En su reciente visita a Chihuahua, el diputado José Luis Villalobos encontró que el PRI continúa siendo y haciendo basura, y que en Chihuahua no tiene mucho qué hacer
Por Jaime García Chávez
Los partidos políticos realizan sus estrategias con miras a su participación en la futura elección intermedia y en las locales que se celebrarán en 2027, Chihuahua entre ellas. Lo hacen en medio de una incertidumbre producto de la espera de la reforma electoral que se procesa en el país como una iniciativa del poder, sin inclusión de las oposiciones.
En esa senda las principales formaciones partidarias están exhibiendo una a una las cartas que podrán jugar y apuestan a una expansión territorial que les permita alcanzar el electorado a través de su presencia en las secciones electorales que integran los distritos.
El partido más ambicioso es MORENA, que quiere alcanzar una filiación de diez millones de adherentes y, además, está corporativizando esos seccionales, nombrándoles una especie de autoridad partidaria instalada en cada una de las secciones. En esta línea, como puede parecer natural, le sigue los pasos el PRI, que también dice pretender una expansión electoral en todos los rincones de la geografía electoral.
En este texto comentaré la reciente visita que hizo a Chihuahua el diputado José Luis Villalobos, coordinador nacional de Afiliación y Registro Partidario del Comité Ejecutivo Nacional del otrora hegemónico partido.
Según los medios de comunicación, en opinión o información que dio este funcionario partidario, contarán con presencia en más de 50 mil secciones del país, reportando un déficit de 20 mil, de las 71 mil 500 existentes.
Si este dato es real, habría que reconocer que no es poca cosa y hasta podría pensarse de que el viejo partido ambiciona con factibilidad un retorno, si no triunfal, sí notable. Descreo de que lo dicho por Villalobos tenga sustento en la dimensión nacional. Nuestro vecino estado, Coahuila, es probable que sí cuente con un aparato reformado y eficaz, no así otros en los que la decadencia es más que notoria, como sería el caso de Chihuahua, en donde hasta existe la baladronada de su directivo, Alejandro Domínguez, de ir solos en la próxima elección local, seguramente al son del conjunto Primavera, cuyo cantante iría nuevamente de candidato.
Sostengo que las dos organizaciones que dieron fama de un sistema bipartidista en el estado de Chihuahua ha llegado a su fin. Los acérrimos enemigos se fundieron y ahora son una sola falange y en realidad cargan con un desprestigio más que evidente. En la apuesta aliancista el que perdió fue el PRI, de tal manera que pienso que José Luis Villalobos, en su reciente visita a Chihuahua, encontró ruinas, nada más, y no le alcanzó su estancia más que para hacer una serie de digresiones históricas que hablan mal de sus conocimientos en la materia. Podría decir que hasta filosófico se puso.
Dice Villalobos que “MORENA quiere ser lo que un día fue el PRI, pero en un tiempo distinto en el país”. Bien se ve que no sabe de historia y sería el caso de recomendarle que lea a Arnaldo Córdova, quien penetró profundamente en la metamorfosis política de lo que fue el PRI, hasta no hace más tres o cuatro décadas.
Villalobos le cuestiona a MORENA que coaccione a los ciudadanos con los programas sociales, como si no lo hubiera hecho el PRI de manera pertinaz durante mucho tiempo. Para este político el problema es que MORENA quiere ser el PRI de ahora, y es obvio que el rigor de la realidad le ha de calar bastante. No entiende, o no quiere entender, que un PRI corporativo entró en crisis y sus tres sectores famosos se derrumbaron. Que hubo una liberalización que hizo emerger a otros actores políticos que deterioran al PRI. Si atisbara bien vería qué hay un neocorporativismo, pero extendido socialmente desde el poder, como lo quiso hacer en su tiempo Carlos Salinas con Solidaridad, y ni así pudo contener la inevitable caída. Ahora MORENA hace esto con un ejército cimentado en el presupuesto público.
El colofón es que, siguiendo el conocimiento público, la afirmación que hace el político priista de que el PRI “limpió la casa y MORENA se llevó la basura” es cierta, por lo que se refiere al trasiego de políticos impresentables que hoy empieza a ser cuestionado al interior del oficialísimo.
La realidad, así la veo, es que el PRI continúa siendo y haciendo basura, y que en Chihuahua no tiene mucho qué hacer. Pero ese es un tema a escudriñar en el futuro cercano.
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Jaime García Chávez. Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.
