El presidente municipal de Juárez por el PRI en dos ocasiones, Teto Murguía falleció este 8 de enero. Sus gestiones de gobierno, 2004-2007 y 2010 a 2013, estuvieron marcadas por la sombra del narcotráfico y por procesos polémicos en materia de seguridad, desarrollo urbano y corrupción
Por Rocío Gallegos / La Verdad
Ciudad Juárez– El exalcalde Héctor Murguía Lardizábal murió la mañana de este 8 de enero a los 70 años, tras ser hospitalizado por problemas de salud. Presidente municipal de Juárez por el PRI en dos ocasiones, 2004-2007 y 2010 a 2013, sus gestiones estuvieron marcadas por procesos polémicos en materia de desarrollo urbano, de corrupción y de seguridad, esto último por la infiltración del narco en la policía municipal y la designación de un militar como jefe policiaco.
Teto, como también se le conocía a Murguía, buscó también en dos ocasiones la candidatura del PRI a la gubernatura de Chihuahua, pero sus aspiraciones se toparon con la decisión de la dirigencia nacional PRI, que en la primera ocasión lo hicieron un lado para nombrar a César Duarte Jázquez (2010-2016) y en la segunda, para designar a Enrique Serrano, quien perdió ante el panista Javier Corral Jurado (2016-2021).
Tras su segundo intento fallido por la candidatura al gobierno estatal, en 2016 su partido lo designó, como consuelo, candidato para contender por tercera ocasión a la presidencia municipal de Juárez, pero en esa elección perdió ante el independiente, Armando Cabada Alvídrez (2016-2018), hoy morenista.
Murguía llegó a la política como senador (1994-2000) tras una carrera empresarial cimentada principalmente en el ramo de las pinturas y recubrimientos de paredes, así como desarrollador inmobiliario. En 2004 fue el candidato del PRI a la presidencia de Juárez y frenó la continuidad de 12 años de gobiernos municipales emanados del PAN, partido que entonces perdió la elección llevando como su candidato a Cruz Pérez Cuéllar, hoy alcalde por la coalición encabezada por Morena.
Precisamente durante su primera gestión en el gobierno municipal desató polémica por la construcción del Camino Real, sobre terrenos invadidos y con un gasto de casi 900 millones de pesos.
En 2007 nombró como director de la Secretaría de Seguridad Pública, a Saulo Reyes Gamboa, quien unos meses después de dejar su cargo fue detenido en El Paso, Texas, por tráfico de drogas y sentenciado a 8 años de prisión.
Dejó una corporación policiaca que con tal grado de infiltración criminal que los agentes, en patrullas, “iban y levantaban” personas para matarlas, de acuerdo con su sucesor, José Reyes Ferriz.
Sobre los señalamientos que enfrentaba Murguía decía: “En la función pública siempre habrá críticas, denostaciones y desvalorización del trabajo que se realiza, es parte del proceso, lo mismo que apoyos, agradecimientos, felicitaciones y muestras de cariño”.
En una entrevista con El Diario, a tres días del nombramiento que lo colocó por segunda ocasión en camino a la presidencia municipal de Juárez, Murguía Lardizábal se deslindó de Saulo Reyes lamentando no haber tenido una “bolita de cristal” para detectar los vínculos de su exdirector de Policía con el narcotráfico.
Aunque el exjefe policiaco detenido por tráfico de drogas también estuvo involucrado en el mayor escándalo de corrupción de la primera gestión de Teto, que exhibió cómo se favoreció con un tercio de las adquisiciones de productos y servicios a siete empresas creadas al inicio de su administración, todas ligadas entre sí, en tres de las cuales Reyes Gamboa aparecía como socio mayoritario, comisario y apoderado legal.
Pese a esos antecedentes, Teto ganó en 2010 la elección para gobernar Juárez, entonces la ciudad más violenta del mundo, hasta 2013. Inició su segundo trienio en medio de una espiral de violencia sobre la ciudad, con miles de homicidios, por lo que impuso a Julián Leyzaola, un militar en retiro, como jefe policiaco.
La polémica actuación de Leyzaola en el combate al crimen, que le desató acusaciones de tortura, no fue el único sello de la segunda gestión de Teto, que se presumió como los años de la presunta recuperación de Juárez. Dejó huella por las obras del Plan de Movilidad Urbana (PMU), que heredó en deuda pública a 20 años, la cual aún paga el Municipio.
Como su sello también dejó la Plaza de la Mexicanidad con la escultura de la X, y la composición musical de la llamada Tetocumbia, con la que recorrió la ciudad.
“Ser presidente municipal por segunda vez me dio cierta experiencia, aprendí a cuidar mucho las aristas y tratar de ser más efectivo. Aprendí a soplarle al jocoque luego que me quemé con leche” dijo en una entrevista con El Diario al concluir su segundo mandato como alcalde.
Tres años después, en la elección del 2016 contendió por tercera ocasión para gobernar Ciudad Juárez, pero en esta ocasión su popularidad no fue suficiente para garantizar su triunfo.
Después de esa contienda comenzó a vivir alejado de la vida pública, sin dejar la política. Hace unos meses reapareció en entrevistas y luego, hace unas semanas, en la Cámara de Diputados, desde donde fue presentado como aspirante al Senado por diputados del Partido del Trabajo, que van en alianza como Morena y el Partido Verde.
De Teto se cuentan numerosas anécdotas, como que empezaba a trabajar casi de madrugada y terminaba su jornada a la media noche, que tenía la costumbre de entretejer dichos populares y hacer analogías en sus pláticas y discursos públicos, así como que se declaraba como un ferviente apasionado de la política.
“Voy a seguir activo en todo, hasta donde Dios me deje”, dijo en 2013 al concluir su segundo mandato como alcalde de Ciudad Juárez. Héctor Murguía Lardizábal murió este 8 de enero… ahora la historia se encargará de juzgar su gobierno.