La reflexión final fue variada, desde culpar a la ciudadanía por su apatía, hasta decir que siguen siendo los mismos problemas de siempre. Pero también hubo reconocimientos de logros de comunidades organizadas y de reconocer que poco a poco la ciudadanía va recuperando espacios de poder
Por Hernán Ortiz
El pasado 22 de septiembre en el marco del encuentro Participa Juárez se realizó el Encuentro de los Insatisfechos… y nada, pues sí, me siento muy insatisfecho con lo que pasa en Juárez, mi ciudad, entre pavimento que se colapsa y asesinatos a la vuelta de la casa creo que no puedo decir que estoy conforme.
La experiencia fue interesante, multidinámica y sensorial. Lo que nos indigna, la inconformidad entra por los sentidos nos dijeron ahí. A la entrada nos pidieron escribir nuestro nombre en una etiqueta para identificarnos, además nos dieron un bloque de madera, aproximadamente del tamaño de un ladrillo con la palabra “poder” escrito a un costado, explicaron que adentro nos dirían que hacer con él.
La instrucción fue guardar el silencio posible para que nuestros sentidos se agudicen. La exposición era en un patio que media tal vez una cancha de voleibol. Estaba dividido por módulos donde se te brindaba información sobre diversos temas. Vídeos de lo que opinaron el diputado de MORENA Armando Cabada, cuando era alcalde, y Cruz Pérez Cuellar referentes a la participación ciudadana. Basura tirada con información sobre el estado del relleno sanitario. Información sobre el transporte público en la ciudad… bueno, sobre su ausencia. El abastecimiento de agua en el municipio, que ya no alcanza, una fabulosa visión virtual de los extremos abandonados de la ciudad… dejando claro que construir tan lejos sólo beneficia a algunos terratenientes para forzar el desarrollo a sus tierras que antes no valían.
La última exposición presentaba en unos mapas de la ciudad la ubicación de todas las escuelas de nivel medio superior, bibliotecas y centros de salud. Lo que alcance a ver es que en el poniente no ha cambiado mucho, algo se ha atendido, pero no se ha resuelto la cobertura. También, lo que hace 20 años se identificaba como problemática en el poniente (todavía sin resolver) ahora se ve en el suroriente. ¿Qué mente tan perversa permitió que se replicara la misma situación?
La exposición se hizo en dos grupos de aproximadamente 15 personas. Mientras el primer grupo veía la ubicación de los servicios educativos y de salud, un grupo de personas vestidas todas de negro se tapaban el rostro con los emblemas de todos los partidos políticos. El PRI, el PAN, Verde, MORENA, Movimiento Ciudadano, PT y hasta el PRD.
De manera amable se aproximaban a la gente y sin decir nada les pedían el ladrillo de madera con la palabra “poder”. Si no lo pedían simplemente lo tomaban. Toda la gente pensó que esa era parte de la experiencia y entregaron su “poder” sin problemas. Menos tres, por alguna razón no dejaron que les quitaran su poder. Los partidos políticos, les empezaron a decir que por favor los entregaran, que era parte del ejercicio, que no se podían quedar con su “poder”. De pronto, una de esas tres personas levanto sobre su cabeza el ladrillo de madera que simbolizaba el “poder” y trató de recitar en voz alta el artículo 39 de la constitución, que de haberlo hecho bien diría:
“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
Las otras dos personas se juntaron a la primera y los partidos no se acercaron más, hicieron algunas amenazas de utilizar la fuerza o incluso alguno trató de ser más amable y explicar que ellos debían tener el poder, o no podría seguir la experiencia. Aún así, no cedieron.
El evento terminaría con una reflexión de lo vivido entre los dos grupos que pasaron por la experiencia. Mientras el segundo grupo aún estaba recibiendo información de los módulos, los que se quedaron con su poder, empezaron a motivar a otras personas que fuera por el suyo. Alguien sí les hizo caso, otras personas no, les dio pena o algo así. El cuchicheo de vayan por el poder, advertirle al segundo grupo que no se deje quitar su poder empezó a incrementar los decibeles al grado que nos pidieron guardar silencio. Alguien del primer grupo se acercó a otra persona del segundo grupo y algo le dijo haciéndole señas a su ladrillo de poder, otros se levantaron y en silencio mostraban su poder.
Los partidos políticos ya no podían quitar el poder tan fácil, pues tenían que cuidar los que les quedaban porque cada vez más personas estaban dispuestas a recuperar su poder perdido. De hecho, la cosa se puso intensa cuando una chica trató de ir por su poder, y los partidos pusieron su cuerpo como barrera para que no lo recuperará. Ahí fue cuando el discurso cambió, ya no fue decir, vayan por su poder y recupérenlo, la gente se levantó para decir, vamos a ayudarla. Entonces los partidos cedieron.
La reflexión final fue variada, desde culpar a la ciudadanía por su apatía, hasta decir que siguen siendo los mismos problemas de siempre. Pero también hubo reconocimientos de distintos logros de comunidades organizadas y de reconocer que poco a poco la ciudadanía va recuperando espacios de poder, que la gente se acompaña y aprende.
Llevo muchos años promoviendo la participación ciudadana, desde el siglo pasado. Toda la exposición fue montada por gente muy joven… Eso me hace sentir que ya no somos los mismo, cada vez somos más y distintos.
