El proyecto de Ferromex desprecia la caminabilidad de mujeres y hombres de clase trabajadora, de estudiantes de bajos ingresos, de personas mayores e indígenas que utilizan el centro de Ciudad Juárez y, sobre todo, de las personas con alguna discapacidad…. es inhumano
Por María Teresa Vázquez Castillo
Mientras los centros históricos del mundo se están volviendo peatonales, el de Ciudad Juárez lo están volviendo el espacio del auto y de los automovilistas. La construcción del puente y del paso a desnivel en el corazón del centro histórico desgarra su historia y su valor patrimonial. Al avalar este proyecto el gobierno municipal ha decidido privilegiar al auto y a Ferromex, pero no a los peatones, violentando así la preferencia que, según la pirámide de la movilidad, debería de tener la gente de a pie.
El proyecto no se hace para ofrecerle una mejor ciudad a la gente, sino para ofrecerle en charola de plata, al auto y a los automovilistas el espacio del centro histórico. Este proyecto refuerza el carácter de una ciudad orientada al carro que desprecia la caminabilidad de mujeres y hombres de clase trabajadora, de estudiantes de bajos ingresos, de personas mayores e indígenas que utilizan el centro y, sobre todo, de las personas con alguna discapacidad. Es decir, este proyecto es inhumano y humilla a las personas más vulnerables de la sociedad juarense.
Los efectos en los pequeños comercios de la zona que se verán afectados por estas obras no se detendrán al concluirse, ya que el paso a desnivel promete incrementar el tráfico vehicular. Es bien sabido por los urbanistas que, entre más caminos se construyen para facilitar el tráfico, más se incentiva el uso del auto y, en consecuencia, aumenta la contaminación de aire, suelo y ruido y también los accidentes. Los pequeños negocios del centro son parte de la actividad económica y, sobre todo, de la vida urbana de la zona. Cuando los pequeños negocios se ven afectados o cierran, los centros se abandonan y la inseguridad aumenta.
También es bien sabido por los urbanistas que los puentes, como el que se construye, afectan el tejido social pues se convierten en barreras que dividen sectores de la ciudad y perjudican la interacción y la convivencia de la gente. Este puente raja el centro histórico al afectar la caminabilidad en las avenidas Vicente Guerrero y Francisco Villa que posibilitan que los juarenses conozcan la riqueza cultural del centro, su patrimonio. Entre los puntos históricos adyacentes al proyecto de Ferromex están el Centro Municipal de las Artes, el Mercado Cuauhtémoc, La Morenita, la Misión y la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, la Plaza de Armas, el Mercado Reforma, el bar Buen Tiempo, el Registro Civil Bellavista, este último ya afectado severamente por la estación MUREF del Juárez Bus. Están también, el monumento a Vicente Guerrero, la Garita de Metales, la plaza y el monumento a Benito Juárez y la Secundaria Estatal #4.
El centro debería ser aún más peatonal y privilegiar las ciclovías, lo cual incrementaría aún más la afluencia a una zona que es ampliamente utilizada y visitada. El centro es el punto de reunión de las personas mayores que descansan e intercambian conversaciones en la Plaza de Armas, que desayunan o comen en la Nueva Central de la Manzana 14, de las familias que van a misa a la Misión o a la Catedral, que hacen compras en los mercados Reforma o Cuauhtémoc, de los juarenses que se reúnen a un lado de la Plaza de Armas a bailar o ver bailar a los pachucos.
El tren de Ferromex debe estar fuera del área o ir subterráneamente. La avenida Francisco Villa donde actualmente corre, debe convertirse en un parque lineal, en un corredor peatonal y cultural para el disfrute de juarenses, de paseños y de visitantes atraídos por el posible disfrute del espacio público.
En su momento, el municipio pudo haber solicitado, con argumentos, recursos adicionales a los 420 millones de pesos para construir un proyecto más sustentable y justo para la ciudadanía. Por dos simples razones, esos 420 millones no resuelven el problema de que Ferromex atraviese cuando quiere el centro de la ciudad, paralizando el tráfico peatonal y vehicular. El proyecto de Ferromex apoya al auto, violentando el derecho de la ciudadanía a la caminabilidad, a la protección de su patrimonio y a un medio ambiente limpio.
El fin de semana escuché en la estación de Catedral del Juárez Bus los comentarios de descontento de la ciudadanía porque a 4 meses de iniciado el servicio de ese transporte público, sí 4 meses, ahora los usuarios de la estación MUREF, ya no podrán utilizarla porque la cerraron para empezar el proyecto de Ferromex que beneficia al auto, al transporte privado. Qué ironía.
La estación de Catedral del Juárez Bus cerró a partir del lunes.
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María Teresa Vázquez Castillo. Planificadora urbana y regional. Profesora investigadora del Departamento de Arquitectura, Diseño y Arte de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.