Opinión

La ridícula venganza del Congreso




septiembre 12, 2024

El pasado martes acudí al edificio del Congreso de Chihuahua para estar al tanto de los asuntos que habrían de desahogarse en la sesión cual fue mi sorpresa que los guardias de seguridad impusieron una restricción a mi libertad de movilidad y a mi actividad periodística, lo que resultaba totalmente arbitraria e injustificada

Por Gerardo Cortinas Murra

Mi actividad como analista político y colaborador de opinión en diferentes medios de comunicación requiere estar presente en los eventos gubernamentales y políticos que sean relevantes para la sociedad chihuahuense; entre ellos, las sesiones del Pleno del Congreso y las de los Cabildos municipales.

Lo anterior, dada cuenta que la facultad de dichos órganos colegiados es la de aprobar y/o reformar -en su ámbito de competencia- disposiciones de carácter general que, aparte de ser obligatorias, pudieran causar un impacto negativo a la población o ser restrictivas de derechos humanos.

Por tal motivo, es necesario, inclusive, cuestionar el papel que habrán de desempeñar estos representantes populares en las sesiones legislativas y/o edilicias (diputados, presidentes municipales y regidores). Ya que, en la mayoría de los casos, para elaborar un artículo periodístico, resulta esencial, entrevistar a los actores políticos involucrados en tópico que se habrá de analizarse.

Razón por la cual, este pasado martes acudí al edificio que alberga al Congreso de Chihuahua para estar al tanto de los asuntos que habrían de desahogarse en la sesión plenaria.

Cabe precisar que a los reporteros y periodistas que cubren la fuente informativa del Congreso se les expidió un gafete que identifica al medio de comunicación en el que laboran. Dicho gafete es entregado al ingresar al edificio legislativo y debe ser entregado al salir del mismo. En mi caso, hace ya varios años, ahí se me expidió un gafete que me identifica como ‘periodista de El Diario de Chihuahua’.

El pasado martes, ingresé como ciudadano y no como periodista; es decir, ingresé sin gafete de prensa que otorga el Congreso. Y me dirigí al área reservado al público y a los asesores de los diputados.

Minutos después, me dirigí al área de reporteros y periodistas, con la intensión de saludar a los colegas, para intercambiar opiniones respecto al orden el día.

Cual sería mi sorpresa, cuando al intentar ingresar a esta área, los guardias de seguridad me prohibieron el acceso, so pretexto de que para ingresar al área de reporteros y periodistas, era necesario que portara el gafete que me identifica como periodista de El Diario de Chihuahua. Debo aclarar que hace más de un año que no publico en ese medio de comunicación.

Para evitar un conflicto con los guardias de seguridad, regresé a la puerta de entrada del Congreso para solicitar mi gafete de periodista que ellos expidieron; y así, poder ingresar al área reservada a los colegas reporteros de la fuente legislativa.

Una vez que saludé a los colegas, me trasladé al área donde asiste el público, ya que ahí se encontraban algunos de los asesores de los nuevos diputados y el tema de la Reforma Judicial era tema obligado de análisis jurídico-político.

Y CUAL SERÍA MI SORPRESA, que los mismos guardias de seguridad me prohibieron el acceso al área del público, so pretexto de que los periodistas debían de permanecer en el área de reporteros.

Obviamente, la prohibición se extendía a la imposibilidad de ingresar al área del Pleno para entrevistar, personalmente, a los diputados.

Sumamente contrariado, opté por salirme del edificio legislativo, toda vez que esta restricción a mi libertad de movilidad y a mi actividad periodística resultaba totalmente arbitraria e injustificada.

Sin duda alguna, esta absurda restricción se traduce en una ridícula venganza por mi actividad periodística; en especial, a mi colaboración editorial en el periódico digital LA VERDAD JUÁREZ.

Así las cosas, el día de hoy, presentaré un escrito dirigido a la Junta de Coordinación Parlamentaria, para que prohíba tan aberrante restricción al derecho humano de movilidad y de actividad periodística al interior del Congreso.

OTRO SI DIGO:

Me queda claro que al actual gobierno estatal panista, mis colaboraciones editoriales le resultan no solo incómodas, sino también, le provoca una actitud de rechazo personal y profesional hacia el suscrito.

Prueba de ello, es la constante restricción para ingresar al Palacio de Gobierno, en la que para permitirme ingresar, tienen que verificar, vía telefónica, si tengo cita con tal o cual funcionario público; de no ser así, se me prohíbe el ingreso.

Ya no más falta que me declaren culpable por su vergonzosa derrota electoral en los pasados comicios locales, y me destierren del Estado de Chihuahua.

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