Mujeres

Combaten violencia económica contra la mujer con programas de emprendimiento de negocios



viernes, abril 12, 2024

A través del Instituto Municipal de las Mujeres, Nayel Quezada contactó a la organización Sin Violencia para trabajar con mujeres con hijos e hijas a las que se les dificultaba tener un empleo. De ahí nació Le Croissón, un negocio de venta de croissants en los carriles acceso a los puentes internacionales

Texto y fotografías: Verónica Martínez / La Verdad Juárez

Ciudad Juárez– En el contexto de la violencia de género que sufren las mujeres, la violencia económica y patrimonial es muchas veces invisibilizada, pero está llega a estar presente en la mayoría de los casos, de acuerdo con Sin Violencia A.C., organización que impulsa programas enfocados en la mujer.

Ocho de cada diez mujeres atendidas muestran algún indicador de violencia económica, estima Eliana Treviño, coordinadora de programas en la organización, al dar a conocer un nuevo programa de emprendimiento con el que se busca empoderar a las mujeres.

“Muchas de estas mujeres pueden seguir laborando, pero no son propietarias de la decisión económica de su propio dinero”, explica Treviño sobre cuales son estos indicadores.

“La pareja les condiciona cuando y donde pueden laborar, o no tienen la posibilidad de trabajar porque la pareja provee y les ordenan que se queden en el hogar”, expone.

En los casos donde la violencia es más extrema y las mujeres deben ser referidas a un espacio de protección junto con sus hijos e hijas, Treviño menciona que la violencia económica se presenta en todos los casos.

“Entre más incrementa el nivel de violencia física la violencia económica es un si o si”, dice.

Elia Orrantia, directora de Sin Violencia, explica que estos obstáculos al no tener decisiones sobre sus propias financias o incluso acceso a su propio dinero, es un aspecto que las mantiene en círculos de violencia fuertes y permanentes.

“En lo largo de la historia de la organización hemos visto que a una de las necesidades más fuertes para que una mujer pueda salir del círculo de violencia en el que se encuentra, está en la libertad económica”, dijo.

Orrantia menciona que muchas veces esta violencia económica o patrimonial las traspasa pues no siempre se logra identificar la violencia económica y más cuando las víctimas tienen aparentemente todas sus necesidades cubiertas.

Sin Violencia A.C. es una organización que brinda una variedad de servicios, desde legales hasta psicológicos, para mujeres en situación de violencia. Desde marzo de este año han trabajado en un proyecto de empoderamiento económico junto a la empresaria juarense, Nayel Quezada.

Fue a través del Instituto Municipal de las Mujeres que Quezada llegó a hacer contacto con Sin Violencia al expresar un interés de trabajar con mujeres con hijos e hijas a las que se les dificultaba tener un empleo. De ahí nació Le Croissón, un negocio de venta de croissants.

“La idea nace de dar la posibilidad a mujeres que no pueden salir a trabajar porque tienen hijos y darles la oportunidad de generar sus propios ingresos, pero luego decidimos expandirlo a darle la posibilidad a mujeres en situación de violencia”, dijo Quezada.

El negocio fundado por Quezada lleva el nombre Le Croissón, que es una combinación de las palabras croissant y corazón.

“Es muy importante resaltar que se les paga tres o cuatro veces más de arriba de lo que es un salario mínimo, entonces ellas con un poco de trabajo cuidando sus hijos y todo lo que conlleva la labor de ser una madre”.

El programa que se realiza en colaboración con Sin Violencia lleva seis semanas en funcionamiento. Son mujeres que han sido canalizadas por la organización quienes hornean el pan y es recogido y distribuido por Le Croissón para venderse en los puentes internacionales.

Actualmente son cuatro mujeres beneficiarias en este programa además de tres jóvenes estudiantes que trabajan vendiendo los croissants en los puntos de venta.

De seis a once de la mañana en el puente libre y el puente Paso del Norte se pueden comprar los croissants de jamón con queso por 70 pesos y de nuez con Nutella por 60 pesos. Cinco por ciento de las ganancias son donadas a Sin Violencia.

Esté pasado miércoles, Le Croissant dio su primera aportación mensual de 21 mil 356 pesos.

Además de brindar empleos a mujeres en situación de violencia, las beneficiaras realizaron talleres de certificación de manejo de alimentos e higiene. Para Orrantia, estos talleres también son aplicados en su vida diaria y les brindan habilidades para otros posibles empleos en el futuro.

“Ellas empiezan a visualizar una forma de vida futura libre de violencia y con capacidad económica generada por ellas mismas”, explicó.

Además de la violencia económica, en Sin Violencia han identificado violencia patrimonial en el sentido de que las mujeres en estas situaciones cuentan con bienes que han ganado con su propio esfuerzo y dinero pero no están a sus nombres si no bajo el de sus parejas.

Orrantia explica que hay casos en los que las mujeres tienen cuentas bancarias pero no el acceso a las tarjetas. Algunas llegan con grandes cantidades de deudas por gastos que han hecho sus parejas bajo créditos que están a nombre de ellas.

Orrantia menciona que las violencias hacia las mujeres en Ciudad Juárez lamentablemente no han disminuido. La organización ha logrado conseguir recursos para ampliar el personal, pero este aumento solo refleja la gran necesidad en la comunidad.

Sin Violencia atiende de entre 30 a 40 casos nuevos cada mes, pero también cuentan con una lista de espera de entre 50 a 60 personas para la variedad de servicios que ofrecen.

“Tristemente pareciera que pese a los esfuerzos que hacemos desde la sociedad civil y los programas de gobierno la violencia sigue estando presentes de la misma magnitud”, dijo Orrantia.

“Fue aumentamos nuestra capacidad de respuesta, pero en cuanto a la demanda estamos rebasadas”.

Orrantia piensa que el aumento de estas violencias se debe a la impunidad en el país y denuncia que las fiscalías deben de mejorar su respuesta pues mucho agresores continúan en libertad.

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