Al menos 35 embarazadas han sido confirmadas con COVID-19 en el estado de Chihuahua y dos han fallecido a causa del virus; el coronavirus cambia planes, esquema de atención médica y eleva preocupación en gestantes
Martín Orquiz/ La Verdad
Lo que debió ser un compás de espera tranquilo y de ilusión, se convirtió en uno de estrés, temor y cuidados extremos para Emma, una madre primeriza de 25 años que tiene un embarazo de casi seis meses y que se mantiene encerrada “a piedra y lodo” en casa de sus suegros en espera del nacimiento de su primogénito.
Aunque cuando se enteró de su embarazo, las primeras semanas de abril, la contingencia por el COVID-19 ya había iniciado, creyó que la emergencia pasaría en uno o máximo dos meses, pero se equivocó.
“Los planes que teníamos mi esposo y yo, y nuestras familias, pues ya no se hicieron, los babyshowers, la compra de muebles, los planes para aliviarme en El Paso, todo se echó a perder”, cuenta con un tono de preocupación.
En medio de la pandemia por COVID-19, las mujeres en estado de gravidez representan uno de los sectores de la población en vulnerabilidad, plantea Leticia Ruiz González, subdirectora de Medicina Preventiva y Promoción de la Salud de Chihuahua.
Desde que surgió el primer caso de COVID-19 en el estado, el pasado 16 de marzo, y hasta el 27 de agosto las autoridades de salud tienen un registro de dos embarazadas fallecidas y 35 casos confirmados con el padecimiento en mujeres que están en esa condición.
“El embarazo es una de las vulnerabilidades en la población, principalmente (cuando están) en el último trimestre, por lo que invitamos a todas las embarazadas a llevar todos los cuidados”, declaró la funcionaria.
El primer fallecimiento de una mujer en estado de gravidez en Chihuahua fue parte de la cuenta inicial de víctimas mortales de la pandemia, que, para ese día, 10 de abril, sumaban 13 en general en el estado. Hasta este domingo, el total de personas fallecidas en la entidad son mil 147, de los cuales 762 se han registrados en Ciudad Juárez.
El director médico en la Zona Norte, Arturo Valenzuela Zorrilla, informó ese día que la juarense murió luego que dio a luz mediante una cesárea y que presentaba sobrepeso y diabetes, dos de las comorbilidades que impactan a los pacientes de COVID-19. Su hijo sobrevivió.
Ante la situación de emergencia, Emma –quien pide mantener su identidad en el anonimato– vive una situación muy diferente a como pensó que sería su embarazo.
“Es nuestro primer hijo, el primer nieto para mi familia y para la de mi esposo, imagínese cómo estamos de preocupados todos”, menciona la mujer que espera alumbrar durante la segunda quincena de diciembre próximo.
Una de las dificultades que enfrenta es que esperaba aliviarse en El Paso, pero debido a la suspensión de viajes no esenciales, que limita el ingreso a ese país de personas con visa láser desde el anterior 20 de marzo, no pudo realizar su plan.
El nacimiento se dará en un hospital privado de Ciudad Juárez, pero también siente temor debido a que esos lugares son posible foco de contagio de COVID-19, dice.
Ante la expectativa de que la emergencia pasara rápido, ambas familias y amistades hicieron planes para realizar festejos prenacimiento, pero la contingencia se alargó y ahora ya descartaron cualquier tipo de reunión ante la posibilidad de contraer el virus.
Hasta ahora, tampoco han realizado compras de ropa y otros artículos relacionados con su bebé por el miedo que tienen salir y que los artículos pudieran estar contaminados.
Comenta que sus consultas médicas son por teléfono, pero en días próximos si acudirá a realizarse un examen para verificar el estado de salud de su hijo, asumiendo todas las precauciones del mundo.
“Nunca creí que fuera a pasarnos algo así, aunque el embarazo lo estábamos esperando no sabíamos que todo esto del COVID iba a pasar, ha sido muy difícil para todos nosotros”, explica.
Emma agrega que desde que supo que estaba embarazada se enclaustró en la casa de sus suegros, donde acondicionaron una habitación, a donde todos los que entran deben someterse a una rutina de desinfección con sustancias antivirales y cloro.
“Este olor (el del cloro) lo tengo bien penetrado en la nariz, aquí parece hospital, pero queremos que nuestro hijo no esté amenazado por el COVID”, dice.
Chihuahua en top ten de muertes maternas
De acuerdo con el Observatorio de Mortalidad Materna en México, en el estado de Chihuahua las muertes de embarazadas suman 29 al 24 de agosto – 31 semanas transcurridas del año–, más del 80 por ciento que las 16 reportadas en el mismo periodo del 2019.
Las muertes son por diversas causas, como falta de medicamentos o que las pacientes debían recorrer dos o más centros de salud hasta encontrar una institución que atendiera su parto o una emergencia obstétrica, como tener presión arterial alta, aunque la pandemia y la reconversión hospitalaria aumentaron las complicaciones.
Los estados de Chiapas, Estado de México, Jalisco, Chihuahua, Ciudad de México, Puebla, Veracruz y Michoacán, encabezan la lista de muerte materna en el país, acumulando la mitad de las muertes registradas hasta ahora.
Las principales causas de muerte materna son la hemorragia obstétrica, hipertensión, edema, aborto y COVID.
A mediados de julio, en el país sumaban 2 mil 842 mujeres embarazadas contagiadas de COVID-19; el 88 por ciento de los casos se detectaron durante el embarazo de acuerdo con datos oficiales de la Secretaría de Salud.
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