera eficaz, con esta grave problemática hídrica. Mucho menos, que utilice herramientas tecnológicas de punta que permitan evitar, de manera rápida y eficaz, las fugas subterráneas de agua potable. Lo cual, resulta urgente e imperioso.

Como mínimo, deberían tener instaladas sus propias fuentes de energía eléctrica, para evitar las constantes ‘complicaciones’ en el funcionamiento de las redes de distribución, por cortes de energía eléctrica por adeudos con la CFE.

Por otra parte, diversos analistas políticos critican el hecho de que la mayoría de los profesionistas que han dirigido “el manejo del agua y los proyectos hidráulicos” son personas sin ningún tipo de experiencia en materia hídrica; ya que han sido designados “por favores político-electorales o por lazos de amistad con el gobernante en turno”.

Así las cosas, me queda claro que al actual Director Ejecutivo de la JCAS y al de la JMAS de Chihuahua capital, les tiene sin cuidado violentar el derecho humano al acceso de agua para consumo doméstico -en forma suficiente, salubre y asequible- en perjuicio de la sociedad chihuahuense.

Lo anterior, acredita a plenitud que tanto el Estado como los municipios, no tienen interés alguno en garantizar este derecho humano; a pesar de que, constitucionalmente, están obligados a ello.

Y pensar que la actual administración estatal, se ufana de ser un gobierno humanista.

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