Las empresas pagan miles de pesos al IMSS para que sus colaboradores reciban atención médica pero éstos enfrentan la injusticia de que esta institución no desarrolla su responsabilidad, porque los médicos y enfermeras no tienen los materiales necesarios… Y lo que enfrentan las personas que no cuentan con IMSS es aún más dramático.
Por José Mario Sánchez Soledad
Durante la última semana de marzo de este 2024, atestigüé dos eventos de urgencia médica que hablan del terrible colapso de los sistemas de salud en nuestra comunidad y en nuestro país. Como empresarios y líderes del sector en Ciudad Juárez es común que las empresas y la gente en general se nos acerquen a solicitar apoyo para atender alguna urgencia médica. Al tener acceso a la autoridad, por haber tenido alguna participación en la vida pública, la gente asume que uno si va poder resolver su urgencia.
Las empresas pagan miles y miles de pesos al IMSS para que sus colaboradores reciban atención médica, pero éstos enfrentan todos los días la injusticia de que esta institución no desarrolla su responsabilidad porque los médicos y enfermeras no tienen los materiales necesarios. Las cirugías y atención de urgencias son totalmente deficiente y las cancelaciones de las intervenciones médicas y el dolor de los familiares por ver a sus enfermos sin atención es tristemente común.
Hace unos días nos dimos cuenta de el caso de un niño que al quebrarse un brazo duró cuatro días para que se le atendiera porque no tenían los materiales para hacerlo en el Seguro Social.
Y lo que enfrentan las personas que no cuentan con IMSS es dramático. Es heroico lo que hace el personal del Hospital General al atender a mucha de esta gente que no tiene a dónde más recurrir. Con frecuencia el hospital con ocupación del 100 por ciento , con heridos graves en sala de choque y lidiando a familiares que desesperan por no ser atendidos de inmediato. Los familiares teniendo que esperar hasta que los pocos médicos puedan estabilizar a los pacientes que entraron primero a las salas de choque con atenciones a personas con HPAF (herida por arma de fuego), y otro paciente con la mano metida en un molino, eventos de la noche del 27 de marzo del 2024.
Y el servicio de ambulancias, que debiera ser algo automático, en la actualidad no se puede transportar a ningún enfermo hasta que reciban la orden los paramédicos del centro de control y se confirme que hay espacio en los hospitales. Mientras no exista la confirmación de disponibilidad de espacio no se mueve al paciente, aún este se esté debatiendo entre la vida y la muerte. Es cierto que la muerte llega cuando Dios quiere, pero es muy doloroso cuando se pierde al ser querido sin que este haya recibido una atención digna.
Lo anterior son señales del colapso del sistema de salud en nuestra ciudad y en nuestro país, algo que no se merecen los ejemplares trabajadores de la industria fronteriza que tanta riqueza generan para la nación. En sí, ninguna persona merece este maltrato y es muy doloroso ver que simplemente los gobiernos no cumplen con una de sus principales funciones, salvaguardar la vida de sus ciudadanos.
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José Mario Sánchez Soledad, empresario e historiador de Ciudad Juárez y Consejero Nacional de Coparmex.