Opinión

Pobres Criaturas, más allá del feminismo




enero 30, 2024

Cuando a la crítica se impone la corrección política, basta para que esa crítica sea un desperdicio. En particular me refiero a aquella crítica feminista que todo busca verlo desde la polarización en pro o en contra de la mujer, situación de la que esta película no escapó

Por Évolet Aceves
X: @EvoletAceves

Poor Things o Pobres Criaturas, del cineasta griego Yorgos Lanthimos, es una de las pocas cintas que han logrado llegar a una distribución comercial teniendo un corte propio del cine de autor, lo cual fue posible, naturalmente, gracias a que su espléndida película The Favorite de 2018 fue multipremiada en los festivales de cine más prestigiosos a nivel internacional, y cuya película tuvo como protagonista a la ya consagrada actriz británica Olivia Colman y contó con la participación de Emma Stone, quien en esta ocasión, con Poor Things, encabeza al personaje protagónico.

Poor Things está basada en la novela homónima del escocés Alasdair Gray, publicada en 1992. No entraré en detalles de si cumple o no con los detalles de la novela, pues es obvio que una obra literaria jamás va a ser igual a una cinematográfica, los instrumentos con que se materializa la literatura son distintos a los del cine, de ahí que una comparación así de atroz me parezca una discusión infructífera.

(Y antes de entrar en los elementos estéticos que hacen de esta película una excelente obra cinematográfica, quiero mencionar lo incómodo que resulta el que lo políticamente correcto insista en inyectarse a la fuerza hasta donde no cabe. Cuando a la crítica se impone la corrección política, basta para que esa crítica sea un desperdicio. En particular me refiero a aquella crítica feminista que todo busca verlo desde la polarización en pro o en contra de la mujer, situación de la que esta película no escapó.

Y este desafortunado superyó casi absolutista de ciertos feminismos frente a la creación artística se inmiscuye no sólo en el cine, basta echar un vistazo a los estantes de las librerías, basta ver mucho de las artes plásticas y visuales que se están produciendo en la actualidad. Yo prefiero que las artes continúen siendo un espacio en donde no existan limitantes que encarcelen la creatividad. Que reine la creatividad, no la condescendencia a la mujer.)

El guion de Poor Things estuvo a cargo de Tony McNamara, dramaturgo y guionista que también escribió The Favorite. En Poor Things, Emma Stone interpreta a Bella Baxter, una mujer cuya historia invariablemente hace recordar al Frankenstein de Shelley, pues su cuerpo es recogido tras haberse intentado suicidar en un puente londinense, del cual se aventó estando embarazada, y el médico, interpretado por Willem Dafoe, a cuyas manos llegó el cuerpo, fue el encargado de implantar el cerebro del bebé reemplazando el de la mujer, de ahí que los movimientos de Emma Stone sean tan característicos a lo largo de la película.

Esta cinta es un verdadero logro en el cine fantástico y de ciencia ficción, el cineasta ha traído al cine contemporáneo esta película repleta de fantasía, que tanta falta hace en tiempos en donde pareciera que si las películas no tienen heroínas feministas como protagonistas, no valen la pena ser vistas.

Poor Things va mucho más allá del feminismo. Es un deleite visual. Elementos surrealistas aparecen a todo momento a través de la lente de Robbie Ryan, director de fotografía. Desde los primeros minutos se aprecian a perros con cabeza de pato, a gallos con cabeza de cerdo, burbujas que salen de la boca de Dafoe, quien usa un maravilloso prostético con múltiples cirugías.

La película comienza en blanco y negro y, con el desarrollo y evolución de la protagonista, la película será a color. Bella Baxter va mostrando una evolución en su personalidad, en su forma de hablar y caminar conforme va independizándose, esta evolución va acompañada de su experiencia sexual, sobre todo cuando llega al hermoso burdel para convertirse en prostituta.

La cinta transcurre en capítulos: Londres-Lisboa-barco-Paris-Londres. Y lo que resulta verdaderamente asombroso es, además de la ya mencionada fotografía, el vestuario y el maquillaje. Los prostéticos estuvieron a cargo de Nadia Stacey, Mark Coulier y Josh Weston, quienes ya fueron nominados a los próximos Premios Óscar en la categoría de maquillaje, aunque en realidad todo el maquillaje, no sólo prostéticos, son de excelencia, en particular el de las mujeres que aparecen en el burdel. Cabe mencionar que hay otras diez nominaciones más para los Premios Óscar de esta misma película, y muy bien merecidas todas.

En cuanto al vestuario, a cargo de Holly Waddington, sólo puedo decir que es el mejor vestuario que he visto en años recientes, sin duda alguna. Es el eclecticismo plasmado en ropajes ostentosos, finos y delicados pero abundantes en tela y en plisados, en tonos pastel y a veces sombríos. Waddington también estuvo al frente de la película Lady Macbeth en 2016, bajo la dirección del cineasta William Oldroyd, película en la que seguramente se influyó en esta ocasión para sus diseños.

Cuenta la diseñadora a The New York Times que incluso la llegó a influir la película Taxi Driver y un atuendo en particular que usa Jodie Foster para la parte baja del vestuario. Aquellos vestidos y trajes los hizo basándose en la moda victoriana, Waddington se consagra como una diseñadora de vestuario de primer nivel al combinar perfectamente bien un mundo de hadas que es a la vez futurista y a la vez propio del siglo XIX europeo.

Es un espectáculo visual que merece ser visto por las imágenes que este espléndido director, junto con todo su equipo, ofrecen al público.

everaceves5@gmail.com

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Évolet Aceves escribe poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y textos híbridos. Psicóloga, fotógrafa y periodista cultural. Estudió en México y Polonia. Ha colaborado en revistas y suplementos culturales, como: Pie de Página, Nexos, Replicante, La Lengua de Sor Juana, Praxis, La Libreta de Irma, El Cultural (La Razón), Revista Este País, entre otros. Fue galardonada en el Certamen de ensayo Jesús Reyes Heroles (Universidad Veracruzana y Revista Praxis, 2021). Ha realizado dos exposiciones fotográficas individuales: México Seductor (2015) y Anacronismo de la Cotidianeidad (2017). Ha trabajado en Capgemini, Amazon y actualmente en Microsoft. Esteta y transfeminista.

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