Los aspirantes morenistas se han estado haciendo presentes en Chihuahua. El primer fin de semana de mayo, estuvo Claudia Sheinbaum, luego estuvo el Canciller Marcelo Ebrard, y seguramente Adán Augusto no tardará en llegar
Por Jaime García Chávez
Conviene, para la mejor comprensión de lo que sucede con la competencia morenista por la Presidencia, que en un medio como este se difunda lo que ocurre fuera de la capital de la República, porque en más de un sentido contribuye a una buena ilustración de la coyuntura. Las siguientes notas tienen que ver con la reciente visita de Claudia Sheinbaum a la ciudad de Chihuahua.
Los aspirantes morenistas se han estado haciendo presentes en Chihuahua. El primer fin de semana de mayo, estuvo Claudia Sheinbaum, luego estuvo el Canciller Marcelo Ebrard, y seguramente Adán Augusto no tardará en llegar. De Monreal ya nadie espera nada, poniendo en crisis, de paso, el llamado nalgaprontismo del que hizo gala mientras aprobaban las reformas fast track en el Senado.
Aún no he visto, si acaso lo hay, un estudio consistente de los porqués de Andrés Manuel López Obrador para adelantar con tanta antelación el proceso interno de Morena para su propia sucesión. Me queda claro que quiere trascender a este sexenio que se agota vertiginosamente, quizá en rango de jefe máximo, o dejando una lista de tareas ineludible para quien continúe, si es de su propio grupo, en especial todo lo que tiene que ver con la absorción de la Guardia Nacional por la Sedena.
Haber adelantado el proceso, ha traído por consecuencia un fenómeno en el que los altos funcionarios, contra todas la disposiciones de orden jurídico, están en campaña abierta, rompiendo la equidad electoral. Hoy la Secretaría de Gobernación, la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y la Cancillería son aparatos en los que Gobierno y partido se confunden. Se desatienden las vitales áreas de esas instituciones, se da pie al fraude a la Ley, como distribuir un libro y presentarlo con apariencia de neutralidad, y la conversión de la mentira en verdad, y todas las artes de la simulación de excelencia.
Todo eso es grave si le añadimos el acrecentamiento de la polarización, que de ser tan avasallante oprime al ciudadano y a su capacidad misma de elegir.
La reciente visita de Claudia Sheinbaum es más que aleccionadora para demostrar las afirmaciones anteriores. La reciben en el aeropuerto con un conjunto norteño y baila polkas como en cualquier acto de campaña, muy del gusto de quienes pretenden darse baños de pueblo. Luego dicta una “conferencia magistral”, “invitada” por una institución educativa, y se dice que ante cinco mil escuchas. Todo un récord Guinness si no fuera por el acarreo. En realidad, si mucho fueron tres mil.
Esa “conferencia” dominical resulta extraña por su asistencia, y es toda una simulación para aparentar que ciudadanos de Chihuahua se acercan a una figura que ni les es cercana ni conocen. Pero en medio del proceso proselitista, actúa facciosamente y llega a “acuerdos” con alcaldes en agendas de tipo turístico, que ni siquiera son de su competencia.
Y para cerrar con broche de oro, se reúne con los dueños del pueblo, la “maldita mafia del poder”, que hoy sí parece muy útil.
Y lo que más llama la atención, es que siendo Claudia una científica, no tenga ni los rudimentos topográficos para distinguir lo que es un abrupto camino de un piso parejo. Pero no sólo esto: cuando se le pregunta si es la favorita de López Obrador, cosa que parece indubitable, dice que sí hay favorita, pero es la Cuatroté, que empieza alcanzar rango de Cuatrodé, o Cuarta Derecha.
A su vez, Marcelo Ebrard nos vino con el cuento de que México, en la próxima década, alcanzará un nivel de potencia emergente, por su prosperidad y desarrollo en el mundo global. Habló con un lenguaje que resulta más dulce a los oídos de las clases medias, azotadas permanentemente por el Presidente de la República. Presentó un libro que a todas luces es de encargo, cosa que no está mal, porque muestra más el humor y propósitos del momento, aunque todo esto suele quedar en el papel.
Pero lo más significativo de su visita fue que en una especie de cierre de su “precampaña”, es que denunció la inexistencia de ese “piso parejo” para correr en condiciones de igualdad. No se le ha dicho sí a las pretensiones de una encuesta profesional, transparente; y a su vez, tampoco ha habido la aceptación de debates entre los pretendientes, y mucho menos renuncias a los cargos, hoy convertidos en plataformas partidistas.
En atención a esto, Ebrard habló enfático de que sin reglas claras la lucha interna en Morena será “la selva”, y las leyes feroces que se le adosan. Ese discurso resultó falaz a los oídos de la ciudadanía de esta región, porque la selva está precisamente en esa pretensión de abatir al Poder Judicial de la Federación, llamándolo “podrido”, como lo dijo López Obrador, y que en el fondo coincide con el pronunciamiento del mismo Marcelo Ebrard, que en su libro habla de un estado con un perfil democrático; pero para ganarse el beneplácito presidencial también lo denosta.
Se necesita ser muy hábil, para un presentador de libros como los que convocó Marcelo, explicar a qué estado se refiere, porque en esencia está al margen de una democracia que es papel mojado en su libro.
Eso es lo que se ve por acá. Falta que venga Adán Augusto en ese plan para completar la trilogía, y pienso que lo hará con creces.
Por lo pronto, hay tres cargos ocupados pero vacantes: la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México; la Secretaría de Relaciones Exteriores, en plena crisis migratoria; y la de Gobernación, que se ha convertido en una especie de Secretaría de Morena, no en ese Ministerio del Interior llamado a hacer un trabajo de fondo para la gobernabilidad y la conciliación del país.
11 mayo 2023
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Jaime García Chávez. Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.