Los partidos de oposición se creen gladiadores luchando contra leones y su ceguera los priva de voltear a ver lo que hay fuera del coliseo imaginario al que los han metido
Por Miguel Ángel Sosa
Twitter: @Mik3_Sosa
Lo peor que puede hacer la oposición es distraerse, pues ese es el escenario que el gobierno federal promueve e incita. A distintos cuadros del PAN, PRI y PRD les gusta responder sí o sí a todo lo que lanza el micrófono de Palacio Nacional, creen que con eso combaten al régimen, aunque en realidad se vuelven comparsas de una agenda turbia de desinformación.
Llevarle la contraria al presidente López Obrador nunca ha sido la clave, aunque algunos se aferren en creerlo. La construcción de una propuesta que contraste al oficialismo debiera tener su génesis en otro lado que no sea el antagonismo visceral con MORENA y su recién bautizado “humanismo mexicano”.
Los partidos de oposición no entienden que no entienden, siguen creyendo en la afrenta, sin darse cuenta de que juegan en las mismas pistas de circo creadas por el propio poder. Se creen gladiadores luchando contra leones y su ceguera los priva de voltear a ver lo que hay fuera del coliseo imaginario al que los han metido.
La cosa pinta sencilla: pregúnteles hoy a los líderes de las principales fuerzas de oposición qué proponen hoy a la gente que en la elección pasada les dio la espalda. Acaso Marko, Alito o Zambrano tienen claros los porqués del voto de castigo.
La salida fácil, y no del todo equivocada, es marearse con una retahíla sobre aquello del dinero público usado en padrones o, decir como merolicos, que el ejército de servidores de la nación anda con todo en las calles o, que las becas se entregan a discreción y la ayuda a los adultos mayores se da a cambio de apoyo electoral.
Argumentos sobran para confirmar el uso tendencioso de los dineros públicos que se hace desde las administraciones del partido que gobierna México. Eso ya lo sabemos y el tema está ampliamente documentado, pero la pregunta es: ¿Qué hacen los políticos de oposición para intentar cambiar esa situación?
La agenda la dicta una y otra vez un presidente que a pesar de los altibajos sigue manteniendo niveles considerables de aprobación. La influencia de López Obrador se ha mermado no por los contrapesos de la oposición, sino por una autofagia de MORENA, por la carnicería que se vive al interior y de la cual vendrán cosas peores mientras más se acerque la elección del 24.
La propuesta de la oposición, como un conjunto o bloque unificado que busque otro futuro para el país, aún no es visible en el horizonte. ¿Cuándo estará lista?, ¿quiénes se están sentando a reflexionar al respecto?, ¿cómo se suman las ideas de la sociedad civil?, ¿en dónde están los hacedores del cambio?, son algunas preguntas que comienzan a surgir en diversos sectores de la sociedad.
Mientras tanto, ya se barajan nombres de quienes podrían encabezar el bloque para derrocar al obradorismo. Las propuestas de los abanderados de la oposición son hoy como letreros en la marquesina de un teatro vacío a donde la gente no ha llegado porque ni siquiera saben que había función.