Como muchas personas estoy cansado, asqueado de la clase política y este circo electoral cuya realidad supera la ficción. ¿Por qué no podemos cuestionar al partido que se ha convertido en la “mafia del poder” que tanto ha criticado, sin ser señalados de “prianismo”? ¿Por qué no puede uno hablar de justicia social sin ser tachado de comunista?
Por Daniel Leonardo García
Ciudad Juárez- Nuevamente mi amigo Mike me inspira a la reflexión, la cual no necesariamente rinde frutos en esta ocasión, ni me permite plantear una propuesta o alternativa. Lo que mi buen amigo planteó como afirmación, se convirtió para mí en una profunda sensación de desánimo, de hartazgo y desesperanza. Un servidor no pretende venderse como analista político, intelectual ni académico, soy un simple ciudadano preocupado en las diversas aristas de lo que acontece en mi Heroica Ciudad Juárez.
Y es que, si bien es cierto, este circo electorero no es exclusivo de esta ciudad fronteriza, me parece que si esta de no creerse las actitudes mediocres de nuestra clase política ¿Cuándo escucharemos propuestas y no descalificaciones? ¿Cuándo dejará de reducirse todo a una guerra de “chairos contra fifis”? ¿En qué momento se perdió la capacidad de crítica hacia los gobernantes?
Cuando uno va al súper y la mercancía sale defectuosa, uno suele regresar para solicitar una reparación del daño ¿Por qué no podemos cuestionar al partido que se ha convertido en la “mafia del poder” que tanto ha criticado sin ser señalados de “prianismo”? ¿Por qué no puede uno hablar de justicia social sin ser tachado de comunista? Por cierto, como si eso fuera un insulto.
Hay temas importantes que debatir, pero por todos lados información a medias ¿Cómo forma el ciudadano promedio su opinión? ¿Hay un orden de superioridad moral o intelectual que valide una opinión sobre la experiencia de las personas? La experiencia de una persona es menos importante que “el bien común”, pensando por ejemplo en el tema de las modificaciones a la Ley de Amparo ¿Qué hay en el fondo de los cambios aprobados a dicha ley? ¿Cómo beneficia o afecta al ciudadano promedio dicha modificación?
Y bueno, ya en asuntos locales, ver un alcalde en licencia victimizandose, incluso amenazando con hacer uso de su fuero como senador, mientras que los empleados municipales son forzados a manifestar su apoyo en redes, y es que ahora resulta que por ser época electoral no debe investigarse lo que se presume pueden ser actos de corrupción. Como he dicho por ahí, parece que “la justicia viene en burro”, porque mientras tanto, andan por ahí uno que otro descarado, uno de esos que salieron por la puerta de atrás señalados por corrupción y nepotismo de una descentralizada, hoy nuevamente funcionario público y además encargado del acarreo para la campaña de Pérez Cuellar.
Pero qué decir de una Fiscalía Anticorrupción del Estado de Chihuahua que, después de tantos meses y denuncias, justo al día siguiente de que Cruz obtiene su licencia para iniciar la campaña, al fin El Bayo, como le apodan fiscal, se puso a chambear. Por otra parte, me surge la duda de por qué ante una diligencia estatal contra el edil juarense se movilizó a policías municipales. ¿Cuál es la justificación de la presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal? Y es que ojalá con esa misma eficacia y eficiencia acudieran a apoyar a la ciudadanía de otros sectores sociales menos favorecidos.
No menos risible es el inicio de campaña de la oposición, liderada por el candidato Rogelio Loya y su “clausura simbólica” de la Unidad Administrativa licenciado Benito Juárez, conocida coloquialmente como Presidencia Municipal, que al grito de “fuera los corruptos” colocaron sobre las puertas de dicho edificio una etiqueta de tamaño considerable con el mensaje de “clausurado por corrupción”, a lo cual agrego pues: ¡El comal le dijo a la olla!
No tengo pruebas, pero tampoco dudas, sobre la contundencia de la afirmación que en el siglo XIX el político, periodista y filósofo cubano José Martí realizó mediante la frase “Pueblo que soporta a un tirano, lo merece”, y aunque yo solo sé que no sé nada y que como muchas personas estoy cansado, asqueado de la clase política y este circo electoral cuya realidad supera la ficción. De las candidaturas “ciudadanas” mejor ni hablamos…
