El presidente colombiano Gustavo Petro dijo ante la Asamblea General de la ONU que las guerras contra las drogas y contra el cambio climático han fracasado, por lo que se impone un cambio de políticas, en particular para salvar la selva amazónica y, con ella, la vida humana. Mientras que el presidente chileno Gabriel Boric llamó a la protección de los derechos humanos y la lucha contra la crisis climática
Texto: Corresponsales IPS Noticias
Naciones Unidas- Al debutar este martes 20 como oradores en la Asamblea General de las Naciones Unidas, los presidentes Gustavo Petro, de Colombia, y Gabriel Boric, de Chile, abogaron por cambios en las políticas ambientales, hacia las drogas y ante las amenazas a la democracia, a la paz y a la supervivencia.
En su intervención en clave medioambiental, Petro galvanizó la atención de cuantos seguían el inicio del 77 período anual de sesiones al afirmar que “la guerra contra las drogas ha fracasado y la lucha contra la crisis climática ha fracasado”.
“¿Qué es más venenoso para la humanidad, la cocaína, el carbón o el petróleo?”, se preguntó Petro, y se respondió que “el dictamen del poder ha ordenado que la cocaína es el veneno y debe ser perseguida, así ella solo cause mínimas muertes por sobredosis, y más por las mezclas que provoca su clandestinidad”.
En cambio “el carbón y el petróleo deben ser protegidos, así su uso pueda extinguir a toda la humanidad”.
Si no se corrige el rumbo de una guerra contra las drogas que ya dura 40 años, “esta batalla se prolongará otras cuatro décadas, y Estados Unidos verá morir de sobredosis a 2 millones 800 mil jóvenes por fentanilo, que no se produce en América Latina”.
Se verá a “millones de afros norteamericanos ser apresados en sus cárceles privadas, morirán asesinados un millón de latinoamericanos más, nos llenarán de sangre nuestras aguas y nuestros campos verdes, verán morir el sueño de la democracia tanto en mi América como en la América anglosajona”, vaticinó.
Culpó de la destrucción de la naturaleza al capital y a quienes “se inventaron una guerra y otra y otra”, y dijo que “invadieron Ucrania, pero también Iraq, Libia y Siria. Invadieron en nombre del petróleo y del gas. Descubrieron en el siglo XXI la peor de sus adicciones: la adicción al dinero y al petróleo”.
Petro también convocó a América Latina a “salvar la selva amazónica con los recursos que puedan destinarse mundialmente a la vida”, y emplazó a los países del Norte a que liberen deuda externa de los del Sur para destinar esos recursos a la protección de la naturaleza.
En su turno, Boric planteó que la igualdad, la justicia y la libertad son reclamos cada vez más socorridos en el mundo entero, de modo que “la protección y promoción de los derechos humanos, el trabajo decente, la protección social universal y la lucha contra la crisis climática, son hoy demandas universales”.
Reconoció que Chile es “una de las naciones más desiguales del mundo”, con índices de crecimiento económico y desarrollo humano destacados, pero enfrentó una crisis social profunda que llevó a un estallido en 2019.
Esas protestas desembocaron en un proceso de nueva Constitución, avalado por 80 % de los votantes; pero cuando el texto redactado se sometió a referendo popular, resultó rechazado por 62 por ciento del electorado.
Entonces “con toda humildad les digo: nunca un gobierno puede sentirse derrotado cuando el pueblo se pronuncia. En democracia, la palabra popular es soberana y es la guía para todo gobierno”, aseveró.
El reclamo que la ciudadanía hace cada vez con más fuerza hacia las llamadas democracias liberales representativas no puede ser menospreciado, sino que debe ser enfrentado con más democracia, nunca con menos”.
Boric y Petro incluyeron en sus discursos menciones a la necesidad del diálogo y de la paz, en el contexto internacional marcado por la guerra entre Rusia y Ucrania.
Otro mandatario latinoamericano, el paraguayo Mario Abdo Benítez, también pidió el cese de las hostilidades en Ucrania, en la que fue su última intervención ante la Asamblea de la ONU durante su actual período presidencial.
“Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia seguían desperdigadas en el aire cuando empezamos a recibir el impacto del contexto bélico internacional”, dijo Abdo Benítez.
Ante ese panorama “nuestros pueblos se encontraron en la difícil situación de observar la insuficiencia de las instituciones nacionales e internacionales para enfrentar las emergencias”.
“Hacemos un enérgico llamado al cese de las hostilidades y a la reanudación de las negociaciones. Es fundamental que nuestra organización y la comunidad internacional, en general, participen intensamente en este proceso”, insistió.
También Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, país cuyo mandatario tradicionalmente es el primer orador en cada período de la Asamblea, defendió “un alto el fuego inmediato en Ucrania, así como la protección de los civiles y la preservación de infraestructura crítica para asistir a la población” del país eslavo.
Destacó los esfuerzos hacia una solución negociada a la guerra, y criticó las sanciones como una forma de lidiar con el conflicto, pues “perjudican la reanudación de la economía y afectan los derechos humanos de las poblaciones vulnerables”.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.