Opinión

La alternativa abstencionista en la elección judicial




enero 26, 2025

“Nos opondríamos a la adelantadísima pugna por el poder del estado de Chihuahua y presentaríamos la exigencia al Instituto Estatal Electoral para que juegue su rol, apegado a avanzadas interpretaciones de la ley, y que no se queden en la simple aplicación mecánica de su letra. Sería otro eslabón de la cadena”.

Por Jaime García Chávez

Un pequeño grupo de ciudadanos hemos iniciado una ronda de reuniones aquí en Chihuahua para tratar líneas de acción política independientes y al margen y en contra del esquema patridocrático que empieza a perfilarse en Chihuahua. 

Por el lado del gobierno es obvia la cohabitación del PAN con el PRI. Del perredismo ni hablar: quedó en simple empleomanía, obviamente de tercer o cuarto nivel. En la órbita de MORENA-Chihuahua, más que hablar de una cohabitación, lo pertinente sería, recurriendo a un ingenioso recurso acuñado por Porfirio Muñoz Ledo, se trata de un muégano, es decir, de un revoltijo de harina de diversos costales, en el que lo mismo hay panistas, priistas, perredistas y oportunistas de toda especie.

Hoy, el gobierno del estado, su facción panista en el Congreso, y los diputados de MORENA, que pastorea Cuauhtémoc Estrada Sotelo, andan de la mano en todo lo que tiene que ver con la reforma judicial en la entidad. 

Se pusieron de acuerdo en adecuar la Constitución del estado con la federal, que dicho sea de paso, contraviene la autonomía de la entidad para darse a sí misma la forma de gobierno sin más taxativas que apegarse a los principios democráticos y representativos. So pretexto de armonizar los dos códigos, se plegaron por razones de Estado y facciosas, en todo un paquete que pasa por la designación de los comités evaluadores, las convocatorias para candidaturas, y todo lo concerniente a la legislación electoral secundaria y el proceso mismo de elección. 

En esto parecen formar parte de una sola familia, y la sociedad, los ciudadanos, los electores, son un cero a la izquierda. En esa perspectiva están reducidos a siervos políticos, y por más que tengan derechos, no deciden ni cuentan absolutamente para nada. Lo que se coloca en primer lugar es el poder, cómo se divide entre las facciones, que en conjunto integran nuestra desastrosa y decadente clase política local.

En una circunstancia como esta, la búsqueda de alternativas se impone a la vez como deber y necesidad, si no queremos quedar convertidos en simples espectadores del acontecer, que al final nos afectará a todos.

El grupo que se está reuniendo valora la posibilidad de levantar un llamamiento a la abstención electoral, tanto en la escala nacional como en la local. Ideal o teóricamente, el mejor de los caminos sería participar y competir, pero resulta sumamente difícil por lo precipitado de la reforma judicial, por su impertinencia, por el tamizaje que habrá de las candidaturas, su enorme número y el previsible abstencionismo que tendremos en presencia en la futura elección de junio. 

De esa manera llamar a no votar es poner en crisis, desde su fundación, un proceso de desmantelamiento y destrucción institucionales que nos hereda el lopezobradorismo. Reconozco que cuando se llama a la abstención electoral activa es porque no queda ningún otro camino. Esa es la historia por la que ha tenido que pasar nuestro país en la búsqueda de un sistema democrático que no termina por llegar, por más que se persiste en su búsqueda.

Para escribir este texto, me resulta importante recordar que para la elección presidencial de 1970, que llevó al poder al demagogo priista Luis Echeverría Álvarez, nos sumamos acá en Chihuahua a una gran promoción para que las y los ciudadanos no concurrieran a las urnas. 

De hecho, Echeverría era el candidato único; el país sufría los estragos de la autoritaria derrota que se le infligió al movimiento estudiantil de 1968, y el régimen era de partido de Estado y corporativo, con partidos caricaturescos unos y proscritos otros, como el Partido Comunista Mexicano, que dicho sea de paso, es el que hizo el llamado al abstencionismo electoral activo, que ahí se convirtió en una línea política muy poderosa de los posteriores movimientos insurgentes en el ámbito popular, obrero y estudiantil. 

El abstencionismo dejó dividendos políticos como línea de acción, opositora y resistente; obvio que también tuvo sus saldos negativos. Pero ahora lo que estaría a debate es, exclusivamente, refrendar una decisión de los poderosos para integrar el Poder Judicial, de la federación y del estado, en la previsible ignorancia de los ciudadanos y la ausencia espontánea de estos en las urnas. Y los poderosos, como siempre, serán quienes se repartan el pastel.

En el periódico El Martillo, del 3 de agosto de 1974, se realizó un extenso balance de la jornada abstencionista en Chihuahua, reconociendo sus aciertos y limitaciones. A tantos años de distancia, de nueva cuenta nos estamos planteando en retomar aquella experiencia, pero acompañando el “NO” de un gran proceso educativo que entraña explicar las razones políticas y el porqué se buscaría, como meta final, abonarle a un Estado realmente democrático. 

Además, en este marco nos opondríamos a la adelantadísima pugna por el poder del estado de Chihuahua y presentaríamos la exigencia al Instituto Estatal Electoral para que juegue su rol, apegado a avanzadas interpretaciones de la ley, y que no se queden en la simple aplicación mecánica de su letra. Sería otro eslabón de la cadena.

En esa línea, seguramente, en pocos días estaremos haciendo un llamamiento puntual y buscando, en medio de una hegemonía creciente –la morenista–  y su maridaje con el PAN, alternativas ciudadanas para salir de esta ominosa circunstancia.

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Jaime García Chávez. Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.

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