El desconocimiento digital y huecos en la Ley de Participación Ciudadana en el Estado de Chihuahua brindan la posibilidad de que las consultas ciudadanas para cualquier tema, como la que se acaba de realizar con el tema de la tauromaquia, puedan ser manipuladas
Por José Mario Sánchez
Se acaba de realizar una consulta pública con el tema de la tauromaquia. Un tema controversial, sin embargo la experiencia de haber seguido el desarrollo de esta consulta permite alertar como el desconocimiento digital y huecos en la Ley de Participación Ciudadana en el Estado de Chihuahua brindan la posibilidad de que las consultas ciudadanas para cualquier tema puedan ser manipuladas en Chihuahua.
Esto alarma y debe generar preocupación ya que en los próximos comicios se usaran variados elementos digitales. No puede evitarse pensar que si no tienen la capacidad para organizar profesionalmente una consulta no vinculante, ¿Serán capaces de organizar con calidad la parte digital de los comicios electorales?
El Desconocimiento de lo Digital
En una consulta para que tenga validez debe de asegurarse que la participación de los ciudadanos tenga la libertad de participar o abstenerse según su elección. Una consulta pública digital bien diseñada contribuye al fortalecimiento de la democracia al dar voz a los ciudadanos y permitirles influir voluntariamente en las decisiones gubernamentales. Sin embargo, al usarse medios digitales se debe garantizar que lo manifestado si sea la elección de la persona que dice estar manifestándose. En esta consulta pública el único requisito para participar fue escribir el CURP y la clave de elector.
Esta información se encuentra impresa en las credenciales de elector y en otros medios como licencias de manejo. En el caso de la consulta a niños el único requisito para participar fue escribir el CURP. Cualquier escuela cuenta con esta información de la totalidad de su alumnado. Surgieron entonces los cuestionamientos porque una persona puede llenar la consulta por otra con sólo contar con la información requerida.
Al no existir, por ejemplo, identificación facial en el momento de la participación se abre la posibilidad de la manipulación. Y tristemente en este país se conoce del mal manejo de la información personal, de la ilegal comercialización de padrones y recolección indebida de credenciales electorales por diferentes actores.
Al usarse datos biométricos en procesos de elección surge la preocupación de la secrecía. Por eso no es cosa fácil el contar con esquemas digitales que garanticen la libre, voluntaria y secreta participación ciudadana.
En la consulta ciudadana recientemente realizada al terminar de llenar el cuestionario no se recibía confirmación adecuada de la participación y se generaron dudas por querer saber si el esfuerzo se habla registrado o no por parte de los organizadores.
Los huecos en la Ley de Participación Ciudadana de Chihuahua
La Ley de Participación Ciudadana de Chihuahua regula la consulta pública en sus artículos 67 a 69, y la define como “el instrumento mediante el cual quienes habitan el territorio estatal expresan sus opiniones y formulas propuestas para la solución de problemáticas sociales”.
Los taurinos solicitaron ante el IEE que no se admitiera la solicitud de consulta pública planteada por el Diputado Benjamín Carrera para prohibir la fiesta taurina, en virtud de que los festejos taurinos no son un problema social, pues se trata de una actividad regulada en la Ley, por lo que el mecanismo de participación previsto en la misma Ley, si lo que se quería era prohibir una actividad legal y lícita, era el referéndum y no la consulta pública.
La respuesta del IEE era que tenía que admitir cualquier tipo de consulta, pues la ley no le permitía definir lo que era un problema social, determinación que puede llevar a ver en el futuro inmediato consultas sobre cualquier tema, que cualquier ciudadano solicite.
Contra dicha resolución, los taurinos impugnaron ante el Tribunal Estatal Electoral, por la evidente violación a la Ley, al permitirse una consulta sobre un tema que no es un problema social, admitiendo el Tribunal el recurso, pero declarándose incompetente, pues no encontró en la Ley el fundamento para resolver este tipo de asuntos, lo que nos lleva dejar abierto el cauce para hacer consultas acerca de si deben pagarse impuestos o no, si debe existir la seguridad pública o no, o cualquiera otra que al lector se le ocurra, pues por un lado el IEE considera que cualquier tema es consultable y por otro, el TEE considera que no hay herramientas jurídicas para corregir esta situación.
Entonces se debe acudir al Congreso, para buscar corregir estas deficiencias evidentes en la Ley de Participación Ciudadana del Estado.
Fortalecimiento de la democracia
Una consulta pública digital bien diseñada contribuye al fortalecimiento de la democracia al dar voz a los ciudadanos y permitirles influir en las decisiones gubernamentales.
En el caso de la consulta sobre espectáculos taurinos fue presentada por un diputado estatal y además hoy candidato a diputado federal plurinominal de su partido. Cabe mencionar su participación en programas de radio y televisión en tiempos de veda electoral promoviendo la consulta y abiertamente declarando su pretendido uso para fortalecer una próxima propuesta de ley que pretende presentar ante el Congreso del Estado de Chihuahua.
Tampoco se puede evitar pensar si una consulta ciudadana pueda ser generada por un diputado o solo es para ciudadanos sin cargo político partidista y así evitar una escondida manipulación con la intención de promover intereses partidistas o electorales. Esta falta de claridad regulatoria también está presente en la ley chihuahuense.
Los diputados cuentan con una Ley Orgánica del Congreso que regula los procesos de creación de leyes, ¿cómo impacta y cambia los balances buscados por esta ley orgánica al incorporarse el uso de consultas públicas sin suficiencia regulatoria? Y fuera de los esquemas previstos por el mismo Congreso. Por lo menos es válida la pregunta.
Las consultas públicas deben fortalecer la Democracia, pero deben de ser transparentes, profesionales, y fuera de toda posible manipulación. En Chihuahua esto está aún por verse.
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José Mario Sánchez Soledad, empresario e historiador de Ciudad Juárez y Consejero Nacional de Coparmex.