En El Estado

Presiona SNTE para destituir a doctora ralámuli de Educación Indígena porque no es sindicalizada



martes, septiembre 12, 2023

Lucía Olivas llegó al 17 de julio a ese puesto, pero previamente el sindicato había conseguido que la autoridad educativa cediera a generar un requisito para que ese encargo lo ocupe quien tenga una plaza dentro de Educación Indígena o en sector educativo, único que no cumple Lucía.

Por Jaime Armendáriz y Patricia Mayorga / Raíchali

Chihuahua- Un grupo de 50 mujeres indígenas de los pueblos chihuahuenses ralámuli, rolámali y ódami, respaldaron a su compañera Lucía Olivas Espino por las constantes violencias y discriminación que ha recibido por su nombramiento como jefa de departamento de Educación Indígena, Migrante y Menonita de los Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (SEECh).

Lucía Olivas es hablante ralámuli de la comunidad de la comunidad de Simuchichi en el municipio de Guachochi. Fue nombrada en el cargo el 17 de julio pasado y, a partir de esa fecha, ha recibido presiones por escrito o mediáticas, para impedir que realice su trabajo. Le han dicho que no tiene preparación para ejercerlo, de acuerdo con la queja presentada el 28 de agosto de 2023, ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH).

En la queja presentada por Lucía Olivas indica que es docente de formación básica, tiene maestría en competencias para la innovación educativa y doctorado en Educación. Su último cargo laboral fue como coordinadora territorial en el estado en el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).

Ella concursó por el cargo como lo indica la ley: “Me di cuenta que estaba vacante el puesto de jefa de educación indígena en SEECH y decidí aplicar para este trabajo, metí toda mi documentación y fue elegida por mi preparación educativa, experiencia en el área, porque soy hablante del idioma ralámuri y conozco la cosmovisión de los pueblos originarios. Por lo que el 17 de julio recibí el nombramiento como jefa de departamento por parte del maestro Donaciano Héctor González Estuudllo, director de SEECH”, precisa en el relato en la queja promovida por Olivas Espino ante la CEDH.

Puesto debe ser para alguien con plaza en educación: SNTE

Pero el nombramiento de Lucía le ha representado una confrontación directa desde la sección Octava el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). El argumento del sindicato es que existen acuerdos entre esta organización gremial y la autoridad educativa para que al frente de Educación Indígena esté alguien con una plaza de docente o de la estructura educativa, que la actual titular no tiene.

“Hay una imposición, una falta de respeto y se relega a los compañeros de Educación Indígena”, dijo el secretario general de esa sección del SNTE, Eduardo Zendejas, al encabezar el lunes de esta semana una manifestación contra Servicios Educativos del Estado de Chihuahua (Seech).

Ese requisito lo generó la autoridad educativa por acuerdo con el sindicato luego de varias reuniones realizadas con anterioridad, y de las que se generó un nuevo proceso de selección para ese encargo. En este proceso quedó seleccionado Marco Antonio Parra, y el acuerdo era tomar posesión el 01 de septiembre pasado, pero no ha asumido, explicó Zendejas.

La versión de la sección Octava del SNTE es que hay un incumplimiento con ese acuerdo. Por ello es que tomaron las oficinas de Seech desde las 6:30 de la mañana de este lunes e impidieron el paso del personal. La mayoría de las personas llegaron en camiones, que quedaron estacionados en las calles cercanas.

Cerca del mediodía llegó el líder sindical y aseguró que se mantendrá la toma hasta que Parra asuma en el encargo y que sea destituida Ana Celia Fuentes, titular de Atención a la Diversidad y Acciones Trasversales, área de la que depende Educación Indígena.

Fotografías por Carlos Fierro y Jaime Armendáriz

“Hay una falta de respeto cuando se incumple con los acuerdos entre la autoridad y el sindicato”, insistió Zendejas.

Según copias de las minutas de reuniones entre ambas partes, el trato era que la persona al frente del departamento de Educación Indígena necesita tener antigüedad, comprobar desempeño profesional, tener preparación académica, habilidades de gestión, llevar un anteproyecto de trabajo y pertenecer a nivel.

La denuncia de Lucía: “me sentí denigrada y humillada”

Ante ese tipo de protestas en su contra, la actual funcionaria hizo una queja formal ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) (folio 10s 1.3.250/2023), que va en este sentido:

“Desde el primer día del nombramiento, yo sentí un rechazo por parte del equipo de trabajo, comenzaron a cuestionarme sobre mi nombramiento, mis capacidades, mis estudios, y mi edad, pues me comentaron que apenas estaba entrando en edad de la madurez. Fueron varias personas las que se acercaron a hacerme comentarios, haciéndome sentir poco valorada y discriminada. Me decían que mi puesto lo podía desempeñar cualquier persona, que no creían que había estudiado tanto.

(…) siempre fueron comentarios encaminados a decir que porque soy mujer ralámuli, no podía estar en ese puesto ni haber estudiado, cuando yo soy igual que cualquier persona y tengo los mismos derechos”.

Lucía Olivas relata en la queja que la presión incrementó y el sindicato comenzó a presionar para destituirla, por lo que promovieron varias reuniones entre el sindicato y la autoridad educativa.

“Hasta hicieron un listado con las personas que pudieran ocupar el cargo, no incluyéndome a mí, por lo que desde ese momento fui segregada y aislada, prejuzgando mis capacidades. El día 21 de agosto de 2023, se estableció que me iban a revocar e iban a nombrar a una persona mestiza de nombre Marco Antonio Parra, a partir del primero de septiembre. Situación que me hizo sentir denigrada y humillada, pues el mensaje que se está enviando es que yo como mujer indígena soy capaz de ocupar un puesto público, tirando a la basura todos mis estudios, esfuerzo y experiencia”.

En entrevista, Lucía Olivas abundó que todos los días desde su nombramiento ha recibido críticas directas o a través de terceras personas para decirle que no es del nivel, “pero mi investigación de tesis del doctorado fue ‘El recorrido de vida de maestras ralámuli: experiencias que las han formado”.

Además, ha laborado en la Universidad Pedagógica Nacional del Estado de Chihuahua (UPNECH) campus Guachochi; en la Universidad Tecnológica de la Tarahumara (UTT); en la Comisión Estatal para Pueblos Indígenas (COEPI) y en la Conafe.

La titular de Educación Indígena dijo que lo que ha recibido desde que asumió el cargo actual es violencia.

“El lunes llegaron a pedirme del sindicato, que querían platicar conmigo. Llegaron unos del equipo aventando la puerta, mi jefa intervino. Las del equipo recibieron a las personas y me sacaron inmediatamente. Dijeron que hay una minuta formada que nombra a Marco Antonio Parra, que no es indígena, él se autonombra indígena pero no sabe el idioma ni sobre la cultura. En la minuta decía que el primero de septiembre entraba. Yo ya tenía una queja en la Comisión”.

Agregó que no la han dejado trabajar desde que llegó a ocupar dicho cargo, ha retrasado sus labores por las constantes visitas del SNTE, con quienes han sostenido reuniones de 8 a 9 horas.

Esta no es la primera ocasión que el Sindicato ejerce presión para que destituyan a responsables del área de Educación Indígenta, Migrante y Menonita. A medidados de junio pasado logró la destitución de Yalia Romero Chávez.

Mujeres indígenas apoyan a Lucía: México sin nosotras; hasta que la dignidad se haga costumbre

El jueves pasado, en el encuentro que sostuvo un grupo de 50 mujeres ralámuli, ralómali y ódami en el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, todas firmaron varios acuerdos, entre ellos exigir a las autoridades el respeto hacia el nombramiento de Lucía Olivas.

Encuentro de mujeres ralámuli, ódami y rolámali en el Día Internacional de la Mujer Indígena, en Guachochi

Las mujeres reunidas son autoridades en sus comunidades y/o con experiencia en la lucha por el territorio, participación política, lucha de la violencia contra las mujeres, y otros ámbitos comunitarios.

La exigencia y los esfuerzos que las mujeres indígenas de Chihuahua están haciendo, es para abonar al plan de justicia que emprendió el gobierno federal. En esta ocasión la reunión fue en Guachochi, convocada por el Instituto Nacional para los Pueblos Indígenas. Sin embargo, en ese espacio, el grupo de mujeres se pronunció en contra de una serie de violaciones de derechos humanos ejercidas contra ellas y contra sus comunidades.

Las asistentas llegaron de las comunidades de Bacajípare, El venadito, Agua Amarilla, San Rafael, Bawinocachi, Huitosachi, Mogotavo, Guadalupe y Calvo, Sojahuachi, Cienega de Norogachi, El Ocote, Baborigame, Turuachi, Balleza, San Ignacio de Arareko, Rocheachi, La Joya, Tecorichi, Nachacachi y Nakasorachi de los municipios de Urique, Guadalupe y Calvo, Guachochi, Bocoyna, Las Trojas, Balleza y Chihuahua.

“Honramos a las mujeres que han abierto camino en esta lucha por el reconocimiento y garantía de nuestros derechos y celebrando a las que hoy nos encontramos, reconocemos que hemos aprendido, que nos hemos fortalecido y juntas”, dicen en un pronunciamiento firmado por todas.

“Queremos participación efectiva de mujeres indígenas en el ámbito político, por eso brindamos nuestro total respaldo a la compañera Lucia Olivas Espino, ante las constantes violencias y por la discriminación de la que está siendo sujeta por su nombramiento como jefa de departamento de Educación Indígena, merecemos respeto y merecemos estar en esos espacios que son destinados a atender a la población indígena”, señalaron.

Las otras demandas son:

– Alto al racismo y violencia ejercida contra las compañeras indígenas por ocupar puestos políticos, respeto a nuestro conocimiento e identidad.

– En lo político, que más personas de los pueblos ocupen puestos de elección, abrir y promover más foros sobre temas políticos, respeto al proceso electoral de personas de los pueblos. Que representantes dentro del municipio y comunidades sean indígenas. Que todas las comunidades traigan sus capitanes (mujeres).

– La construcción de una casa de la Mujer Indígena en Guachochi.

– Reparación de caminos, escuelas clínicas, puentes y agua potable, respeto a lugares sagrados, mejoramiento de vivienda

– Demandamos trabajo remunerado permanente, proyectos productivos y culturales comunitarios, garantizar la educación y la salud de las personas migrantes

– En el derecho a la Salud, demandamos coordinación entre el sistema médico occidental y la medicina propia, más medicamentos, derecho a la planificación familiar consentida, erradicar el embarazo en menores de edad a través de información y respeto a las decisiones, enfermeras y enfermeros bilingües…

– En el derecho a la educación, contar con docentes bilingües en indígena y español (…) Supervisores y jefes de zona que sean de los pueblos, que las convocatorias a los puestos cuenten con la máxima publicidad (…) Que los profesionistas regresen a comunidades de origen, que los contenidos de libros sean adecuados al contexto. Garantizar la educación a personas con discapacidad. Que regrese el programa de las escuelas de tiempo completo, rescate de lengua indígena y la cultura, más becas.

– Que los proyectos sean propios de la comunidad, que se promueva la gastronomía, talleres, capacitaciones, presupuesto asignado para exposiciones y realizar ferias de proyectos indígenas.

– En el acceso a la justicia, que se den seguimiento a las demandas en general, asesoría jurídica permanente, integración de más grupos de mujeres indígenas, capacitación permanente, teléfonos de servidores públicos visibles, intérpretes en registro civil, fiscalía y juzgados en las variantes que hablamos, quien atienda delitos de género que tenga conocimiento de la pertinencia cultural, hablantes de la lengua y con perspectiva de género. Que todas las instituciones cuenten con traductores indígenas, además que nos brinden trato igualitario y digno cuando acudimos a sus instituciones

“Por nuestra parte, hemos contribuido, esperamos sus atenciones. Como lo hemos hecho desde siempre, nos comprometemos a seguir cuidando nuestro territorio, seguir cosechando nuestros alimentos, a conservar la danza y los idiomas propios por el bien de las futuras generaciones”, concluye el pronunciamiento.

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Este trabajo fue publicado originalmente en Raíchali que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.

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