La misión espacial COLMENA es la primera en su tipo que emprende nuestro país y está liderada por investigadores de la UNAM, el Politécnico Nacional y la Agencia Espacial Mexicana. Su objetivo es estudiar la superficie de la luna, y analizar el papel de los micro robots en la ingeniería espacial
Por Alejandro Ruiz / Pie de Página
Ciudad de México – Mientras usted lee esto, una misión espacial mexicana viaja por primera vez a la Luna. El hecho no es menor, sino histórico para la ciencia de nuestro país y la de América Latina, pues además de ser el primer vuelo comercial que intenta esta proesa, también demuestra un gran avance científico en las instituciones públicas de nuestro país.
Hasta hoy en día, sólo cuatro países han logrado aterrizar en la Luna, por lo que de lograr el alunizaje, este sería el primer cohete de una empresa privada que logre esta hazaña.
El proyecto tiene como nombre COLMENA, y es liderado por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, conjuntamente con el Politécnico Nacional y la Agencia Espacial Mexicana apoyados por la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Despegará desde Cabo Cañaveral, en Florida, Estados Unidos; y lo hará a bordo de la nave Peregrin, de la empresa Astrobotic, instalada en el cohete Vulcan Centauro.
A bordo viajan cinco micro robots de menos de 60 gramos y 12 centímetros de diámetro, así como un módulo de despliegue y telecomunicaciones. Todo, diseñado por 250 jóvenes lidereados por Gustavo Medina Tanco, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.
El despegue ocurrió a las 00:30 horas, y lo puede revivir aquí:
Tecnología única en el mundo
De acuerdo con el informe de la expedición, la misión, además de ser histórica para nuestro país y Latinoamérica, también es innovadora en la tecnología que usa.
Esto, por los micro robots que viajarán en ella, pues son los primeros robots de este tipo que operarán en el espacio, y que podrían usarse para otras actividades de punta, como la minería espacial, y avances en las telecomunicaciones e ingeniería.
En la historia de la humanidad, nadie ha hecho robots tan pequeños para operar en el espacio.
Aunado a esto, los micro robots tienen como objetivo estudiar el ambiente hostil al que estarán expuestos, y su capacidad de respuesta y auxilio a problemas de radiación, temperatura y otros que se presenten en el cohete espacial.
Además, una vez que logren el alunizaje (o sea, aterrizar en la Luna) los micro robots estudiarán la capa que rodea la superficie de a Luna, algo muy parecido a la atmósfera, y que podría aportar conocimientos para seguir explicando el origen del Universo (y por ende: la vida).
Además de esta misión, para 2030 la UNAM planea otras dos expediciones a la superficie lunar, y posteriormente a un asteroide.
No es una tarea sencilla
De acuerdo a la astrofísica de la UNAM, Eréndira Huerta, la hazaña que están a punnto de lograr los 250 jóvenes universitarios no es menor.
«En 1968 se pisó la luna por primera vez. A estas alturas esto tendría que ser algo que se volviera a hacer, pero Es algo muy difícil. Ahorita la tecnología aérea es muy avanzada, pero salir del campo gravitacional del planeta tierra, y lograr que la nave no choque contra la Luna no es una tarea sencilla. Sería la primera vez que México lo logra, y que bueno que es una misión a argo de jóvenes».
También, otro punto a admirar de la expedición, comenta la astrofísica, es el uso de los mini robots en la misión.
«El mejor regalo de reyes es lanzar este conjunto de robots. Lo que hace COLMENA es importante. Sólo imagina: cuando los rusos mandaron un cohete por primera vez al espacio exterior enviaron una perra, a Laika. Eso ya cambió. Ahora ya no hay que sacrificar animales o seres humanos. Llegar a la luna no es nada fácil, y lo que estamos a punto de hacer es histórico».
Aunado a esto, la importancia de esta misión para el país no es menor, pues el hecho de que la tecnología avance a tal grado para que un país como México pueda llegar a la Luna, implicará un avance tecnológico a largo plazo que podrá expandir el conocimiento de las nuevas generaciones.
«El avance tecnológico nos va a ayudar como sociedad, y a largo plazo, como una gran meta, a la independencia tecnológica, pero eso es una utopía todavía lejana. Parece que en el momento no hay nada nuevo, pero si nosotros tenemos un celular fue gracias al avance tecnológico de que se empezaron a hacer los grandes observatorios, o las pantallas sensibles al tacto».
Además de esto, la expedición podría acercarnos a resover otras preguntas como nuestro origen y el origen del Universo. Algo que es un beneficio para toda la humanidad.
«En un orden filosófico, ir a la Luna corresponde a la curiosidad humana de ver qué hay a nuestro alrededor. La misión no sólo va a ver la superficie lunar, sino también van a ver la capa que rodea la Luna. Esa curiosidad científica, curiosidad humana, permitirá tener nuevos datos sobre el origen de la vida».
Para las condiciones que vive el país, es decir, las de una economía subdesarrollada, este logro debe festejarse.
¿Por qué no pudimos hacerlo antes? La respuesta, tal vez, está en la corrupción.
La turbulenta historia de la Agencia Espacial Mexicana
En julio de 2010, el gobierno de Felipe Calderón ordenó a creación de la Agencia Espacial Mexicana, un organismo desconcertrado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que incluiría a México en la carrera espacial.
Sin embargo, hasta 2013, ya durante e sexenio de Enrique Peña Nieto, la Agencia comenzaría a ejercer su presupuesto.
De ahí en adelante su historia ha sido opaca, con un ejercicio presupuestal tendiente hacia el mantenimiento de oicinas y altos salarios.
En 2016, inclusive, la Agencia estaría involucrada en un acto de corrupción. Esto sucedió cuando organizó el Congreso Internacional de Astronautica, en Guadalajara, Jalisco. En esa ocasión, la Agencia contrató dos veces el lugar que fue la sede del evento, y cometió irregularidades en el pago de los servicios de audio y video.
La corrupción derivó en la inhabilitación por 20 años del que fuera su titular: Francisco Javier Mendieta Jiménez. Además, se le impuso una multa de 3.8 millones de pesos. Junto a él, se sancionó a los responsables de las áreas de Financiamiento y Gestión de la Información en Materia Espacial, al exdirector de Financiamiento, y al excoordinador de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico Espacial.
En total, la Agencia tuvo que pagar 26 millones 500 mil pesos por esta trama.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.