Contrario a lo que sostiene el edil de la ciudad de Chihuahua, la Universidad de las Mujeres violenta el principio constitucional que establece que la educación que imparta el Estado será universal e inclusiva
Por Gerardo Cortinas Murra
Quizá, tratando de emular las Universidades del Bienestar de AMLO, el edil capitalino Marco Bonilla decidió crear la Universidad de las Mujeres de Chihuahua Capital (UMCH); so pretexto de “dar un paso firme en el cumplimiento de uno de los compromisos más relevantes” de la actual administración municipal.
Al parecer del edil capitalino -el candidato más viable al cargo de gobernador de Chihuahua, que habrá de postular el PAN-, ”este proyecto, representa una política pública integral orientada a cerrar las brechas históricas que han limitado el acceso de las mujeres a la educación media superior y superior, mediante un esquema innovador, flexible y con subsidios sin precedentes”.
Para justificar este proyecto educativo, Marco Bonilla cita los siguientes datos estadísticos:
De acuerdo con datos recientes, en el estado de Chihuahua el promedio de escolaridad para las mujeres es de apenas 10.02 años. En nuestra ciudad, sólo 22 por ciento culmina una licenciatura y apenas 3 por ciento accede a estudios de posgrado.
Además, 40 por ciento de la población femenina mayor de 12 años se encuentra económicamente activa, y una mujer sin bachillerato puede percibir hasta 40% menos ingresos que una que ha concluido ese nivel.
Estas cifras revelan una realidad ineludible: la falta de estudios no sólo limita el desarrollo personal, también las oportunidades laborales, el acceso a mejores ingresos y la posibilidad de ocupar puestos de liderazgo.
Este proyecto surge tras un análisis que reveló que, de medio millón de mujeres que viven en Chihuahua Capital, solo el 70 por ciento ha tenido acceso a educación superior. Además, una mujer sin bachillerato gana en promedio un 40 por ciento menos que una que sí lo concluyó.
A partir de los 12 años, la mayoría de la población femenina ya es económicamente activa.
Para el edil capitalino, la UMCH se presenta como una respuesta estratégica y estructural… más allá de las cifras y condiciones técnicas, expresa una visión de fondo: la educación como vía de transformación personal y colectiva”:
MISIÓN
Generar procesos de cambios socioculturales para lograr una sociedad justa, inclusiva y con igualdad de género, en función de la profesionalización, capacitación y adiestramiento bajo un entorno totalmente adecuado a las necesidades de las mujeres.
VISIÓN
Ser reconocidos como la universidad especializada en estudios con perspectiva de género, que forma, capacita, investiga y se vincula con diversos sectores, para contribuir a erradicar las desigualdades sociales, promoviendo el crecimiento económico de las mujeres chihuahuenses.
El objetivo de la UMCH será “empoderar a las mujeres mediante el acceso a una formación profesional de calidad”; motivo por el cual, esta universidad feminista, está diseñada:
…especialmente para mujeres que no pueden asistir a un sistema escolar tradicional: madres jefas de familia, trabajadoras, o quienes necesitan mayor flexibilidad horaria.
Las principales beneficiarias serán mujeres embarazadas, víctimas de violencia, y pertenecientes a pueblos originarios, entre otros grupos.
Permite a las mujeres acceder a estudios de especialidades técnicas, licenciaturas y maestrías, en modalidad totalmente en línea.
Para ingresar, no hay límite de edad para ingresar, ya que está enfocado en mujeres que, por distintas circunstancias, no pudieron estudiar anteriormente.
En cuanto a la inversión económica, la nota periodística aporta la siguiente información:
La Universidad de las Mujeres representa una inversión social equivalente a más de 100 millones de pesos, una cifra que refleja el alcance del proyecto y el compromiso de esta administración con la equidad de género.
Esta plataforma educativa en línea ofrecerá becas académicas de hasta el 80% para cursar especialidades técnicas, licenciaturas y maestrías, gracias a una alianza con la Organización Mundial de Alfabetización (WLO), que aporta más de 5 millones de dólares al proyecto.
Parte del presupuesto proviene directamente del Gobierno Municipal, y otra parte se gestiona mediante alianzas y cooperación internacional.
El diseño contempla la entrega de hasta 1,800 becas educativas que van del 65% al 80% de subsidio, sin costo de inscripción.
Por increíble que parezca, Marco bonilla sustenta este proyecto educativo “en la línea de acción 2.6.2.3 del Plan Municipal de Desarrollo 2024-2027, que forma parte de una visión de ciudad donde las oportunidades no son privilegio de unos cuantos, sino realidades para todas y todos”.
A continuación, se transcribe la mencionada línea de acción municipal:
OBJETIVO 2.6:
Fortalecer la implementación de programas de desarrollo integral para las mujeres, para garantizar su acceso a oportunidades que impulsen su bienestar, autonomía y participación plena en la comunidad.
ESTRATEGIA:
2.6.2 Implementar programas y acciones enfocados al empoderamiento y crecimiento profesional de las mujeres en el municipio de Chihuahua.
LÍNEAS DE ACCIÓN
2.6.2.3 Impulsar el “Programa Universidad de las Mujeres’, enfocado en acompañar, canalizar e impulsar el desarrollo profesional y liderazgo de las mujeres.
Ahora bien, en cuanto al ‘rollo político’, Marco Bonilla afirma, de manera categórica, que su administración “ha sostenido que el verdadero humanismo no radica en generar dependencia permanente al gobierno, sino en crear condiciones para que cada persona tenga herramientas para prosperar; por lo cual, la UMCH no es un programa asistencialista: es una política que empodera”.
Al extremo de pregonar que:
Porque cuando una mujer se titula, mejora su vida y la de su familia.
Porque cuando accede a mejores ingresos, dinamiza la economía local.
Y porque cuando lidera, transforma también su entorno.
Por desgracia, contrario a lo que sostiene el edil capitalino, la Universidad de las Mujeres violenta el principio constitucional que establece que la educación que imparta el Estado será universal e inclusiva.
Luego, la UMCH resulta ser una educación excesivamente discriminatoria, dada cuenta que excluye a los hombres que, al igual que las mujeres, pertenecen a pueblos originarios o son trabajadores que no pueden asistir a un sistema escolar tradicional, porque su horario de trabajo no se los permite.
Y por si esto fuera poco, no se precisan los requisitos de ingreso, ya sea por meritocracia de conocimientos o por elemental equidad social.
No está de más, recordarle a Marco Bonilla el mandato constitucional que establece que corresponde, exclusivamente, a la federación y a los estados la autorización de las políticas educativas en materia de educación superior; en los términos siguientes:
La obligatoriedad de la educación superior corresponde al Estado. Las autoridades federal y locales establecerán políticas para fomentar la inclusión, permanencia y continuidad, en términos que la ley señale. Asimismo, proporcionarán medios de acceso a este tipo educativo para las personas que cumplan con los requisitos dispuestos por las instituciones públicas.
P.D.:
Para aquellas mujeres que estén interesadas en ingresar a la ‘Universidad de las Mujeres’, pueden consultar la información correspondiente en el siguiente Link:
