Pueblos y comunidades indígenas de América se reunieron en la Universidad de las Lenguas Indígenas de México para celebrar que 70 lenguas nacionales y sus variantes siguen vivas pese a la colonización. También, aplaudieron la nueva reforma indígena y anunciaron que la traducirán a, al menos, 17 lenguas indígenas
Por Kau Sirenio / Pie de Página
Ciudad de México– Un día antes de que se cumpliera el Día de la Resistencia de los pueblos y comunidades indígenas de América, autoridades, comunidad académica y organizaciones indígenas se reunieron en la Universidad de las Lenguas Indígenas de México para celebrar que 70 lenguas nacionales y sus variantes siguen vivas.
Y no es para menos, a 532 años de invasión, ultraje, saqueo y genocidio en contra de los pueblos indígenas, en México aún permanece la expresión oral. En unos pueblos, su presencia es fuerte, aunque en otros agoniza.
Claudio Contreras González, estudiante mazahua de la Universidad de las Lenguas Indígenas de México, señaló esto, y dijo que es tiempo que los pueblos y comunidades «hablen desde su corazón», y que sus lenguas florezcan.
Celebración en medio de la reforma
Las actividades de conmemoración iniciaron con una ceremonia indígena en agradecimiento a la madre tierra. En ella, el coordinador general de Patrimonio Cultural y Educación Indígena del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Gustavo Adolfo Torres Cisneros, presentó la edición especial de la revista México Indígena que contiene el “Decreto por el que se reforma el artículo 2o de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos”.
Sobre esto, el director general del INPI, Adulfo Regino, mencionó:
“Los retos de la implementación de la Reforma Constitucional sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos; y centró el desarrollo en tres momentos principales: el proceso de diálogo y consulta, los contenidos fundamentales de la reforma constitucional y las tareas que se tienen por delante para su implementación”.
Frente a él, además de estudiantes y académicos de la Universidad, también estaban personas que representan a las distintas instituciones, el presidente del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), José Nabor Cruz Marcelo y Daniel Gutiérrez Cruz; la presidenta del CONAPRED, Claudia Olivia Morales Reza; el coordinador del posgrado del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, (CIESAS), Mario Ernesto Chávez Peón Herrero, y la señora Susana Flores Alvarado quien donó el terreno para la ULIM en Santa Ana Tlacotenco, Milpa Alta.
El abogado Ayuk recapituló el proceso que los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos hicieron para lograr la actual reforma constitucional: “En 2018, se creó el INPI, un año más tarde, se realizaron 54 foros de consulta en 27 entidades y uno con migrantes indígenas radicados en Estados Unidos; para 2021, ya con la propuesta de reforma constitucional se llevó a cabo otro ciclo de 62 asambleas regionales”.
Y además, recordó que la iniciativa de reforma fue entregada al entonces presidente del México, Andrés Manuel López Obrador en Vícam Pueblo, primera Cabecera Yaqui, Sonora. Luego, afirmó que inició el proceso de análisis y revisión por diversas instancias del gobierno de la República coordinadas por la Consejería de Gobernación.
“El 5 de febrero de 2024, fue presentada la iniciativa de Reforma y para el 30 de septiembre de este mismo año, fue publicada en el Diario Oficial de la Federación, con el apoyo unánime de las Cámaras de Diputados y Senadores, así como el respaldo de 26 legislaturas locales” celebró.
Un punto de consenso
Regino Montes sostuvo que la aprobación de la reforma no solo es muestra de un consenso entre el gobierno con los pueblos. También, dijo, es muestra del consenso con las distintas expresiones políticas e ideológicas, además de un ejemplo del esfuerzo colectivo de los pueblos y las comunidades.
Vestido de una camisa blanca con flores de colores encendidas y su inseparable sombrero de lana oscura que lo identifica como Ayuk, Adelfo sostiene que la piedra angular y corazón de la reforma es el reconocimiento de los pueblos y de las comunidades como sujetos de derecho público, «lo que permite el pleno desarrollo de sus formas de gobierno, considerando la importancia de las Asambleas, y la asignación de recursos públicos”.
Agregó: “Se presenta la concepción de territorio que refiere aquellas formas de unidad social, económica y cultural asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus sistemas normativos”.
Traducir la reforma
Sin dejar de lado el reto que enfrentan las instituciones como el INPI, ULIM y el Instituto Nacional Lenguas Indígenas (INALI) para traducir la reforma a las 70 lenguas indígenas, crear Leyes Secundarias y una Ley General de derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, Regino dijo que este es «un compromiso que debe desarrollarse en 180 días”.
El anfitrión de la ULIM, Juan Carlos Reyes Gómez, se sumó al compromiso con la traducción de la Reforma constitucional. Anunció que la institución a su cargo, el INPI y el INALI iniciaron el trabajo de la traducción a lenguas nacionales la Reforma Constitucional en especial “Derechos de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos”.
Reyes Gómez adelantó que el trabajo de traducción de la “Reforma Constitucional sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos” se trabaja para definir los criterios de las variantes lingüísticas a traducir como: de hablantes, escritores y lectores.
Celebró el avance en la traducción de por lo menos 17 lenguas indígenas como: Wixárika, Ayuuk (Mixe), Náhuatl, Rarámuri, Yoreme-nokki, Xi’oi (Pame), P’urhepecha, Totonaku, Didxazá, O’dam, Tu’un Savi, Maayat’aan (Maya), Ch’ol, Pjiekakjo (Tlahuica), Warihó, Cha’jna’a (Chatino), y Tojol-ab’al.
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Este trabajo fue publicado originalmente en Pie de Página que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar su publicación
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