Medio Ambiente

¿Quién está acabando con el hábitat (y el agua) de los últimos perritos llaneros mexicanos?




agosto 10, 2022
El perrito llanero mexicano es considerado un ingeniero de la pradera. Fotografía: Alejandro Garza

Por décadas el perrito de la pradera, especie en peligro de extinción, ha sido dejado a su suerte por el Gobierno estatal y federal, en Galeana, Nuevo León, donde se encuentra su hábitat natural más grande en el País, que se ve amenazada por la entrega de millonarias concesiones de agua a empresarios, a la sobreexplotación agrícola y la inacción de las autoridades para proteger su hábitat

Por Leonardo González y Gabriela Villegas / Border Hub

Entre el pastizal bajo de la zona de la Hediondilla en Galeana, al sur de Nuevo León, un ejemplar del perrito llanero mexicano sale de su madriguera y empieza a emitir sus peculiares sonidos. Otros más responden al llamado y salen tímidamente, mientras que al fondo, los circulares campos de plantaciones de papa son trabajados por enormes dispositivos de riego y tractores.

Esta es una escena común de la devastación del hábitat más grande del perrito llanero mexicano en el País, especie endémica y en peligro de extinción, que lucha contra el abandono institucional y de manejo en la zona.

Grupos ambientalistas han documentado cómo sus madrigueras son devoradas por tractores y campos de cultivo que arrasan con colonias enteras.

La organización Western Hemisphere Shorebird Reserve Network considera que el Llano de la Soledad es una región amenazada fuertemente por las prósperas plantaciones de papa que se han realizado ahí desde hace décadas.

Además del crecimiento agrícola acelerado, no hay condiciones adecuadas de planeación regional lo que ha causado la fragmentación del hábitat, señala la organización estadounidense.

El organismo estimó que cada año se utilizan más de 4 mil hectáreas para las plantaciones de papa en la zona.

El perrito llanero mexicano es una especie endémica y en peligro de extinción según la NOM-059-SEMARNAT-2010. Crédito: Alejandro Garza

Más que intentar preservar, sólo en este sexenio la Comisión Nacional del Agua ha otorgado 81 concesiones para la extracción de agua subterránea para el cultivo en Galeana, en un total de 25 millones 928 mil 902 metros cúbicos al año.

Los beneficiarios van desde ejidatarios con rangos de 5 mil hasta 50 mil metros cúbicos al año; hasta funcionarios, empresarios de Monterrey y Saltillo, y grandes empresas agrícolas con reservas que llegan a más de 5 millones de metros cúbicos de agua.

¿Por qué es tan importante el perrito de la pradera en Galeana?

El Programa para la Conservación de las Especies de Perritos Llaneros indica que en Galeana se encuentra la extensión más grande de ocupación de Cynomys mexicanus (su nombre científico) en el país.

Un campo de cultivo se encuentra en medio del llano donde se observan las madrigueras de cientos de perritos de las praderas, en el ejido de El Erial, en Galeana, Nuevo León. Crédito: Alejandro Garza.

A esta especie de ardilla se le considera un ingeniero del ecosistema, pues al cavar sus madrigueras, oxigenan el suelo, aumentan la infiltración del agua y también ayudan a fertilizar, comentó la doctora Gabriela Castellanos Morales, quien ha estudiado la evolución genética de esta especie.

“Lo que se ha observado es que en la zona que hay perritos hay diversidad de plantas por ejemplo de herbáceas y de pastos”, dijo la doctora en ciencias biológicas por la UNAM Gabriela Castellanos Morales. “Si no hay perrito de las praderas se transforma totalmente el hábitat”, destacó.

Un ejemplar del perrito llanero mexicano sale de su madriguera frente a campos de cultivo y sistemas de riego. Crédito: Alejandro Garza

¿Quién protege el llano en Galeana?

En letras poco legibles el Programa de Manejo del Área Natural Protegida “La Trinidad” de Galeana intenta establecer las reglas para proteger el hábitat del Perrito de la Pradera Mexicano. Es casi uno de los únicos documentos oficiales que hablan de acciones para la preservación.

Las Áreas Naturales Protegidas para la Protección del Perrito llanero (Cynomus mexicanus) a “El Llano de la Soledad”, “La Trinidad” y “La Hediondilla” se crearon en 2002, pero apenas en marzo de este año, un decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado ordenó recategorizar las tres áreas naturales.

La Trinidad y La Hediondilla se convertirán en reservas naturales con 4 mil 381.9 y 3 mil 282.6 hectáreas respectivamente y el Llano de la Soledad como un santuario biológico, con 7 mil 697 hectáreas.

El programa de manejo, que sólo existe para “La Trinidad”, señala que están prohibidos los cambios de uso de suelo, así como la conversión de la vegetación original o nativa a la agricultura y pastizales.

Mapa de cambios de uso de suelo en terrenos forestales en el área natural protegida de La Hediondilla. En rojo se ve las afectaciones: 68 por ciento hasta el 2020. Crédito: Biólogo Antonio Hernández

¿Hubo cambios de uso de suelo en estas áreas naturales protegidas por el Estado?

Desde el 2019, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha negado que recibió algún estudio de impacto ambiental o permiso de uso de suelos, según respondió a nuestras solicitudes de transparencia y acceso a la información.

En la última solicitud realizada en 2022, la Semarnat respondió que: “no se localizaron expedientes de solicitud de cambio de uso de suelo en las zonas señaladas”.

Entonces ¿Qué son los círculos de cultivos que invaden la zona? Hasta la fecha de la publicación la Semarnat sigue negando que existan cambios de uso de suelo o incluso que hayan recibido algún permiso de cambio de uso de suelo.

Mapa de cambios de uso de suelo en terrenos forestales en el área natural protegida de La Trinidad. Crédito: Biólogo Antonio Hernández

Sin sanciones por desmontes o cambios de uso de suelo

En los mapas satelitales se pueden observar los cultivos de papa en la zona, pero tanto la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) como la Semarnat han negado que estas zonas sean intervenidas.

La Profepa es la encargada de vigilar y emitir sanciones a quienes dañen esta zona.

En febrero del 2021 la Profepa respondió en una solicitud de acceso a la información que había registro de 4 desmontes irregulares y “sin sanción” en La Hediondilla.

Un año después, en abril del 2022, los desmontes “desaparecieron”.

El único desmonte que tuvo un procedimiento para sanción abierto fue uno denunciado en 2019 por la organización civil Pronatura Noreste.

De este desmonte hay evidencia: un video de un tractor pasando por encima de las madrigueras y los perritos de la pradera

El daño se documentó, pero ¿qué pasó con las sanciones? No hubo ninguna. En respuesta a solicitud de transparencia la Profepa dijo que “no se encontró responsable” y dieron carpetazo a la denuncia.

Los millonarios del agua en Galeana

En medio de una crisis de agua en el estado de Nuevo León, en Galeana hay alrededor de una veintena de empresas y personas físicas que se han vuelto millonarios por el agua que pueden extraer.

Los millonarios del agua y la agricultura intensiva que por años se ha practicado en la zona dificultan aún más la preservación del perrito llanero mexicano, coincidieron activistas y especialistas.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) tampoco ha puesto un límite. 

En el municipio de Galeana de 1994 a la fecha, sin contar las concesiones ejidales, la Conagua otorgó la explotación de 102 millones 566 mil 208 metros cúbicos de aguas subterráneas al año para usos agrícolas en 297 concesiones, según el Registro Público de Derechos de Agua.

Sólo en los últimos tres años, Conagua entregó la utilización de 25 millones 928 mil 902 metros cúbicos.

¿A quienes benefician estas concesiones?

Aunque ejidatarios y personas físicas de Galeana tienen concesiones con pequeñas cantidades de agua subterránea para su extracción, unos cuantos manejan más de la mitad del agua permitida por la Comisión Nacional del Agua.

Estos son los concesionarios con más de un millón de metros cúbicos anuales con fines agrícolas en Galeana. Crédito: Gabriela Villegas

Por ejemplo a Óscar Miguel Mohamar, ex diputado federal por el PAN y quien contendió por Morena para la Alcaldía de Saltillo en 2018, le fueron entregadas dos concesiones de 260 mil metros cúbicos de agua al año, en mayo de 2020.

Sin embargo los millonarios llegan a tener hasta 25 veces más que esa cantidad.

Con tres empresas diferentes, y todas ligadas a él, el empresario saltillense Fernando Cárdenas Dávila, suma 7 millones 624 mil metros cúbicos al año. De estos le corresponden 3 millones 738 mil a Proyectos Rurales TYC, 1 millón 660 mil a Hidro Gapa y 2 millones 226 mil a Servicios Rurales Infill.

El Capricho de Cayma es una sociedad de producción rural con una sola concesión de 5 millones 794 mil 740 metros cúbicos de agua al año, y que según el registro público de comercio tiene como apoderados legales a Marcos Genaro y Carlos Francisco Recio Peraldi, con el poder de gestionar esta concesión de agua.

Además está Agrocentek, a quienes les fueron otorgadas seis concesiones que en conjunto suman 5 millones 396 mil metros cúbicos de agua al año, entre agosto y noviembre de 2019. Así como otras dos que ya tenían desde 2009 de 120 mil metros cúbicos cada una.

Entre sus socios, originarios de Allende, algunos participan activamente en el PRI, como Noé Marroquín Salazar.

Desarrollo Agroindustrial del Norte, es propiedad del ex alcalde de Saltillo, y ex delegado de la Sagarpa en Coahuila, Mario Eulalio Gutiérrez, junto a sus hermanos Jaime Luis y Javier. Ellos son hijos del ex Gobernador de Coahuila, Eulalio Gutiérrez, y desde 2001 tienen dos concesiones para explotar 3 millones 600 mil metros cúbicos de agua.

Otras empresas millonarias del agua son: Servicios Unidos Para el Desarrollo Agrícola y Comercial, con 5 millones 510 mil; Makike, con 5 millones; y Cerro de Agua, 3 millones 300 mil metros cúbicos, quien uno de sus principales socios es Jorge Ureña, del sector restaurantero y empresarial Grupo Kampai.

Gráfica de concesionarios que tienen entre 500 y 1 millón de metros cúbicos anuales para la explotación agrícola. Crédito: Gabriela Villegas

¿Cómo afecta la extracción desmedida de agua al perrito de la pradera y otras especies de los pastizales?

Aunque los permisos y plantaciones se pueden encontrar fuera de las áreas naturales protegidas, las colonias del perrito llanero mexicano no sólo se ubican en La Trinidad, La Hediondilla y el Llano de la Soledad.

De acuerdo a un modelo de distribución potencial del perrito de la pradera mexicano (Sánchez-Cordero 2020) disponible en el portal de Geoinformación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, más de 260 concesiones de agua en Galeana están distribuidas en la zona donde podría habitar el perrito de la pradera.

Esto, indica que aún y que la zona no sea un área natural protegida, si se afecta el hábitat de esta especie que de acuerdo a la Nom-059-SEMARNAT-2010 está en peligro de extinción.

En rojo se observa el área de dispersión potencial del perrito de la pradera mexicano al sur de Galeana. Los puntos azules son las concesiones de extracción de agua subterránea en la zona. Crédito: Gabriela Villegas y Leonardo González

Hiram Bernal, director de conservación de la biodiversidad de la Secretaría de Medio Ambiente estatal, señaló en entrevista que para él las zonas protegidas no están bien definidas.

“Alguien las hizo en un escritorio sin ir a hacer una verificación de si se estaba protegiendo al perrito, pues se tendría que haber protegido toda esa franja que es su zona de distribución“, explicó el funcionario.

“No tres parches que a lo mejor no son tan representativos en todo el espacio. Es mejor eso a nada, pero que eso que se tenga realmente se conserve, no que pase lo que está pasando“, aseguró el director de conservación de la biodiversidad de la Secretaría de Medio Ambiente estatal.

Gobierno de N.L. estuvo ausente por 20 años en la protección del llano en Galeana

Por más de 20 años, la única relación del Gobierno del Estado de Nuevo León con una de sus Áreas Naturales Protegidas más importantes para la preservación del perrito de la pradera mexicano comenzó y terminó con la emisión del decreto del 2002.

Hasta que se hizo la recategorización de las zonas, tras la sentencia 1533/2019 donde el Juez Primero de Distrito en Materia Administrativa de Nuevo León concedió en marzo del año pasado un amparo a la asociación Pronatura Noreste, y confirmada en octubre de 2021, en el que se obligó al Ejecutivo Estatal a recategorizar estas áreas de Galeana.

Durante 20 años, los documentos oficiales señalaban a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas del Estado (ahora Secretaría de Movilidad y Planeación Urbana) como la encargada de vigilar la zona, pero sin facultad de sancionar.

Esta dependencia se declaró incompetente de reconocer si había un plan de manejo o cambios de uso de suelo en la zona.

Nos remitieron a Parques y Vida Silvestre de Nuevo León, cuyo titular Edgardo Acosta explicó en entrevista que ellos buscan no sólo proteger el área natural protegida, sino la zona de Galeana donde el perrito de la pradera está disperso.

“Hoy por hoy existe la especie que está amenazada y que no es área protegida y que se llevan actividades agrícolas y humanas”, dijo.

Explicó que Parques y Vida Silvestre del Estado sólo tiene la obligación de ayudar en la conservación de la zona al hacer denuncias de daños al hábitat o a esta especie.

Agregó, sin dar más detalles, que sí han hecho algunas denuncias. “Lo que ocurre entonces es que los ejidatarios rentan la tierra bajo contrato de varios años a productores o asociaciones de productores que tienen las posiciones económicas de hacer inversiones en la tierra”, comentó.

“Desafortunadamente los propietarios de la tierra no tienen injerencia en las decisiones de quien haya arrendado la tierra”.

El Llano de la Soledad es un santuario de más 7 mil hectáreas de pastizales bajos. Impresiona por su vegetación y los miles de ejemplares de perritos llaneros que habitan la zona. Crédito: Leonardo González

¿Cómo se puede proteger el llano y hábitat del perrito de la pradera?

La protección del hábitat de la colonia más grande de perrito de la pradera en México se puede proteger y conservar, pese al abandono que vivió por años.

¿Es complejo? Sí que lo es, no sólo por los cambios en decretos y reglamentos sino también por la forma de involucrar a la comunidad en la conservación de la especie.

“Siempre es complicado la cuestión de las acciones de conservación porque finalmente la gente tiene que comer ¿no? y tiene que pagar renta y servicios y vivir de alguna forma”, dice Gabriela Castellanos Morales, doctora en ciencias biológicas por el Instituto de Ecología de la UNAM.

“Y también pues decir que quiten los sembradíos de papa es decirle a la gente pues búscate otra fuente de ingresos. Eso hace que sea complicado”.

La Hediondilla es el área natural protegida más afectada de las tres declaradas por el gobierno estatal. Según estimaciones de activistas se han realizado cambios en su uso de suelo en más del 68 por ciento de su superficie. Crédito: Alejandro Garza

Lo que recomienda el ingeniero Edgardo Acosta, de Parques y Vida Silvestre de Nuevo León para conservar la zona sin dejar de lado la agricultura es: definir los caminos de acceso por donde entren los vehículos, no usar agroquímicos y hacer labranza de conservación. 

Además prometen que van a pedir a los agricultores un certificado de responsabilidad social para que no destruyan el área protegida del perrito de la pradera.

Mientras que por el área legal Hiram Bernal, director de conservación de la biodiversidad de la Secretaría de Medio Ambiente estatal, explicó se tendrá que crear un consejo técnico, y la actualización de los planes de manejo para las zonas en un plazo de seis meses.

Bernal dijo también que el Gobierno estatal está buscando que la zona se vuelva un espacio eco turístico con actividades de bajo impacto, para que quienes se dedican actualmente a la agricultura tengan otra opción para cambiar de actividad económica.

La Trinidad es una comunidad a un costado de la Carretera 57, que aunque es un área natural protegida ha sido severamente afectada por campos agrícolas. Crédito: Alejandro Garza

“Vamos a poner un parador sobre la Carretera 57, va a ser como un mirador para que te bajes y veas el perrito“, dijo Bernal. “Y ahí va a haber infografías de por qué es importante cuidarlo, eso es a muy corto plazo. En torno a este parador, van a venir comercios“.

Justamente la zona del sur de Nuevo León es la esperanza para que el perrito de la pradera mexicano siga viviendo.

“Tratamos de ver cuál podría ser el efecto del cambio climático a futuro a pesar del clima donde están los perritos”, dijo Castellanos Morales, “y lo que nos señalan nuestros modelos es que las zonas que podrían ser más estables en clima son estas tres zonas: La Trinidad, La Hediondilla y el Llano de la Soledad”.

El vigía. El perrito llanero mexicano es una especie social, mientras unos forrajean uno o dos individuos se quedan vigilando para alertar de amenazas. Crédito: Alejandro Garza

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* Este reportaje es parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.

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