Opinión

La canalla política




enero 19, 2025

Hay una inédita campaña anticipada, tanto de los pretendientes del PAN como de los de MORENA en la búsqueda de la gubernatura de Chihuahua… Las elecciones locales serán en 2027, pero pareciera que son inminentes. Basta recorrer cualquier calle o avenida de las principales ciudades del estado para ver el despliegue propagandístico de aspirantes

Por Jaime García Chávez

La política actual en Chihuahua es, en lo dominante, expresión de un tiempo de canallas. Todo se reduce a la práctica propia de una partidocracia podrida que tiene en el poder, por el poder mismo, su único propósito. Lo mismo para hacer negocios con la captura del gobierno que el aprovechamiento de sus finanzas y recursos, valiéndose de la corrupción política como mecanismo de expansión.

Todo eso es ajeno al propósito de construir una democracia en la que los ciudadanos cuenten, participen y decidan para el bien de todos, particularmente para buscar la redistribución de la riqueza y abatir las desigualdades que en muchos órdenes de la vida golpean a hombres y mujeres en toda la entidad.

Las instituciones previstas por la Constitución y sus diversos poderes están secuestradas para fines facciosos; en tanto el sentido republicano y el papel del derecho se han venido demeritando como nunca.

Los partidos no son realmente entidades de interés público en los que se debata de manera abierta y postulen de forma colectiva propuestas para entregarlas a los ciudadanos para que estos decidan y digan la última palabra en consultas periódicas, competitivas y creíbles.

De una u otro manera, lo que buscan los canallas a los que me refiero, soslayan los legítimos intereses de la gente, aunque su discurso se fundamente retóricamente en el “trabajo por el pueblo”, que nunca definen debidamente.

El PAN hoy en el poder es una empresa al servicio de la oligarquía, y su gobierno una simple gerencia de sus intereses económicos. MORENA, a su vez, pretende quedarse en las próximas elecciones con el estado de Chihuahua para extender a toda la república una hegemonía lesiva al proyecto democrático y constitucional por el que se ha batallado a lo largo de muchos años en el país; sus figuras hoy son una viva representación del pasado, con todos los vicios –acrecentados sobremanera– del antiguo régimen priista, en una mezcla en la que ya no hay pudor alguno para coaligar a miembros prominentes de ese partido, incluso de Acción Nacional, el que no ha mucho decía combatir el autoritarismo.

Frente a una escena como esa, ¿qué podemos hacer? Para empezar, habría que decir que un sistema partidario con oposiciones consolidadas no existe en realidad. La construcción de una alternativa tendría que ser desde afuera, creando organizaciones dúctiles, abiertas, que permitan ir encausando un derrotero contra un fenómeno que tenemos presente hoy en esta coyuntura.

Hay una inédita campaña anticipada, tanto de los pretendientes del PAN como de los de MORENA en la búsqueda de la gubernatura del estado. Si no incluyo a los otros partidos, en especial al PRI, es porque hoy significan muy poco y están pertrechados en uno u otro polo.

Las elecciones locales serán en 2027, pero pareciera que son inminentes. Basta recorrer cualquier calle o avenida de las principales ciudades, para ver el despliegue propagandístico de aspirantes, en particular la presencia que trata de lograr a través de esa manera Cruz Pérez Cuéllar, de MORENA, y Marco Bonilla, del PAN. Esto se da a la par de la presencia de otras figuras menores, pero los primeros ya están en la contienda y en algunos casos ya despliegan una propaganda muy costosa por todo el territorio, cometiendo fraude a la ley, ante la ausencia de un Instituto Estatal Electoral, al parecer inerte. Le están repitiendo la dosis a la ciudadanía, pues esa práctica tiende a ser la dominante, trasgrediendo la ley y creando inequidades para la competencia.

Además, estos funcionarios distraen el tiempo necesario a sus encargos como alcaldes, no rinden cuentas de los ingentes recursos que gastan en publicidad, presumiblemente solventadas con base en el erario o de mecanismos de corrupción política. Puede ser dinero sucio. No es raro ver a ambos alcaldes trasladarse a otros municipios a realizar funciones que no les atañen ni son de su competencia; y más aún, disponen de bienes de sus municipios como si fueran propios para regalarlos a otros con afán publicitario, lo que representa medrar del poder para obtener más poder, significando esto la obtención de un beneficio personal, lo que es expresión de corrupción, por el desvío de un patrimonio asignado a un fin específico y destinado a lo que le es extraño.

Cuando hacen esto, porfían, porque el acto se viste de una actitud paternalista, benefactora y generosa, pero al final hacen caravana con sombrero ajeno, como se dice coloquialmente, con el avieso propósito de patrocinar sus proyectos políticos de carácter personal o de facción.

Esos y otros políticos recurren a esta práctica, defraudando el espíritu de la ley, y se colocan en los supuestos de la misma, pero para violarla y traicionarla. Recurren a promocionar masivamente sus aspiraciones, valiéndose de una pervertida praxis que dice sustentarse en la libertad de expresión, y entonces, aparentemente, supuestos medios de información, son los que instalan los anuncios espectaculares, con su propio peculio. Investigar la ruta del dinero aquí sería fundamental, porque de alguna parte sale.

Lamentablemente esto cuenta en su favor con el apoyo de un criterio establecido por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que dice que está primero la libertad de expresión. Quizás por eso no hay quejas contra estas campañas anticipadas, pero una exégesis profunda del derecho, con toda facilidad podría exhibir este fraude de la canalla política.

Por eso, una iniciativa popular para encarar el problema es la única instancia hoy por hoy para combatir esta lepra electoral.

***

Jaime García Chávez. Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.

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