Opinión

La poesía se voló la barda




enero 1, 2025

Arminé Arjona me hizo pensar la ciudad, denunciar y señalar… pero lo más importante es que con sus poemas trató de rescatar las calles de la ciudad y ese es el ejemplo que más quiero abrazar

Por Hernán Ortiz

Arminé Arjona me acompañó en momentos importantes de mi vida, luego se quedó como una eterna referencia reflexiva, rebelde y en resistencia. Déjame te cuento cómo fue.

En el año 2000, el Instituto Municipal de Investigación y Planeación inició un nuevo proyecto de Planeación comunitaria participativa, el Programa era Mejoremos Nuestro Barrio. Ahí, la gente identificaría problemas y necesidades de su comunidad, luego se presentaban distintas propuestas para atenderlos, desde diseños urbanos hasta formas de organización comunitaria. La intención era que esa planeación sirviera como una base incluso para tener claridad en el cabildeo para los presupuestos participativos.

Del Programa Mejoremos nuestro Barrio, ya no encontré registro en la página del IMIP. Al parecer se desarrollaron al final 8 proyectos en distintas zonas de la ciudad, hasta el 2004. En diciembre de ese año, Héctor Murguía Lardizabal, presidente municipal, promovió la modificación del artículo 2 de la Ley Orgánica del IMIP para quitarle su autonomía y someterlo a la voluntad del alcalde, ni siquiera del Cabildo. Con ello, ya no se promovió más el proyecto.

Algún chisme, de esos que nunca sabremos si son verdad sugirió que Héctor Murguía suspendía el programa porque le parecía riesgoso que la gente se organizara. Hoy en día, sin autonomía, el IMIP se dedica a justificar los caprichos del presidente municipal en turno.

En el proyecto Mejoremos Nuestro Barrio, Rosalba Robles, Guadalupe de Anda y un servidor fuimos los encargados de adaptar y elaborar los manuales para el diagnóstico social de las zonas. Fue precisamente en el 2000 cuando Guadalupe me presentó a Arminé. En ese tiempo pasé mucho tiempo en la casa que Arminé tenía en la Calle Gregorio M. Solis esquina con Ignacio Zaragoza. Ahí planeábamos y ajustábamos estrategias para nuestro trabajo en el IMIP.

Arminé me brindó mi primera sesión de acupuntura, antes de ello eran constantes las afecciones respiratorias, con esa atención disminuyeron bastante. Suelo ser escéptico a las terapias alternativas, pero si funcionan no pienso cuestionarlas. Son un saber que ahí está.

Arminé estuvo muy cerca de mi vida cuando nació Sofía, mi hija. Después de eso, por ahí del 2002, el contacto dejó de ser tan continuo. Pero su presencia siempre fue importante y el cariño era grande. Así era Arminé, daba afecto en grandes cantidades.

La primera obra publicada que adquirí de ella fue Delincuentos, que su primera edición fue del 2005 por Al Límite Editores. A la distancia me parece que ella podía visualizar lo que se avecinaba. Con una prosa mordaz y sentido común nos advertía que la delincuencia se había vuelto algo sumamente cotidiano, parte de la vida y en ocasiones hasta una alternativa para tener mejores condiciones de vida. A la distancia me parece que no hicimos caso de lo que nos presentaba.

Su poema Sin Medida del 2008 (creo) me enseñó que la mala obra pública nos pasa factura en vidas humanas, mientras políticos y contratistas se enriquecen. Lo anexo al final del texto por si gustan leerlo.

Se distanció la frecuencia de nuestras vistas, pero cuando sucedían sus muestras de afecto eran constantes, un dibujo o mostrarme su cuaderno donde iba escribiendo poemas que luego se podían ver en las paredes de la ciudad.

Siento que ese es el aprendizaje más grande que me dejó Arminé. Claro que publicaba sus poemas, pero sus grafitis, eran para la gente, para quién camina por las calles de la ciudad. Dos o tres líneas que aun en carro se alcanzaban a leer y dejaban pensando sobre lo que pasaba en la ciudad. Sin duda tenían mayor y mejor impacto que muchos espectaculares que enturbian el paisaje y más cuando son de propaganda con caras de feas de candidatos.

Era reflexionar la calle en la calle. Arminé era crítica, sabia e informada, pero no recuerdo haberla visto sentada en mesas intersectoriales o proponiendo políticas públicas para mejorar las condiciones de la ciudad. Es lo que algunos hemos hecho en los últimos 20 años y muy poco o nada hemos avanzado. Arminé literal, tomo el territorio como su espacio de exposición reflexiva. Esa enseñanza es la que más me motiva a pensar por dónde deberíamos trabajar. No son los políticos, ni empresarios ni académicos quienes van a rescatar la ciudad. Debe ser la gente, a quienes les hablaba Arminé.

Recuerdo que una vez en algún evento en el Parque del Monumento, sacó su bote de pintura y empezó a grafitear algo. Una policía se dio cuenta y sigilosa se fue hacia ella. Otras personas nos percatamos de lo que pasaba y de manera orgánica y espontanea un par de personas se acercaron a la policía para distraerla y otro par fuimos a ayudar a Arminé para que escapara y se perdiera en la multitud. Cuando la policía reaccionó andaba buscando a algún joven sin darse cuenta de que la intervención inconclusa era obra de la mujer con muletas que estaba cerca de ella.

En grupo leí poemas de Arminé, me hizo cantar el Sicarito al ritmo del Gibarito. Me hizo pensar la ciudad, denunciar y señalar… pero lo más importante es que con sus poemas trató de rescatar las calles de la ciudad y ese es el ejemplo que más quiero abrazar.

SIN MEDIDA

Por Arminé Arjona

Caminamos por el Camino Real
mientras nos hundimos sobre
un piso irreal
Para Jazmín, Abel y Andrés

Por unos pasos más a tu derecha

por unos pesos extras nadando en el bolsillo

por unos pozos inconclusos y mal hechos

por un poco más de cemento en la colada

porque falta drenaje y sobra lluvia

por unas redes de varilla inexistentes

porque no tienen escrúpulos ni conciencia

porque ahí va la pelota lado a lado

por los cerdos que abrazan su alcancía

por un par de huérfanas mochilas

por que sobran ignorantes con poderes

por un héroe que ya hacía tanta falta

por un equipo de valientes sin equipo

por que los bien equipados dijeron “life is beautiful”

por unas manos corriendo hacia el vacío

por el héroe número dos que quedó vivo

por que el tiempo no se junte con la suerte

por la poca madre que tienen en exceso

por un mapa improvisado de repente

porque miles de excusas no tienen la respuesta

por que salte a la luz el Club de Oscuros

porque se abran las cloacas de tanto desatino

PORQUE SOBRA MUCHO AGUA Y FALTAN RESPONSABLES.

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