Con una aprobación popular que rebasa el 70 por ciento y en medio de un choque inédito entre los poderes legislativo y judicial, Andrés Manuel López Obrador empieza su último mes en la vida política con un informe que, ya advirtió, será largo y arropado por el pueblo
Texto: Arturo Contreras Camero / Pie de Página
Fotos: Jesús Almazán y Presidencia
Ciudad de México- Andrés Manuel López Obrador presenta este domingo su último informe de gobierno y con eso inicia el último mes de su vida política. Lo hace con más de 70 por ciento de popularidad y una aprobación creciente, fortalecida por el embate que ha tenido una de sus últimas batallas: la reforma al poder judicial. La reforma que abre el paso para que se apruebe otra veintena de reformas constitucionales que busca dejar, como legado político de su gobierno.
Esta última semana, López Obrador puso pausa a las relaciones con las embajadas de Estados Unidos y Canadá, luego de que los representantes de esos países en México cuestionaron la reforma. Y horas antes del informe se supo que dos jueces frenaron el proceso legislativo, una medida que fue cuestionada incluso por opositores del gobierno y que ha generado un inédito choque entre poderes de la República.
Por si no fuera suficiente, Estados Unidos anunció la liberación anticipada de varios narcotraficantes del grupo de los Zetas, entre ellos su fundador, Osiel Cárdenas Guillén, quien según versiones extraoficiales sería deportado a México.
Mientras tanto, el presidente inaugura obras emblemáticas, y se deja arropar por youtubers y comunicadores, muchos de los cuales han acompañado su gobierno desde la campaña de 2018.
La justicia se construye escuchando a la gente
Este sexenio inició con el gran debate sobre la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, obra que, según sus impulsores, sería de un enorme beneficio para el comercio internacional en el país, a pesar de ser un atentado ambiental contra las millones de personas que viven en el Valle de México. Seis años después, el gobierno de López Obrador entregó un Parque Ecológico, como símbolo de justicia social y ambiental.
El rescate ambiental de esta zona no solo desafió a los grandes capitales de inversión -de acuerdo con la información oficial, la cancelación tuvo un costo de unos 113 mil millones de pesos-; puso a sus habitantes en el centro y a partir de ello diseñó proyectos de gobierno.
“Queremos cambiar las cosas y cambiar las cosas no se hace solo por decreto o por buenos deseos. Se hace, por lo que hemos aprendido, metiendo las manos a las problemáticas que tienen nuestras comunidades” dijo el viernes 30, durante el evento de inauguración del Parque Ecológico Lago de Texcoco, Ignacio del Valle, el emblemático líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.
Ignacio y toda su familia sufrieron en carne propia la represión de dos presidencias, la de Vicente Fox y la de Enrique Peña Nieto. Ignacio mismo fue encarcelado como preso político por desafiar los designios presidenciales, pero hoy, ve el fruto de su resistencia materializado en una promesa presidencial de justicia y restauración ambiental que se materializa en este parque y en otras obras alrededor de él.
El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra se formó ha sido reacio a las promesas gubernamentales, incluso hoy, después de decenas de reuniones con representantes del gobierno y con el mismo presidente de la república, aún sabe que hay mucho trabajo que hacer para garantizar que la justicia social llegue a estas tierras.
En su mensaje sobre la inauguración del parque, el presidente resaltó que cambios como el que se vivió en Atenco no fue solo por la acción del gobierno, sino de su cooperación con los pueblos locales.
“Ustedes saben que estamos en un momento verdaderamente histórico, porque se está terminando una etapa de transformación que significó iniciar estableciendo las bases para un cambio verdadero, porque hacía falta”, dijo López Obrador.
Después remató con una reflexión sobre la potencia de un gobierno que es respaldado por su población
“¿Que pensaban los corruptos? De que el pueblo se iba a dejar manipular y que con los medios a su disposición iban a poder manipular a nuestro pueblo, pero ¿qué les dijo el pueblo? ¡Tengan para que aprendan!” dijo sobre la organización de la defensa de Texcoco, pero también sobre los resultados electorales del pasado 2 de junio, en los que su partido, Morena, obtuvo una amplia ventaja que le permitirá hacer reformas a la Constitución.
Un gobierno que avanzó tan rápido como un tren
Un día después de la inauguración del Parque Ecológico del Lago de Texcoco, López Obrador inauguró la segunda parte (de tres) del tren Interurbano “El Insurgente”, que recorre de oeste a este la zona metropolitana de Toluca, y la conecta con la zona poniente de la Ciudad de México.
Esta obra inició hace 10 años, durante el sexenio de Peña Nieto, sin embargo, por una mala administración y una pobre planeación, según dijo la presidenta electa, Claudia Sheinbaum durante la inauguración, parecía que nunca se iba a terminar. Sin embargo esta administración decidió retomarla y terminarla, por respeto al dinero del erario, dinero del pueblo, que ya había sido despilfarrado.
Durante los últimos dos meses, tanto López Obrador como Sheinbuam Pardo han recorrido el país entregando obras y diseñando una transición de poder tersa. En ella han inaugurado distritos de riego, carreteras, presas, escuelas y en todos los eventos, la gente, el pueblo, han demostrado el gran fervor que demostraron en las urnas el 2 de junio.
“Aquí cerca hay otro proyecto que el presidente dijo no”, recordó durante la apertura de la estación de Santa Fe del tren Interurbano.
“No porque en los campos de industria militar, lo que quería hacer el gobierno anterior era un desarrollo inmobiliario. Era vender y hacer la segunda parte de Santa Fe. El presidente dijo no. Y saben qué, en unos días se inaugura la cuarte sección del Bosque de Chapultepec, que es esa zona que se quería vender”.
Durante el sexenio no solo se terminaron trenes y se recuperaron zonas de desastre ambiental, también se echó a andar la recuperación de las empresas productivas del estado, como la Comisión Federal de Electricidad y Pemex, que han aumentado su capacidad para producir electricidad y destilados del petróleo en contra de la tendencia de extinción a la que la llevaron administraciones pasadas.
Amores y odios
Un tercio de la población no cree que las políticas y las obras de esta administración sean buenas para el país. Una de las últimas cruzadas del gobierno obradorista, la de cambiar el Poder Judicial, le ha generado la animadversión de jueces, magistrados, secretarios de acuerdo, asistentes y otros trabajadores del poder judicial, que mantienen un paro laboral desde el lunes 19 de agosto.
“El país está totalmente polarizado, y la polarización provoca odio y conlleva a la violencia y eso es negativo porque no tenemos diálogo”, asegura Alexa, una mujer que trabaja en la Suprema Corte y que pide guardar su apellido y actividad.
Alexa asegura que los mercados y el tipo de cambio están sufriendo por la propuesta presidencial de Reforma Judicial. A pocas cuadras de donde Alexa y sus compañeros se manifiestan, la opinión que tiene la gente del presidente es diametralmente opuesta.
En la entrada a Palacio Nacional, donde despacha el presidente, como todos los días, hay decenas de personas formadas para dejarle peticiones al presidente. Atención Ciudadana se llama la oficina encargada de recibir y canalizar estas peticiones.
En la fila está El Mexa 3, un inmigrante que regresó a México después de vivir siete años en Estados Unidos. El hombre asegura que él, como el presidente, ha tenido una reflexión profunda sobre el poder y cómo se ejerce y es lo que ha venido a hacerle llegar al presidente.
“Estando del otro lado, me puse a pensar. A mí me contrata un gringo para hacer un trabajo, y se vuelve mi patrón, mi jefe. Pero arriba de él están sus clientes, o quienes lo contratan, que son sus jefes. Y entonces pensé ¿será que los gobiernos, los presidentes, que son los jefes de todo un país, tienen a otros jefes detrás de ellos?”.
“Yo confío en él (en López Obrador) porque es un señor que viene de trabajar, de caminar y de pensar estas cosas y sé que también quiso entrarle a estas luchas. La verdad es que no lo queremos, lo adoramos y lo vamos a extrañar mucho”, dice con voz entrecortada.
Los pendientes
El presidente López Obrador advirtió que el informe será largo, por lo que pidió a los asistentes ir preparados al Zócalo. Se prevé que haya una convocatoria multitudinaria para escuchar un informe de muchas acciones del gobierno, aunque pocos esperan que mencione las cosas que quedan en deuda, entre ellas la violencia, y Ayotzinapa y las personas desaparecidas.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación.