Opinión

El drenaje pluvial y la corrupción de los ayuntamientos




septiembre 6, 2024

En las dos tragedias recientes en las calles de Juárez y Chihuahua, derivadas de las inundaciones, resulta procedente denunciar a esos municipios por concepto de responsabilidad patrimonial del Estado, ya que se tipifica una actuación irregular municipal

Por Gerardo Cortinas Murra

Los fatales accidentes ocurridos en días pasados en Ciudad Juárez y Chihuahua Capital, con motivo de las intensas lluvias, exhibe la añeja corrupción de los ayuntamientos municipales en materia de asentamientos urbanos, de estas dos manchas urbanas del Estado.

Constituye un hecho notorio para la sociedad chihuahuense que, desde siempre, los integrantes de los ayuntamientos han sido parte de oscuros contubernios con las empresas constructoras; al autorizar, indiscriminadamente, fraccionamientos urbanos; sin tomar respetar el cauce natural de ríos y arroyos, al destruir los drenajes pluviales naturales existentes dentro de estas manchas urbanas.

La declaración del edil capitalino, Marco Bonilla, así lo constata:

Las inversiones para que la ciudad de Chihuahua cuente con un drenaje pluvial adecuado, escapan de la mano del Municipio y del Estado por ser multimillonarias, y necesitarían la intervención de la Federación a través de Conagua… (porque) es un proyecto titánico, como tal, requeriría el replanteamiento y la reconstrucción de amplias zonas de la ciudad, urbe que se conforma de arroyos naturales que bajan a los ríos Sacramento y Chuvíscar.

Sin embargo, la realidad es otra: si los ayuntamientos de Juárez y Chihuahua hubiesen autorizado el crecimiento urbano (aprobación de fraccionamientos y zonas residenciales) respetando los causes naturales de ríos y arroyos; y prohibir la construcción de casahabitación dentro de estas áreas; sin duda alguna, los fatales accidentes acontecidos en días pasados, simplemente no hubiesen ocurrido jamás.

Lo anterior es así, toda vez que, a pesar de estos dos Municipios cuentan con personal altamente capacitado en materia de urbanismo; han sido excesivamente negligentes en evitar que el acaparamiento del mercado formal inmobiliario, garantice una vivienda digna y el uso y rehúso del agua pluvial.

Por otra parte, durante el presente siglo, los presidentes municipales han sido incapaces de implementar una política urbana que les permita enfrentar, con éxito, la acelerada urbanización que conlleva la movilidad social hacia las manchas urbanas.

Al respecto, diversos analistas coinciden en señalar que:

…el patrón disperso y la forma urbana fracturada que caracteriza a las ciudades mexicanas, solo podrá reordenarse si los gobiernos municipales cuentan con mejores capacidades, aunque es necesario reconocer que, por ahora, se encuentran en una encrucijada, ya que al tiempo que se expanden las ciudades dejando grandes vacíos urbanos, los costos de mantenimiento y de nueva infraestructura crecen, sin que se hayan instrumentado estrategias para incrementar los recursos públicos vía recuperación de plusvalías, y tampoco se han establecido programas efectivos de construcción de capacidades locales para enfrentar los retos actuales y sobre todo futuros de la urbanización mexicana.

Ahora bien, debe precisarse que todo sistema de drenaje pluvial natural funciona gracias a la gravedad ocasionada por el desnivel del terreno. Motivo por el cual, en toda mancha urbana debería de existir, adicionalmente, un sistema de drenaje pluvial urbano, consistente en “un sistema de tuberías, colectores e instalaciones complementarias que recolectan agua de escorrentía de precipitaciones pluviales que permite su recolección para su vertido; evitando así daños materiales y humanos”.

Y lo que es peor: ni siquiera existe un sistema que permita la disposición final de aguas pluviales; mucho menos, la construcción de una planta de tratamiento que optimice su uso agrícola y el riego en jardines.

En efecto, ni en Ciudad Juárez ni en Chihuahua capital, existe un Sistema Urbano de Drenaje Sostenible (SUDS) consistente en un “sistema de drenaje que contribuye al desarrollo sostenible y a la mejora del diseño urbano, equilibrando los diferentes intereses que influyen en el desarrollo de la comunidad y que proporciona espacios para el almacenamiento de agua en entornos naturales donde ésta puede ser infiltrada a través del suelo, evaporada desde la superficie desde la lámina del agua o evapotranspirada por la vegetación”.

En Chihuahua capital, las constantes inundaciones urbanas es consecuencia lógica de una permanente y generalizada impermeabilización (capas de asfalto) y la inexistencia de un sistema de recolección de aguas pluviales; con la consecuente degradación de los cauces naturales de los ríos y arroyos que atraviesan la mancha urbana.

Así, por ejemplo, los cauces urbanos han sido canalizados; sin embargo, “debido a esta práctica, los ríos han perdido su riqueza natural y su capacidad de respuesta ante las crecidas, mientras que los colectores pluviales se han visto incapaces de absorber la cantidad de agua adicional procedente de las zonas con nuevos desarrollos urbanos”.

Por último, no está de más, citar una de las conclusiones a las que arriba Clara Patricia Orozco González en su libro ‘COMPORTAMIENTO DEL CRECIMIENTO URBANO DE LA CIUDAD DE CHIHUAHUA EN LOS ÚLTIMOS 10 AÑOS’, publicado por la UACJ en el año 2015:

La Ordenación Territorial de una ciudad es muy compleja, ya que se compone de muchos elementos como el social, el económico, el político, el físico, entre otros; si bien, no se pueden hacer cambios estructurales en corto tiempo, se pueden realizar cambios acorde a un plan que se adecue a las situaciones, recursos y población a largo plazo para dar continuidad en cada Administración de gobierno.
El énfasis que se le ha dado a la zona norte con accesos viales, equipamiento como: escuelas, hospitales, centros comerciales, entre otros, le ha dado plusvalía a las terrenos comerciales, habitacionales e industriales, tomando como una mejor opción, el vivir hacia la zona norte de la ciudad dejando olvidada a la zona sur, marcando una gran desigualdad entre los habitantes y los servicios que se encuentran de un lugar al otro, teniendo como consecuencia un crecimiento desordenado, lo que se deriva de la ausencia de planeación del territorio.

Así las cosas, sin la existencia de un SUDS municipal, las acciones prioritarias del personal de Servicios Públicos Municipales en estos dos municipios, se limitan a la limpieza de arroyos y calles, disque para evitar inundaciones mayores. Y después de las inundaciones, noles queda otra que dedicarse a la limpieza de arrastres de terracería, piedras, maleza y basura en calles.

Mientras tanto, los actuales presidentes municipales de Juárez y Chihuahua capital derrochan millones de pesos en propaganda gubernamental y en actos masivos de un abierto proselitismo preelectoral, para posesionarse como candidatos a la gubernatura en el año 2027.

A mi parecer, en estas dos tragedias derivadas de las inundaciones en calles de la mancha urbana, resulta procedente denunciar a los municipios de Juárez y Chihuahua capital por concepto de responsabilidad patrimonial del Estado, ya que se tipifica una actuación irregular municipal, que satisface los tres requisitos jurisprudenciales:

1) La existencia de un daño efectivo, evaluable económicamente e individualizado en relación con una o varias personas.

 2) Un daño imputable a la Administración Pública, por ser efecto de su actividad administrativa irregular, consistente en la prestación deficiente del servicio público.

3) El nexo causal entre el daño y la actividad de la Administración Pública.

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