Se podrá discrepar de Muñoz Ledo pero no se puede soslayar lo que expresa, que desde la izquierda se pensó en un sistema democrático diferente a lo que hoy se construye desde el poder y con un liderazgo unipersonal
Por Jaime García Chávez
Porfirio Muñoz Ledo salió a la palestra en la ciudad de Guadalajara, concretamente en un evento auspiciado por la Feria Internacional del Libro, en el que en un interesante panel se examinó el tema de la democracia y el populismo, que tiene presencia en el país, como es obvio, y en el mundo.
Se trata de un tema verdaderamente complejo, abordado en este caso por alguien que sabe con hondura de qué se trata, porque en el viejo político se conjuga, a un tiempo, experiencia dentro del régimen autoritario, ruptura para transitar hacia la democracia, visión internacional del tema, y vida académica de largo plazo, pues es conveniente recordar que fue Daniel Cosío Villegas el que puso sus ojos en Muñoz Ledo para examinar ese tema en una institución de renombre, como el Colegio de México, por su gran calidad en materia de investigación.
No acostumbra el político ocupar una tribuna para hacer perder el tiempo al auditorio y perderlo él. Se le podrán cuestionar mil cosas, pero no que deje de abordar temas fundamentales sin el ancestral temor a cuestionar intereses creados, como es tan ordinario en el comportamiento de muchos intelectuales.
No pretendo resumir o dar cuenta de todo lo que dijo en la FIL de Guadalajara, cualquiera puede leer su intervención en los periódicos llamados de circulación nacional.
Tocaré dos puntos. El primero es sobre su afirmación de que “estoy convencido de que Andrés (Manuel López Obrador) está transitando de la democracia a la tiranía”. El segundo tiene que ver con su advertencia de que “Andrés tendrá poder mientras nos agachemos; es hora de salvar a México”.
Estas tesis cobran relieve por varias razones, al margen de su validez, no hay que perder de vista que el que los esgrime, junto con Cuauhtémoc Cárdenas e Ifigenia Martínez, dio la ruptura con el régimen de partido de estado que le abrió paso a la transición democrática y al propósito de consolidarla, tarea esta inconclusa y en riesgo.
Pero además hay que señalar que el pensador ha postulado de antaño la posibilidad de una nueva república con una nueva constitucionalidad y que se ha empeñado en que eso se logre haciendo de la política el camino para construir acuerdos nacionales, que lo condujeron a MORENA en el pasado inmediato y a ocupar el escenario de la presidencia de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión cuando se le entregó la banda presidencial a López Obrador.
Es un exceso de mi parte afirmar que sabe de qué está hablando, porque todos sabemos que así es. Se podrá discrepar de su enfoque, pero hay dos cosas que no se pueden soslayar: la primera es que desde la izquierda se pensó en un sistema democrático diferente a lo que hoy se construye desde el poder y con un liderazgo unipersonal; y la segunda, que el poder presidencial omnímodo crece, como se ha visto, erosionando la posibilidad de construir una democracia, que contabilice en su haber a los y las ciudadanas, que han sido sustituidas por una manida visión de la historia y que no es la de la izquierda que el país requiere.
Gusto de difundir, para su conocimiento y la polémica, lo que expresa Muñoz Ledo, más allá de que convenga o no a la propia visión que pueda tener. En este momento le reconozco que tiene la entereza y fortaleza intelectual para salir a tribuna y expresar sus profundos disensos con lo que sucede hoy en el país.
En la experiencia de esta tarea, y en las redes sociales, he visto la denostación a que recurre la base morenista a través de sus troles, formulando argumentos sofísticos que tienen que ver con la persona y no con lo que sustenta en sus aportes intelectuales, contando con que esas referencias personales tienen una carga peyorativa (lo acusan de “viejo”), y seguro estoy que si estuviera en una trinchera diferente y adicta a López Obrador, lo tendrían como el sabio senecto que dice la verdad porque conoce su tiempo. Así es de falaz lo sofística en todas partes.
Reivindican la juventud, y qué bueno que lo hagan, pero entre los de temprana edad, del tipo de Cruz Pérez Cuéllar, o Juan Carlos Loera de la Rosa, no dudo en sumarme a la postura de Muñoz Ledo. Y lo afirmo consciente de que, como dice una canción, el tiempo pasa y para allá vamos inexorablemente, incluidos todos y cada uno de los discriminadores que tienen tan chata visión de lo que son los valores democráticos.
01 diciembre de 2022
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Jaime García Chávez. Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.