La reforma del diputado panista Carlos Olson es pirotecnia discursiva, humo ideológico y cenizas políticas de una ultraderecha que se refugia en el Congreso local, el Palacio de Gobierno y la presidencia municipal en Chihuahua
Por Leonardo Meza Jara
I.- En días recientes se ha generado una intensa discusión sobre una reforma a la Ley Estatal de Educación, impulsada por el diputado panista Carlos Olson. Este polémico personaje es un operador del panismo, que ha usado la plataforma del Congreso local con el objetivo de instalar la agenda de la ultraderecha en el debate público. Ante los avances que reconocen los reclamos de las luchas feministas y las minorías sexuales en América Latina, el panismo ha convertido al Congreso local en un disminuido bastión de la ultraderecha. En el Congreso de Chihuahua empequeñece el conservadurismo, que entremezcla la política religiosa de la iglesia católica, con el ideario panista que se hunde en el oscurantismo de la edad media.
Carlos Olson es el operador más visible de la ultraderecha en Chihuahua. Este personaje es un títere movido por los hilos del grupo de poder panista que gobierna el estado. De las espaldas de Olson, se desprenden unos hilos que llegan hasta la oficina principal del Palacio de Gobierno y el edificio de la presidencia municipal en Chihuahua. En una entrevista reciente, el legislador atribuyó la reforma a la Ley Estatal de Educación, a una confrontación extendida del panismo en contra de los Libros de Texto Gratuitos (LTG) y la reforma educativa de la Nueva Escuela Mexicana:
“Luego de que el Congreso del Estado aprobara la iniciativa que fomenta la enseñanza gramatical del idioma español, el diputado Carlos Olson San Vicente, del Partido Acción Nacional (PAN), reiteró su postura en contra del lenguaje inclusivo… Olson San Vicente calificó el lenguaje inclusivo como una imposición ideológica a cargo de Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la Secretaría de la Educación Pública (SEP), por medio de los libros de texto gratuitos que fueron distribuidos en territorio nacional…” («“El lenguaje inclusivo destroza la educación, adoctrina”: Carlos Olson», Tiempo. La Noticia Digital, 9 de octubre de 2025).
En agosto del 2023, el recurso de inconstitucionalidad en contra de los LTG fue interpuesto por la gobernadora María Eugenia Campos, quien descalificó el proyecto educativo de la Nueva Escuela Mexicana («Libros de texto de SEP “son basura”: Maru Campos; reitera que no llegarán a las aulas», Sin Embargo, 5 de agosto de 2023). A inicios del gobierno de Marco Bonilla en la ciudad de Chihuahua, la agenda de la ultraderecha trató de ser introducida a las escuelas públicas mediante el programa Formando Corazones (“Preocupa entrada de programa con enfoque religioso a escuelas públicas; atenta vs educación laica, señalan”, Raíchali, 1 de diciembre de 2021).
En las batallas por el currículo en el estado de Chihuahua, el panismo ha sido derrotado en repetidas ocasiones. La Suprema Corte de Justicia de la Nación echó abajo el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por la gobernadora Maru Campos en contra de los LTG (“Desecha SCJN amparo de Chihuahua contra libros de texto”, La Jornada, 4 de octubre de 2023). La Secretaría de Educación Pública desautorizó el programa Formado Corazones («Palo al “formando corazones”…», La Parada Digital, 24 de mayo de 2022). La reciente reforma a la Ley General de Educación gestionada por el diputado Carlos Olson, es una cortina de humo que brota de las cenizas de la ultraderecha panista, que ha sido rebasada por la historia.
II.- En términos jurídicos, es imposible aprobar una ley que prohíba los usos del lenguaje inclusivo en las escuelas públicas. Las batallas que reconocen los derechos de las minorías sexuales y el lenguaje inclusivo, están ganadas a partir del artículo primero de la constitución y, de una serie de resoluciones dictadas por la SCJN en la última década:
“La Suprema Corte ha sentado criterios sobre los derechos de la diversidad sexual en múltiples resoluciones… A través de los distintos casos que ha resuelto, ha promovido el desmantelamiento de estructuras jurídicas y sociales que, hasta entonces, perpetuaron los procesos de estigmatización que colocaron en una posición de desventaja a quienes pertenecen a ese colectivo. Este esfuerzo ha logrado ampliar los marcos de protección de sus derechos y ha visibilizado la discriminación estructural a la que históricamente han sido sometidos.” (“Los derechos de la diversidad sexual. Un diálogo entre la Suprema Corte, la academia y la sociedad civil”, Martínez Verástegui Coordinadora, SCJN, 2021).
De forma similar, es imposible aprobar una ley local en contra del aborto, que contravenga la legislación federal en la materia (“Despenaliza la Corte el aborto en Chihuahua”, La Verdad Juárez, 30 de enero de 2025). Los avances de las luchas progresistas de la izquierda en Chihuahua, han sido lentos pero consistentes. Detrás de las luchas feministas que alzan la bandera del aborto, detrás de las luchas de las minorías sexuales en contra de la discriminación y el reconocimiento de los derechos, se esconden las derrotas de un panismo recalcitrante que no encuentra su lugar en el siglo XXI. La “victoria” inexistente que canta Carlos Olson en días recientes, son las lágrimas de la ultraderecha panista que llora sus derrotas, recargada en el muro de lamentaciones del congreso local.
La reciente reforma que agrega un numeral al artículo 8 de la Ley General de Educación, no reforma absolutamente nada («‘Reforma no prohíbe el lenguaje incluyente’», El Diario de Chihuahua, 9 de octubre de 2025). Estamos hablando de una reforma estéril, ideológicamente vacía y políticamente infructuosa. La primera en señalar la reforma Olson como un cascarón vacío, fue la analista Mariela Castro en sus redes sociales (en: https://www.facebook.com/share/v/1BS1sTS6ga/). Posteriormente, la Alianza por la Defensa del Estado Laico (ADELA) fijó un posicionamiento que señala el sinsentido esta reforma: “Falso que Chihuahua prohíba lenguaje incluyente” (en: https://www.facebook.com/share/p/19Yv9hVDpi/).
La reforma Olson es pirotecnia discursiva, humo ideológico y cenizas políticas, de una ultraderecha que se refugia en el Congreso local, el Palacio de Gobierno y la presidencia municipal en Chihuahua. Las ruidosas derrotas que ha sufrido la ultraderecha panista en torno a las batallas por la educación en los últimos años, son el preámbulo del proceso electoral del 2027, que se puede convertir en una lápida histórica para esta fuerza política.





